Pocos años había llegado a los Goya con tantas películas vistas, pero me faltaba una de la que todo el mundo habla maravillas: la opera prima del actor Raúl Arevalo. Tarde para la ira es uno de esos títulos de violencia extrema, actores veraces y presupuesto reducido bien aprovechado. Pero para mí no llega a la categoría de una gran película.
Como primera película tiene mucho mérito y personalidad, una última media hora estupenda y algunas escenas logradas. Me alegra mucho que Luis Callejo haya tenido un personaje principal para lucirse, y me cansa un poco el perfil que está repitiendo Antonio de la Torre en sus últimas películas de traumatizado capaz de explosiones de ternura y crueldad a partes iguales.
El principal problema es que la media hora inicial me resulta insulsa, reiterativa y muy simplista en los diálogos y el desarrollo de personajes. Me cuesta mucho conectar con la historia, compadecer a los personajes, entrar en la película. Algo que no me sucede con las grandes películas policíacas de la edad de oro del cine español que estamos viviendo en estos momentos.
Tarde para la ira ganó 5 premios Forqué (mejor película, director, guion, actriz y actor de reparto) y está nominada a 11 Goyas.
Calificación: 7
Etiquetas
CINE ESPAÑOL IMPRESCINDIBLE
(215)
CLÁSICOS NECESARIOS
(92)
COSAS DE LA TAQUILLA
(104)
CRITICAS
(752)
CURIOSIDADES
(166)
DIARIO DE UN FESTIVAL
(374)
DICE LO QUE PIENSA
(40)
DOCUMENTALES CINCO ESTRELLAS
(52)
EL QUE AVISA NO ES TRAIDOR
(471)
EN DEFENSA DE...
(24)
ESTRENOS QUE ESPERO
(188)
LIBROS Y CINE
(40)
MUY BUENA BANDA SONORA
(253)
NOMINADOS Y PREMIADOS
(186)
PELIS QUE TE ACONSEJO
(613)
PLANETA VIDEOCLIP
(9)
PUBLICIDAD DE 35 mm
(29)
REFUGIOS DE CINE EN INTERNET
(6)
SERIES DE CINE
(215)
"The Crown": el trono de Peter Morgan
Peter Morgan tiene una trayectoria como guionista llena de grandes aciertos (The Queen, Frost contra Nixon, El último Rey de Escocia, Las hermanas Bolena) y algún que otro borrón importante (360. Juego de destinos). La serie basada en su obra de teatro sobre la reina Isabel II (The Audience) ha sido uno de las noticias más importantes que ha dado la televisión últimamente.
Para empezar hay que dejar claro que Isabel II a priori no es el personaje más fascinante de la Historia de la Humanidad. Ni por su carácter ni por su repercusión histórica, está claro que la reina inmortal de Londres no puede presumir de haber fundamental en el turbulento siglo XX. Pero quizá eso es lo que le da su grandeza a la serie de Peter Morgan, producida y dirigida por Stephen Daldry (Las horas, Billy Elliot). A partir de un personaje más bien gris, el escritor británico ha logrado dar relieve al personaje y a la Familia Real Británica. Con humor, inteligencia e ironía, Morgan propone una historia muy coral en que cada personaje tiene su interés. El marido consorte es rebelde y cercano, la anciana Reina Madre es venenosa y cruel, Churchill es... Chrurchill, la única fuerza de la Naturaleza capaz de tumbar a Hitler en un cara a cara.
Todo lo demás en la serie es sutil y rebosante de talento muy británico. El reparto es fantástico con un John Lithgow admirable como el gran Winston o Claire Foy (ganadora del Globo de Oro a la mejor actriz en serie dramática por su interpretación de la joven reina). La dirección artística, la música variadísima y sugerente de Hans Zimmer y Rupert Gregson-Williams, la fotografía y localizaciones hacen que la serie sea sencillamente encantadora. Hay alguna que otra caída de ritmo, excesos de entusiasmo monárquico y un par de escenas grimosas de oda al divorcio y al adulterio de un sentimentalismo y frivolidad casi adolescente.
Pero en líneas generales es otra gran serie histórica británica. Hace unas semanas fue premiada en los Globos de Oro como la mejor serie dramática de 2016.
Calificación; 8,5
"American Crime Story": Los Globos tenían razón
Los Globos de Oro premian y nominan con unos criterios que pocas veces comparto, pero esta vez han dado en el clavo. La miniserie de Ryan Murphy American Crime Story: The People v. O.J.Simpson es un prodigio que se llevó justamente 2 Globos de Oro: Mejor miniserie dramática y mejor actriz en miniserie (fabulosa Sarah Paulson). La serie va creciendo en sus 10 capítulos mostrando un caso lleno de aristas que explica la dificultad del conflicto racial en Estados y el peligro de los medios de comunicación al hacer espectáculo de cualquier tragedia.
El enfoque de la serie es muy poliédrico e inteligente al no centrarse voluntariamente en O.J. Simpson sino en sus abogados, la fiscal, sus familias. El guión y los actores brillan a un nivel superior dando credibilidad y complejidad a cada uno de los personajes.
Calificación: 8,5/10
El enfoque de la serie es muy poliédrico e inteligente al no centrarse voluntariamente en O.J. Simpson sino en sus abogados, la fiscal, sus familias. El guión y los actores brillan a un nivel superior dando credibilidad y complejidad a cada uno de los personajes.
Calificación: 8,5/10
James Holmes, el Joker que aterrorizó Denver
Su historia parece sacada de un comic. Inteligente, solitario y peculiar, este joven de 24 años amargó uno de los estrenos más celebrados de los últimos años: el de El caballero óscuro renace, la última parte de la trilogía de Nolan.
Este documental de la BBC explica bien el lugar dónde sucedió la masacre y el personaje que provocó la tragedia.
Este documental de la BBC explica bien el lugar dónde sucedió la masacre y el personaje que provocó la tragedia.
OST de "Gravity": La nave oscarizada de Steven Price
Unas
semanas antes del estreno de Gravity
en Venecia muchos vaticinaron el posible fracaso de la película en taquilla.
Con un presupuesto de 100 millones de dólares y un argumento centrado en dos
astronautas perdidos en medio del espacio, el porcentaje de riesgo para Warner
parecía excesivo. Dos meses después de su estreno, no sólo la crítica ha
respondido con entusiasmo, sino también el público, que por ahora ya ha dejado
más de 600 millones de dólares en taquilla.
Gran parte
del éxito de la película en las salas de cine está en la ejemplar utilización
del 3D y una banda sonora que combina música minimalista, silencio espacial y
composiciones épicas.
Curiosamente
el compositor de esta película no es precisamente un músico consagrado en el
cine. Aunque ha colaborado con músicos importante en películas como El señor de los anillos: Las dos torres o Batman Begins, el inglés Steven Price sólo había firmado algunas
bandas sonoras discretas (Attack the
block, Bienvenidos al fin del mundo).
Aún así, su trabajo en Gravity es
impresionante, una de las composiciones más interesantes de 2013, ganadora del Oscar a la mejor Banda Sonora.
La música logra
intensificar el terror y la admiración que provoca la visión de la inmensidad
galáctica. En temas como Debris o Don´t let go el vacío sonoro va poco a
poco siendo invadido por los ritmos tenebrosos que consiguen coreografiarse a
la perfección con las imágenes.
Otra
aportación importante es Aurora Borealis,
probablemente el tema de mayor intensidad estética insertado en una escena muy
lograda visualmente. Finalmente, son especialmente sugerentes las composiciones
finales (Shenzou y Gravity), en las que se opta por una
apoteosis musical liberadora y épica, cercana a la música de Mike Oldfield, pero manteniendo una
identidad propia sin acudir fácilmente a coros celestiales y rutinas musicales
del cine de acción.
"Reinas": De Rockefeller a Felipe II ¡Toma Moreno!
Hace 6 0 7 años una serie como Reinas sobre la vida de María Estuardo, la reina Isabel I de Inglaterra y Felipe II hubiese sido un error más. Ahora resulta un desastre imperdonable. Acostumbrados a series nacionales como Isabel, Carlos, Rey Emperador, El Ministerio del Tiempo, Tiempo entre costuras o películas como También la lluvia, Lope, La Xirgu o Ebro, de la cuna a la batalla, ya no nos conformamos con cualquier cosa.
Jose Luis Moreno no sólo produce sino que también dirige esta serie. No sabemos si también ha escrito el guión, porque en ni en los créditos ni en las principales bases de datos aparece el escritor de un libreto tan calamitoso, lleno de afirmaciones primarias, diálogos imposibles de creer en personajes con un peso histórico tan incontestable.
Lo que está claro es que la serie es carísima, 2,1 millones de euros por capítulo, que en en este caso es un presupuesto mal aprovechado. En ningún momento te crees ni la fotografía, las localizaciones, el doblaje de los actores y especialmente el maquillaje y los vestuarios estrafalarios. No tiene precio la escena en la que Isabel I aparece como si fuese la princesa Leia con sus rulos a un "encuentro" con indígenas disfrazados de "ya es primavera en el Corte Inglés". Los colores chillones, el maquillaje exagerado, los actores en constante pose, todo es muy digno de un espectáculo de variedades de Jose Luis Moreno.
Los personajes van acumulando tópicos y distancia desde su glamour de sábado noche. En seguida aparecerán encamados unos con otros, desplegando interpretaciones y diálogos sobreactuados con ese tono salidorro que tanto le gusta al inventor de Rockefeller y el "Toma Moreno". El ventrilocuo se viene arriba e intenta imitar al erotismo HBO de Los Tudor o Juego de tronos y el resultado es de lo más ridículo.
No hay ningún personaje, al menos en este primer capítulo, que genere algo de empatía. Son monarcas de salón merecedores de la horca o de una República que acabe con ellos. Y estamos hablando de Felipe II o María Estuardo, que parece que tuvieron algo de encanto e inteligencia.
La serie solo tendrá 6 capítulos. Me parecen muchos.
Calificación: 4
Jose Luis Moreno no sólo produce sino que también dirige esta serie. No sabemos si también ha escrito el guión, porque en ni en los créditos ni en las principales bases de datos aparece el escritor de un libreto tan calamitoso, lleno de afirmaciones primarias, diálogos imposibles de creer en personajes con un peso histórico tan incontestable.
Los personajes van acumulando tópicos y distancia desde su glamour de sábado noche. En seguida aparecerán encamados unos con otros, desplegando interpretaciones y diálogos sobreactuados con ese tono salidorro que tanto le gusta al inventor de Rockefeller y el "Toma Moreno". El ventrilocuo se viene arriba e intenta imitar al erotismo HBO de Los Tudor o Juego de tronos y el resultado es de lo más ridículo.
No hay ningún personaje, al menos en este primer capítulo, que genere algo de empatía. Son monarcas de salón merecedores de la horca o de una República que acabe con ellos. Y estamos hablando de Felipe II o María Estuardo, que parece que tuvieron algo de encanto e inteligencia.
La serie solo tendrá 6 capítulos. Me parecen muchos.
Calificación: 4
Del parking al Oscar
No estará Almodóvar con Julieta pero sí Juanjo Giménez Peña por Timecode, cortometraje que ya ganó la Palma de Oro en Cannes en esta categoría. Este director nació en Barcelona en 1963 y también está nominado a los Goya de este año. El trailer de su cortometraje es atractivo. Mucha suerte en Hollywood. Sus rivales serán Dinamarca, Suiza, Hungría y Francia.
70 minutos con Billy Wilder
"Un director no puede hacer películas que gusten a muy poca gente y que al resto prácticamente no les interesa nada". Esta frase resume esta entrevista que reúne algunas declaraciones de uno de los mejores cineastas de la Historia del Cine, y probablemente el mejor guionista que ha existido jamás.
"Legends of Tomorrow": Superhéroes de plástico
Soy bastante escéptico de los spin-off y de las películas de superhéroes de supermercado. Esos que parecen coleccionables que cuánto más juntes en una sola película o serie mejor. En esta ocasión Greg Berlanti ha juntado algunos actores solventes en otras series como Dominic Purcell y Wentworth Miller (hermanos en fuga en la rehabilitada Prison Break), Arthur Davill (Broadchurch), con otras "estrellas" en caída libre como Brandon Routh (Superman Returns).
La historia tiene una multitud agotadora de saltos en el tiempo, personajes estereotipados y efectos especiales por ordenador. La trama es rocambolesca y bastante patosa a la hora de sorprender y ofrecer algún diálogo con cierta chispa o imaginación. Sólo con ver el primer plano general de la serie ya te queda claro que aquí lo fundamental es saturar la imagen de colores y personajes más simples de un cubo volando y disparando luces a todos lados.
Asombra que Greg Berlanti, capaz de levantar proyectos tan simpáticos y entretenidos como The Flash, Arrow o Supergirl haya hecho algo tan tedioso e innecesario.
Misteriosamente ya va por la 3ª temporada. Algo parecido a lo que pasa con otra serie grupal verdaderamente insulsa titulada Marvel, Agentes de SHIELD.
Calificación; 4
La historia tiene una multitud agotadora de saltos en el tiempo, personajes estereotipados y efectos especiales por ordenador. La trama es rocambolesca y bastante patosa a la hora de sorprender y ofrecer algún diálogo con cierta chispa o imaginación. Sólo con ver el primer plano general de la serie ya te queda claro que aquí lo fundamental es saturar la imagen de colores y personajes más simples de un cubo volando y disparando luces a todos lados.
Asombra que Greg Berlanti, capaz de levantar proyectos tan simpáticos y entretenidos como The Flash, Arrow o Supergirl haya hecho algo tan tedioso e innecesario.
Misteriosamente ya va por la 3ª temporada. Algo parecido a lo que pasa con otra serie grupal verdaderamente insulsa titulada Marvel, Agentes de SHIELD.
Calificación; 4
"El gran carnaval": Billy Wilder y la telebasura
Billy Wilder es de los cineastas clásicos que mejor aguanta el peso del tiempo. La inteligencia y acidez de sus diálogos, el ritmo vertiginoso, los argumentos cargados de universalidad y espíritu crítico no tienen fecha de caducidad. El apartamento, Con faldas y a lo loco, Unos, dos, tres, Perdición, Días sin huella... Todas ellas tienen una modernidad que les hace inmortales.
El gran carnaval (1951) es una de esas películas del cineasta austriaco que durante mucho tiempo fueron consideradas de segunda fila. Este retrato del periodismo depredador que vende almas y cuerpos por un buen titular se adelanta a su tiempo, haciendo una caricatura que con el paso de los años ha dejado de resultar exagerada. La telebasura actual ha llegado mucho más lejos que lo que un cineasta agudo y bastante pesimista sobre la condición humana pudo imaginar.
La película está centrada en un personaje sin escrúpulos interpretado a la perfección por Kirk Douglas que saca todo el jugo la una noticia truculenta: la agonía de un minero atrapado en un túnel. Fuera de la mina le espera su esposa, una de esas mujeres que llevan veneno en la sangre.
El gran carnaval tiene momentos memorables sobre la inmoralidad de buena parte del periodismo y el deseo insaciable del público de escarbar en la tragedia. Sin embargo la película le falta algo para ser una de las mejores de Wilder. Comparada con otros títulos del cineasta sobre el mundo de la comunicación como Primera plana o Sunset Boulevard, esta película no resulta tan homogénea, tan ajustada al metraje. Le falta algo de contención e ingenio en los diálogos y en la evolución de los personajes. Quizás tenga que ver que es una de las pocas películas que Wilder no escribió con sus colaboradores actuales: Charles Brackett o I.A.L. Diamond.
Aún así, El gran carnaval es uno de esos títulos que conviene no despreciar de uno de los mejores directores y guionistas de la era dorada Hollywood.
Calificación: 7,5
El gran carnaval (1951) es una de esas películas del cineasta austriaco que durante mucho tiempo fueron consideradas de segunda fila. Este retrato del periodismo depredador que vende almas y cuerpos por un buen titular se adelanta a su tiempo, haciendo una caricatura que con el paso de los años ha dejado de resultar exagerada. La telebasura actual ha llegado mucho más lejos que lo que un cineasta agudo y bastante pesimista sobre la condición humana pudo imaginar.
La película está centrada en un personaje sin escrúpulos interpretado a la perfección por Kirk Douglas que saca todo el jugo la una noticia truculenta: la agonía de un minero atrapado en un túnel. Fuera de la mina le espera su esposa, una de esas mujeres que llevan veneno en la sangre.
El gran carnaval tiene momentos memorables sobre la inmoralidad de buena parte del periodismo y el deseo insaciable del público de escarbar en la tragedia. Sin embargo la película le falta algo para ser una de las mejores de Wilder. Comparada con otros títulos del cineasta sobre el mundo de la comunicación como Primera plana o Sunset Boulevard, esta película no resulta tan homogénea, tan ajustada al metraje. Le falta algo de contención e ingenio en los diálogos y en la evolución de los personajes. Quizás tenga que ver que es una de las pocas películas que Wilder no escribió con sus colaboradores actuales: Charles Brackett o I.A.L. Diamond.
Aún así, El gran carnaval es uno de esos títulos que conviene no despreciar de uno de los mejores directores y guionistas de la era dorada Hollywood.
Calificación: 7,5
Sólo les pido a los Goya
Como Van Basten al fútbol, cosas que me encantarían que tuviesen los Goya:
1º) Un guión. O sea, que lo haga un guionista. Que es verdad que las ceremonias suelen ser un plomo pero hay algunas que contratan a guionistas buenos que hacen que el espectáculo sea entretenido. Por ejemplo, los Premios Feroz, que no tienen tanto dinero pero tienen guionistas. Y en España tenemos escritores formidables, muchos de ellos en paro.
2º) Que los que salgan hablen de cine. De nuestras películas, de la edad de oro que vive nuestro cine. Ya sabemos lo del IVA, la crisis, Montoro, Rajoy, Trump... Pero ya. No es el momento. Estamos todo el día con la matraca en la cabeza, hagan todos un esfuerzo y no den un mitín. Otro,
3º) Una horita y media de ceremonia. Como el fútbol, 90 minutos. Discursos breves, que cada nominado tenga díez segundos preparados en los que no de las gracias a su mujer, su madre, los productores. Eso luego a cada uno, en persona, mirándole a los ojos. Ya sé que es vuestro momento ganador, pero pensad en los millones que os están viendo. Procurad que después de vuestro discurso quieran ver la película que habéis hecho. No suele ser lo habitual.
4º) Los bailes y coreografías no suelen ser lo nuestro. Los monólogos sí. Ahí está Leo Harlem, que es un ser superior. Tenemos a José Mota, que es el mejor cómico de este país. Santiago Segura tuvo una intervención gloriosa hace años en los Goya. Y Paquita Salas ahí subida en el escenario sería maravilloso. Prueben y verán. Pero Dani Rovira, contente. Reduce marcha y no ocupes tanta ceremonia. No es fácil siempre ser brillante. Has tenido momentos muy divertidos y muchos muy cargantes. Abrevia y prepara bien. Y háblanos de cine. Si lo haces bien te lo diremos. Y si no también. No eramos cuatro y no estábamos borrachos, eramos prácticamente todos.
1º) Un guión. O sea, que lo haga un guionista. Que es verdad que las ceremonias suelen ser un plomo pero hay algunas que contratan a guionistas buenos que hacen que el espectáculo sea entretenido. Por ejemplo, los Premios Feroz, que no tienen tanto dinero pero tienen guionistas. Y en España tenemos escritores formidables, muchos de ellos en paro.
2º) Que los que salgan hablen de cine. De nuestras películas, de la edad de oro que vive nuestro cine. Ya sabemos lo del IVA, la crisis, Montoro, Rajoy, Trump... Pero ya. No es el momento. Estamos todo el día con la matraca en la cabeza, hagan todos un esfuerzo y no den un mitín. Otro,
3º) Una horita y media de ceremonia. Como el fútbol, 90 minutos. Discursos breves, que cada nominado tenga díez segundos preparados en los que no de las gracias a su mujer, su madre, los productores. Eso luego a cada uno, en persona, mirándole a los ojos. Ya sé que es vuestro momento ganador, pero pensad en los millones que os están viendo. Procurad que después de vuestro discurso quieran ver la película que habéis hecho. No suele ser lo habitual.
4º) Los bailes y coreografías no suelen ser lo nuestro. Los monólogos sí. Ahí está Leo Harlem, que es un ser superior. Tenemos a José Mota, que es el mejor cómico de este país. Santiago Segura tuvo una intervención gloriosa hace años en los Goya. Y Paquita Salas ahí subida en el escenario sería maravilloso. Prueben y verán. Pero Dani Rovira, contente. Reduce marcha y no ocupes tanta ceremonia. No es fácil siempre ser brillante. Has tenido momentos muy divertidos y muchos muy cargantes. Abrevia y prepara bien. Y háblanos de cine. Si lo haces bien te lo diremos. Y si no también. No eramos cuatro y no estábamos borrachos, eramos prácticamente todos.
¡Ay Paquita! ¡Qué buen comienzo! ¡Y qué lástima luego!
Los 3 primeros capítulos de Paquita Salas son enmarcables. Divertidos, ingeniosos, ácidos. Esta representante de actores adicta a la bollería industrial podría ser un derivado más de Carmina Barros, Los Morancos, un personaje secundario de Almodóvar o una protagonista de La que se avecina. Y durante 3 capítulos no lo es. Tiene más recorrido, más inteligencia y una cierta dignidad en su ser cutre y zampadonuts. Incluso logra un dramatismo bastante funcional con canciones muy bien insertadas.
Esta mujer es todo coraje y hace lo imposible porque sus representantes lleguen al Goya. O al Oscar, porque ella vive lanzada con una autoestima a prueba de bombas. El ambiente que recrea la serie en estos primeros capítulos está muy logrado: todos en constante estado de postureo, de afectividad extrema que pasa del amor a la fobia más radical envuelta en una burbuja que apenas roza la realidad.
En esa línea la intro es sensacional, con una imagen voluntariamente degradadada, imágenes de los Goya de glamour casposo, las chicas de Azúcar Moreno bajando por las escaleras hacia el escenario luminoso. Y Paquita en frente del cartel de fritanga barata.
Los diálogos, el formato de falso documental, la cámara en plan Dogma 95, las interpretaciones, el ritmo de gags y situaciones es de comedia perfecta. Humor de personajes gruesos tratados con amabilidad, sin ceder a lo fácil y zafio.
Calificación de los 3 primeros capítulos: 8/10
Pero hay un momento en que la magia se pierde y la originalidad se convierte en trivialidad. Paquita pasa a encadenar gags torpes, mal interpretados por los secundarios, con muy poca chispa en las situaciones. La comercial de un sistema para adelgazar, la bruja que lee las cartas a todas las de la agencia de representantes, Andrés Pajares en su enésima aparición del rey del trasnochadísimo destape en una escena porno chacha, el baile y las canciones con tan poca imaginación. Y Paquita Salas enseñándole una pechuga al tío de Telepizza.
Todo suena tan redundante y visto que parece que la serie ha cambiado de productores, guionistas y directores. O que se les han acabado las ideas. Pero muy de golpe. Una pena, porque me iba a hacer fan de Paquita, iba a pedir que presentase los Goya, que hiciese una nueva temporada, más larga y que la pueda ver más gente. Pero me da miedo la esquizofrenia de la serie. Desde luego hay un talento que estaba ahí y espero que vuelva. Si es así, yo me apunto al equipo de esta nueva faraona de la tele española.
Calificación de los capítulos 4º y 5º: 5/10
Esta mujer es todo coraje y hace lo imposible porque sus representantes lleguen al Goya. O al Oscar, porque ella vive lanzada con una autoestima a prueba de bombas. El ambiente que recrea la serie en estos primeros capítulos está muy logrado: todos en constante estado de postureo, de afectividad extrema que pasa del amor a la fobia más radical envuelta en una burbuja que apenas roza la realidad.
En esa línea la intro es sensacional, con una imagen voluntariamente degradadada, imágenes de los Goya de glamour casposo, las chicas de Azúcar Moreno bajando por las escaleras hacia el escenario luminoso. Y Paquita en frente del cartel de fritanga barata.
Los diálogos, el formato de falso documental, la cámara en plan Dogma 95, las interpretaciones, el ritmo de gags y situaciones es de comedia perfecta. Humor de personajes gruesos tratados con amabilidad, sin ceder a lo fácil y zafio.
Calificación de los 3 primeros capítulos: 8/10
Pero hay un momento en que la magia se pierde y la originalidad se convierte en trivialidad. Paquita pasa a encadenar gags torpes, mal interpretados por los secundarios, con muy poca chispa en las situaciones. La comercial de un sistema para adelgazar, la bruja que lee las cartas a todas las de la agencia de representantes, Andrés Pajares en su enésima aparición del rey del trasnochadísimo destape en una escena porno chacha, el baile y las canciones con tan poca imaginación. Y Paquita Salas enseñándole una pechuga al tío de Telepizza.
Todo suena tan redundante y visto que parece que la serie ha cambiado de productores, guionistas y directores. O que se les han acabado las ideas. Pero muy de golpe. Una pena, porque me iba a hacer fan de Paquita, iba a pedir que presentase los Goya, que hiciese una nueva temporada, más larga y que la pueda ver más gente. Pero me da miedo la esquizofrenia de la serie. Desde luego hay un talento que estaba ahí y espero que vuelva. Si es así, yo me apunto al equipo de esta nueva faraona de la tele española.
Calificación de los capítulos 4º y 5º: 5/10
"La La Land": Bailad, bailad benditos
El director de la extraordinaria Whiplash (una de las operas primas más redondas en muchos años) ha realizado un musical sin grandes canciones ni bailes deslumbrantes. Pero ha hecho una película sobresaliente con un guión delicioso y dos actores adorados por la cámara desde el primer fotograma. De Emma Stone no me sorprende (viene de lejos), pero de Ryan Gosling... Este actor es uno de los mejores de su generación, pero llevaba tiempo encasillándose peligrosamente en cine de arte y ensayo, empeñado en repetir su rostro hierático que hizo furor en la sobrevalorada Drive, y que repitió en películas tan insoportables como Sólo Dios perdona.
En La La Land, Ryan Gosling cobra vida, canta, baila y sonríe. Y todo lo hace a la perfección en un homenaje al idealismo, al cine clásico, al color. Con Ryan Gosling y Emma Stone, que sólo ponerlos delante de la cámara ya tiembla el castillo, es más sencillo de lo que parece hacer una gran película. Es como pasarle la pelota a Messi o a Iniesta; sabes que lo rutinario es la magia.
Con mucha habilidad la película crítica un modo de concebir el arte simplemente utilitarista. Ahí es dónde La La Land logra algunos de sus momentos más geniales. En los conciertos que tiene que dar él y los castings que tiene que padecer ella. Con un humanismo tierno, matizado, luminoso pero contrastado con los inoportunos grises, las dos horas de metraje son un verdadero placer para el espectador. Un placer diferente y muy personal que logró 14 nominaciones a los Oscar (algo que sólo habían conseguido Eva al desnudo y Titanic).
Una peli maravillosa para disfrutar en una pantalla grande.
Calificación: 9
En La La Land, Ryan Gosling cobra vida, canta, baila y sonríe. Y todo lo hace a la perfección en un homenaje al idealismo, al cine clásico, al color. Con Ryan Gosling y Emma Stone, que sólo ponerlos delante de la cámara ya tiembla el castillo, es más sencillo de lo que parece hacer una gran película. Es como pasarle la pelota a Messi o a Iniesta; sabes que lo rutinario es la magia.
Con mucha habilidad la película crítica un modo de concebir el arte simplemente utilitarista. Ahí es dónde La La Land logra algunos de sus momentos más geniales. En los conciertos que tiene que dar él y los castings que tiene que padecer ella. Con un humanismo tierno, matizado, luminoso pero contrastado con los inoportunos grises, las dos horas de metraje son un verdadero placer para el espectador. Un placer diferente y muy personal que logró 14 nominaciones a los Oscar (algo que sólo habían conseguido Eva al desnudo y Titanic).
Una peli maravillosa para disfrutar en una pantalla grande.
Calificación: 9
Loewe 2012: Las parodias no llegaron tan lejos
Lo he pensado mucho y creo que no hay nada igual. No recuerdo nada parecido, algo tan impactante en publicidad, cine, televisión... No hay palabras. Hubo todo tipo de parodias pero ninguna tan tremenda como el original.
El "Silencio" de Scorsese
Hace unas semanas, antes de ver la película, mi pre-juicio sobre esta película era:
Tiene un talento innegable, pero tengo que reconocer que de los considerados grandes genios del cine actual Scorsese es el que menos me convence. Sus altibajos, virulencias, exageraciones y barroquismos me acaban agotando en la mayoría de los casos. Hay gente que le entusiasma la orgía de 2/3 horas (según el montaje) de Di Caprio en El lobo de Wall Street. Yo no le veo ni evolución al personaje ni la más pizca de originalidad a una vida tan rutinaria.
De la próxima película de Martin Scorsese se ha hablado mucho, no sólo porque le hizo cambiar el título a la última de Almodóvar (que se llamaba Silencio y acabo siendo Julieta), sino porque es un proyecto con muchos elementos de interés.
Es evidente que a Scorsese una película sobre la busqueda de un jesuita portugués que acaba de perder su fe en el Japón del siglo XVII es todo un caramelo para desarrollar sus conocidas fobias sobre el catolicismo. En su favor tiene un reparto portentoso con Andrew Garfield, Adam Driver y Liam Neeson. Además tiene como base argumental una novela de Shusaku Endo, uno de los mejores escritores japoneses del siglo XX.
Ojalá me equivoqué y Scorsese no haya volcado toda su perversidad religiosa en desnaturalizar una historia magnífica y real. Lo digo de verdad. El director de Uno de los nuestros o La edad de la inocencia podría filmar una de sus mejores películas. En menos de un mes (el estreno es el 5 de enero en España), tendremos la respuesta.
Ayer pude ver por fin Silencio y tengo sensaciones encontradas. No es una película fácil ni en la duración (excesiva para lo que cuenta) ni en la estructura; demasiado repetitiva con una voz en off muy constante, y escenas y diálogos de torturas y razonamientos muy redundantes. La planificación, dirección artística y el nivel interpretativo es impecable y el argumento mantiene el interés en la mayor parte del metraje. Además la película tiene matices que agradezco y me sorprenden en Scorsese. Y desde luego se trata de la mejor de la peculiar trilogía religiosa, muy superior a The Kundum y La última tentación de Cristo.
El problema de este Silencio es que la oscuridad del trayecto es asfixiante. Está claro que la intención del director es mover a la reflexión racional más que emotiva, y lo consigue en parte con la ausencia de música y abundancia de diálogos sugerentes. Pero es una visión del martirio, la religión y el amor tan traumática como le gusta a Scorsese. Respetuosa con la religión de los dos "bandos", pero demasiado áspera y monolítica. A lo largo de más de 150 minutos hay una constante suplica a un Dios que se le escucha en el silencio. Hay momentos en los que parece que la criatura dialoga con su Dios, pero no son precisamente entrañables.
La película tiene muchas lecturas posibles y eso hace que sea valiosa, pero no se la recomendaría ni a mi peor enemigo. No me importa sufrir en el cine. Es más, me encanta sufrir en el cine siempre y cuando haya una cierta catarsis liberadora. Y aquí brilla por su ausencia. En definitiva, Silencio se parece muy poco a De dioses y hombres o La misión, películas de argumento similar a la de Scorsese, que me siguen fascinando por su mezcla armónica de reflexión, piedad, cine y música.
Calificación: 7´5/10
Tiene un talento innegable, pero tengo que reconocer que de los considerados grandes genios del cine actual Scorsese es el que menos me convence. Sus altibajos, virulencias, exageraciones y barroquismos me acaban agotando en la mayoría de los casos. Hay gente que le entusiasma la orgía de 2/3 horas (según el montaje) de Di Caprio en El lobo de Wall Street. Yo no le veo ni evolución al personaje ni la más pizca de originalidad a una vida tan rutinaria.
De la próxima película de Martin Scorsese se ha hablado mucho, no sólo porque le hizo cambiar el título a la última de Almodóvar (que se llamaba Silencio y acabo siendo Julieta), sino porque es un proyecto con muchos elementos de interés.
Es evidente que a Scorsese una película sobre la busqueda de un jesuita portugués que acaba de perder su fe en el Japón del siglo XVII es todo un caramelo para desarrollar sus conocidas fobias sobre el catolicismo. En su favor tiene un reparto portentoso con Andrew Garfield, Adam Driver y Liam Neeson. Además tiene como base argumental una novela de Shusaku Endo, uno de los mejores escritores japoneses del siglo XX.
Ojalá me equivoqué y Scorsese no haya volcado toda su perversidad religiosa en desnaturalizar una historia magnífica y real. Lo digo de verdad. El director de Uno de los nuestros o La edad de la inocencia podría filmar una de sus mejores películas. En menos de un mes (el estreno es el 5 de enero en España), tendremos la respuesta.
Ayer pude ver por fin Silencio y tengo sensaciones encontradas. No es una película fácil ni en la duración (excesiva para lo que cuenta) ni en la estructura; demasiado repetitiva con una voz en off muy constante, y escenas y diálogos de torturas y razonamientos muy redundantes. La planificación, dirección artística y el nivel interpretativo es impecable y el argumento mantiene el interés en la mayor parte del metraje. Además la película tiene matices que agradezco y me sorprenden en Scorsese. Y desde luego se trata de la mejor de la peculiar trilogía religiosa, muy superior a The Kundum y La última tentación de Cristo.
El problema de este Silencio es que la oscuridad del trayecto es asfixiante. Está claro que la intención del director es mover a la reflexión racional más que emotiva, y lo consigue en parte con la ausencia de música y abundancia de diálogos sugerentes. Pero es una visión del martirio, la religión y el amor tan traumática como le gusta a Scorsese. Respetuosa con la religión de los dos "bandos", pero demasiado áspera y monolítica. A lo largo de más de 150 minutos hay una constante suplica a un Dios que se le escucha en el silencio. Hay momentos en los que parece que la criatura dialoga con su Dios, pero no son precisamente entrañables.
La película tiene muchas lecturas posibles y eso hace que sea valiosa, pero no se la recomendaría ni a mi peor enemigo. No me importa sufrir en el cine. Es más, me encanta sufrir en el cine siempre y cuando haya una cierta catarsis liberadora. Y aquí brilla por su ausencia. En definitiva, Silencio se parece muy poco a De dioses y hombres o La misión, películas de argumento similar a la de Scorsese, que me siguen fascinando por su mezcla armónica de reflexión, piedad, cine y música.
Calificación: 7´5/10
"Westworld" y la caspa moderna de HBO
Es divertido leer los comentarios y críticas de especialistas en TV sobre esta serie de Jonathan Nolan (Person of interest) y J.J. Abrams (Perdidos, Fringe). Hay algunos devotos que ven en esta serie la sustituta natural de Juego de tronos en el podium mundial de la HBO en los próximos años, una ficción llena de dobles lecturas, inteconexión de historias, etc. Otros están indignados ante tanto postureo vacuo en los diálogos y en la trama, y tanto HBO (culos, tetas, prostíbulos, personajes que sólo piensan en otros personajes para acostarse con ellos cuánto antes mejor).
Para empezar, el argumento de esta serie no es original, ya que se trata de un remake de una olvidada película de 1973 dirigida por el gran escritor de ciencia-ficción Michael Crichton, protagonizada por Yul Brynner y James Brolin. Cuenta la historia de un parque de atracciones que recrea en diferentes zonas a la Roma Imperial, el Oeste americano y la Europa Medieval. La novedad es que los asistentes al parque pueden conectar y comunicarse con los personajes de la época interpretados por robots animados. En original se tituló a la película Westworld y en España se tradujo como Almas de metal.
Siete años más tarde esta historia se centró en el western y se trasladó a la televisión en una serie del mismo título. Allí podíamos ver una joven Connie Sellecca, que con el tiempo sería la famosa protagonista de El superhéroe americano. Este nuevo Westworld era mucho más fallido que la película original y tuvo una escasa aparición en televisión (apenas se emitieron 5 capítulos).
Con estos precedentes no parecía muy entusiasmante lanzarse a una nueva versión, pero la HBO y Jonathan Nolan lograron un presupuesto generoso y un reparto espectacular: Evan Rachel-Wood, Anthony Hopkins, Ed Harris, James Mardsen, Rodrigo Santoro o Sidse Babett Knudsen, protagonista de la prestigiosa serie danesa Borgen.
Desde la intro de la serie vemos que la ingeniería robótica dirigida a la satisfacción sexual va a ser un tema fundamental. Y como desde Terminator la robótica siempre ha sido una excusa perfecta para despelotar al protagonista, aquí lo hacen a lo grande.¡Que se note que es HBO! Cientos de humanoides en desnudo integral en un sólo plano, qué más se pueda pedir a una serie marca de la casa. Por supuesto lo primero que harán los asistentes al parque es localizar el prostíbulo y a cada una de las putas robóticas.
Pero no se equivoquen, esto es HBO y no Gran Hermano. Y Nolan no es Jorge Javier o Mercedes Milá, así que el guión, que firma él mismo, tiene esa aparente riqueza conceptual y metafórica que resultaba atractiva en El caballero oscuro y Origen, y muy pedante-insultante a la inteligencia media en Interstellar. El resultado final es un cocktail entre la sugerencia de una canción calentorra del verano y un manual de psicología astral escrito con lenguaje barroco. Los personajes, humanos o no, son marionetas sin ninguna empatía con el espectador, que actúan de manera incoherente, casi siempre impulsiva, a merced de la triple vuelta de tuerca y el quinto looping que este parque temático nos ofrece. Pero todo muy lento, sin persecuciones. Somos HBO, it´s different.
Basta leer algunas de las perlas de Westworld para entender el celofán filosófico de un guión con menos complejidad que un capítulo de Bonanza. "Tenia una pregunta, una que no debe hacerse y me dio una respuesta, una que no debe conocerse: el infierno está vacío y los demonios están aquí". "Placeres violentos que traen finales violentos". "No es un parque temático, sino un mundo completo". Todas estas máximas no son más que fuegos de artificio de una serie robótica, inanimada y epidérmica en cada diálogo. No es casual que cualquier búsqueda en Internet de Westworld nos lleve a escenas de orgías concurridas y no a diálogos brillantes o planos visualmente creativos.
Pero hay mucha gente que está fanática perdida con esta serie. Correcto, supongo que casi todos que ven en las últimas películas y series de los Wachowski (Sense8, El atlas de las nubes, El destino de Jupiter) el cine, la religión y la ciencia que necesita el mundo moderno. Yo veo a un par de iluminados con un ego a prueba de bombas gastando (y perdiendo) millones de dólares en aburrir al 95% de los que fuimos fanáticos defensores del primer Matrix.
Westworld es la gota que colma la paciencia de los que pensamos que la HBO se ha pasado de burra y de lista hace bastantes años. El mismo tiempo que está aprovechando Netflix para robarle la creatividad, premios y telespectadores. HBO presumirá de moderna, pero no deja de acumular caspa.
Calificación: 5
Para empezar, el argumento de esta serie no es original, ya que se trata de un remake de una olvidada película de 1973 dirigida por el gran escritor de ciencia-ficción Michael Crichton, protagonizada por Yul Brynner y James Brolin. Cuenta la historia de un parque de atracciones que recrea en diferentes zonas a la Roma Imperial, el Oeste americano y la Europa Medieval. La novedad es que los asistentes al parque pueden conectar y comunicarse con los personajes de la época interpretados por robots animados. En original se tituló a la película Westworld y en España se tradujo como Almas de metal.
Siete años más tarde esta historia se centró en el western y se trasladó a la televisión en una serie del mismo título. Allí podíamos ver una joven Connie Sellecca, que con el tiempo sería la famosa protagonista de El superhéroe americano. Este nuevo Westworld era mucho más fallido que la película original y tuvo una escasa aparición en televisión (apenas se emitieron 5 capítulos).
Con estos precedentes no parecía muy entusiasmante lanzarse a una nueva versión, pero la HBO y Jonathan Nolan lograron un presupuesto generoso y un reparto espectacular: Evan Rachel-Wood, Anthony Hopkins, Ed Harris, James Mardsen, Rodrigo Santoro o Sidse Babett Knudsen, protagonista de la prestigiosa serie danesa Borgen.
Desde la intro de la serie vemos que la ingeniería robótica dirigida a la satisfacción sexual va a ser un tema fundamental. Y como desde Terminator la robótica siempre ha sido una excusa perfecta para despelotar al protagonista, aquí lo hacen a lo grande.¡Que se note que es HBO! Cientos de humanoides en desnudo integral en un sólo plano, qué más se pueda pedir a una serie marca de la casa. Por supuesto lo primero que harán los asistentes al parque es localizar el prostíbulo y a cada una de las putas robóticas.
Pero no se equivoquen, esto es HBO y no Gran Hermano. Y Nolan no es Jorge Javier o Mercedes Milá, así que el guión, que firma él mismo, tiene esa aparente riqueza conceptual y metafórica que resultaba atractiva en El caballero oscuro y Origen, y muy pedante-insultante a la inteligencia media en Interstellar. El resultado final es un cocktail entre la sugerencia de una canción calentorra del verano y un manual de psicología astral escrito con lenguaje barroco. Los personajes, humanos o no, son marionetas sin ninguna empatía con el espectador, que actúan de manera incoherente, casi siempre impulsiva, a merced de la triple vuelta de tuerca y el quinto looping que este parque temático nos ofrece. Pero todo muy lento, sin persecuciones. Somos HBO, it´s different.
Basta leer algunas de las perlas de Westworld para entender el celofán filosófico de un guión con menos complejidad que un capítulo de Bonanza. "Tenia una pregunta, una que no debe hacerse y me dio una respuesta, una que no debe conocerse: el infierno está vacío y los demonios están aquí". "Placeres violentos que traen finales violentos". "No es un parque temático, sino un mundo completo". Todas estas máximas no son más que fuegos de artificio de una serie robótica, inanimada y epidérmica en cada diálogo. No es casual que cualquier búsqueda en Internet de Westworld nos lleve a escenas de orgías concurridas y no a diálogos brillantes o planos visualmente creativos.
Pero hay mucha gente que está fanática perdida con esta serie. Correcto, supongo que casi todos que ven en las últimas películas y series de los Wachowski (Sense8, El atlas de las nubes, El destino de Jupiter) el cine, la religión y la ciencia que necesita el mundo moderno. Yo veo a un par de iluminados con un ego a prueba de bombas gastando (y perdiendo) millones de dólares en aburrir al 95% de los que fuimos fanáticos defensores del primer Matrix.
Westworld es la gota que colma la paciencia de los que pensamos que la HBO se ha pasado de burra y de lista hace bastantes años. El mismo tiempo que está aprovechando Netflix para robarle la creatividad, premios y telespectadores. HBO presumirá de moderna, pero no deja de acumular caspa.
Calificación: 5
"Sherlock" siempre gana
Aunque no es el mejor capítulo de la serie, La seis Thatcher (primer capítulo de la 4º temporada después de Sherlock después de un valioso preámbulo) es una buena manera de comenzar el 2017. Una vez más el guión es lo principal, con una trama rocambolesca y un personaje principal insoportable con destellos de vulnerabilidad.
Este primer capítulo no pierde el interés y se entiende bien, algo que no siempre sucede en esta serie. Las piezas se colocan y descolocan con orden y concierto y hay suficientes diálogos y detalles de genialidad en todos los personajes. La inteligencia, el humor y la moderna estética visual siguen actualizando a Conan Doyle con un grupo de actores en el que Benedict Cumberbatch acompaña (que no asfixia), a un elenco de actores colosales.
Calificación: 7,5
Este primer capítulo no pierde el interés y se entiende bien, algo que no siempre sucede en esta serie. Las piezas se colocan y descolocan con orden y concierto y hay suficientes diálogos y detalles de genialidad en todos los personajes. La inteligencia, el humor y la moderna estética visual siguen actualizando a Conan Doyle con un grupo de actores en el que Benedict Cumberbatch acompaña (que no asfixia), a un elenco de actores colosales.
Calificación: 7,5
"Bobby": Habilidoso e idealista Emilio Estévez
Se ha retratado muchas veces aquella época en torno al asesinato de los hermanos Kennedy y esta es una de mis favoritas. El idealismo que transmite sobre estos dos políticos que estuvieron lejos de ser intachables está muy logrado.
Hubiese sido fácil caer en una mitificación que provocase vergüenza ajena, pero Emilio Estévez es muy hábil al centrar el punto de vista en personajes anónimos de la época que creían en los brillantes discursos de John y Robert sobre la construcción de un mundo nuevo.
Bobby es un complemento necesario a películas tan valiosas e interesantes como 13 días, J.F.K, caso abierto o la reciente Jackie. El tramo final con las palabras de Bob Kennedy y The Sound of Silence de Simon and Gardfunkel es una propaganda muy cinematográfica que me parece muy respetable.
Calificación: 8
Hubiese sido fácil caer en una mitificación que provocase vergüenza ajena, pero Emilio Estévez es muy hábil al centrar el punto de vista en personajes anónimos de la época que creían en los brillantes discursos de John y Robert sobre la construcción de un mundo nuevo.
Bobby es un complemento necesario a películas tan valiosas e interesantes como 13 días, J.F.K, caso abierto o la reciente Jackie. El tramo final con las palabras de Bob Kennedy y The Sound of Silence de Simon and Gardfunkel es una propaganda muy cinematográfica que me parece muy respetable.
Calificación: 8
Los Globos de Oro apuntan a "La La Land"
La mejor noticia de los Globos de Oro de este año es que parece que han premiado a una de las mejores del año. La La Land ha ganado los premios más importantes: Película comedia o musical, director, actriz principal (Emma Stone), actor principal (Ryan Gosling) y guión. Además del Globo de Oro a la mejor banda sonora y a la canción principal. 7 premios de 7 nominaciones.
Por lo demás, esta ceremonia de los Globos de Oro se recordará por los speech anti-Trump de Meryl Streep y compañía, y por la ausencia entre las películas nominadas de títulos tan imponentes como Silencio de Martin Scorsese, La llegada de Dennis Villeneuve, Sully de Clint Eastwood, Cafe Society de Woody Allen o Buscando a Dory de Andrew Stanton (que no estuvo entre las 5 finalistas al premio al mejor film de animación).
Desgraciadamente la obra maestra de Mel Gibson ha sido ninguneada en favor de una película inferior pero muy apoyada por el lobby con más poder en el cine actual. Moonlight obtuvo el premio a la mejor película dramática de un total de 6 nominaciones posibles.
En la categoría de series The Crown ganó a mi preferida Stranger Things. Mejor serie dramática y mejor actriz para una producción elegante y por momentos sobresaliente sobre un personaje histórico más bien gélido como es la Reina Isabel II de Inglaterra.
Lo más doloroso en el apartado de ficción televisiva es que entre las nominadas no estaban series gigantes como Guerra y Paz, The Jinx, Motel Bates o Daredevil.
Dentro de nada los Oscar (fecha de las nominaciones 24 de enero, entrega de premios 6 de enero) y los BAFTA podrán repartir justicia con un poco más de claridad.
Por lo demás, esta ceremonia de los Globos de Oro se recordará por los speech anti-Trump de Meryl Streep y compañía, y por la ausencia entre las películas nominadas de títulos tan imponentes como Silencio de Martin Scorsese, La llegada de Dennis Villeneuve, Sully de Clint Eastwood, Cafe Society de Woody Allen o Buscando a Dory de Andrew Stanton (que no estuvo entre las 5 finalistas al premio al mejor film de animación).
Desgraciadamente la obra maestra de Mel Gibson ha sido ninguneada en favor de una película inferior pero muy apoyada por el lobby con más poder en el cine actual. Moonlight obtuvo el premio a la mejor película dramática de un total de 6 nominaciones posibles.
En la categoría de series The Crown ganó a mi preferida Stranger Things. Mejor serie dramática y mejor actriz para una producción elegante y por momentos sobresaliente sobre un personaje histórico más bien gélido como es la Reina Isabel II de Inglaterra.
Lo más doloroso en el apartado de ficción televisiva es que entre las nominadas no estaban series gigantes como Guerra y Paz, The Jinx, Motel Bates o Daredevil.
Dentro de nada los Oscar (fecha de las nominaciones 24 de enero, entrega de premios 6 de enero) y los BAFTA podrán repartir justicia con un poco más de claridad.
"13 días": El mundo a punto de estallar
El australiano Roger Donaldson tiene una filmografía más bien irregular en el que hay películas que marcaron los 80 por su popularidad como No hay salida o Cocktail. Ambas fueron vehículos necesarios y olvidables para impulsar las carreras de Kevin Costner y Tom Cruise. 13 días es una película de otro nivel. Con un guion magnífico de David Self (escritor del brillante libreto de Camino a la perdición), Donaldson consigue una película fundamental sobre un momento histórico que pudo provocar la 3ª Guerra Mundial.
13 días es una película trepidante, muy inteligente y con unas interpretaciones muy medidas de Kevin Costner, Bruce Greenwood y Steven Culp. Una de las lecciones de historia más completas y vibrantes del cine norteamericano del siglo XXI.
Calificación: 8´5
13 días es una película trepidante, muy inteligente y con unas interpretaciones muy medidas de Kevin Costner, Bruce Greenwood y Steven Culp. Una de las lecciones de historia más completas y vibrantes del cine norteamericano del siglo XXI.
Calificación: 8´5
Suscribirse a:
Entradas (Atom)