Icíar Bollaín también se apunta

Muy buena tenía que ser También la lluvia para superar a Lope y Celda 211. Y a Todo lo que tú quieras. Y a Héroes.... Llevamos un año estupendo de cine español y hay que decirlo bien alto porque si no nos olvidamos y etiquetamos el cine nacional por las regresiones actuales al cine del landismo y el destape que, desgraciadamente, siguen teniendo su público fiel.

En medio de este año dorado, una de las directoras-actrices-guionistas con más personalidad presentaba su última película. No es una principiante. Icíar Bollaín ya había demostrado mucho talento en películas como Te doy mis ojos y Mataharis.

El trailer de la película me daba un poco de miedo. Hay estupendos actores (Raúl Arévalo, Luis Tossar, Gael García-Bernal, Emma Suárez o Karra Elejalde), pero también hay un discurso de fondo bastante maniqueo en la presentación de un tema tan trillado como es la colonización española desde el punto de vista anglosajón.

Pero me equivocaba. La película es grande en todos los aspectos, también en respetar la libertad del espectador mostrando con poder visual y dramático una situación tan convulsa. El reparto está perfecto en cada uno de sus personajes retratados con precisión por el guionista habitual de Ken Loach y marido de Icíar Bollaín, Paul Laverty.

La película emociona y hace pensar, dura lo justo y tiene un presupuesto muy bien aprovechado. Un ejercicio brillante de estilo. Otro más de una directora española.


Me quedo con "Abel"

Terminó el festival de cine de San Sebastián con una ceremonia amena y cortita como debe de ser. La película ganadora fue Neds de Peter Mullan, que no era una de mis favoritas como ya dije hace unos días. Pero me alegro mucho de que el premio al mejor director se lo haya llevado el chileno Raúl Ruiz por el elegante y delicioso culebrón Misterios de Lisboa.

El resto del palmarés es el siguiente:

Concha de Oro a la Mejor Película

Neds de Peter Mullan Reino Unido, Francia, Italia)

Premio Especial del Jurado

Elisa K de Judith Colell y Jordi Cadena (España)

Concha de Plata al mejor director/a

Raúl Ruiz por ‘Misterios de Lisboa’ (Portugal)

Concha de Plata a la mejor actriz

Nora Navas por ‘Pa negre’ (España)

Concha de Plata al mejor actor

Connor McCarron por ‘Neds’

Premio del Jurado a la mejor fotografía

Jimmy Gimferrer por ‘Aita’ (España)


Premio del Jurado al mejor guión

Home for Christmas de Bent Hamer (Noruega, Suecia, Alemania)

Premio Fipresci de la crítica internacional

Genpin de Naomi Kawase (Japón)

Premio Kutxa-Nuevos Directores

Carlos César Arbeláez por ‘Los colores de la montaña’ (Colombia, Panamá)

Premio Horizontes

Abel de Diego Luna (México)

Premio TVE-Otra Mirada

Cerro Bayo de Victoria Galardi (Argentina)

Premio TCM del público

Barney’s version de Richard J. Lewis (Canadá, Italia)

Premio Euskaltel de la juventud

Abel de Diego Luna (México)

Premio Cine en Construcción

Entre la noche y el día de Bernardo Arellano (México) y Asalto al cine de Iria Gómez Concheiro (México)

Premio Cine en Movimiento

Sur la Planche de Leïla Kilani (Marruecos, Francia)

Premio Encuentro Internacional de Estudiantes de Cine

Los minutos, las horas de Janaína Marqués, Escuela Internacional de Cine y TV (Cuba)

Premio Donosti

Julia Roberts

La mejor noticia con diferencia es el doble premio para Abel en la opera prima de Diego Luna. Se estrenará el 1 de Octubre. ¡Que le vaya bonito! Hasta que llegue ese día os dejo con la canción que Julieta Venegas ha compuesto para la banda sonora de la película.


Ni Sayles, ni Aita... ¡Ava Gardner!

Amigo de John Sayles y Aita de José Mª Orbe eran a priori los estrenos importantes del día. Pero ninguno de los dos da mucho que hablar. Sayles sigue sin acercarse siquiera al nivel de sus mejores películas (Passión Fish, Lone Star), y José Mª Orbe se incrusta en el cine español que pretende romper esquemas... Sin embargo, el resultado no está a la altura del enorme cine español que nos llega últimamente (Celda 211, Lope, Héroes, Amador, Todo lo que tú quieras).

Más interesante fue el documental sobre unas de las actrices más carismáticas de todos los tiempo: Ava Gardner. Con La noche no se acaba Isaki Lacuesta sigue sólido después de las notables Cravan v. Cravan y La leyenda del tiempo.


Este documental que cuenta con las excelentes locuciones de Ariadna Gil y Charo López, se acerca a Ava Gardner, que en 1950 viene a España a rodar Pandora y el holandés errante, en un pueblo de la Costa Brava, Tossa de Mar. Se van desgranando recuerdos de su vida, de su relación con España y el relato tiene estilo y tiene mucha fuerza. Puedes estar mirando durante mucho tiempo una foto de Ava y no cansarte. Imaginen un documental con mucho material de estudio y un guión bastante inteligente basado en el libro de Marcos OrdóñezBeberse la vida: Ava Gardner en España. Muy interesante.

Different things

La Sección Oficial nos ha traído dos películas distintas. Y después de dos días malos, hoy no nos podemos quejar. El documental japonés Genpin de la directora Naomi Kawase sobre las mujeres que dan a luz como se ha hecho toda la vida, es algo premioso pero tiene la poesía y la originalidad de sus películas anteriores (sobre todo El Bosque del luto).



Agustí Villaronga (Tras el cristal, El niño de la luna, El mar) hace una película sobre la post-guerra que se centra más en emociones que en ideologías. "No me interesa un discurso político sino un discurso emocional" ha dicho Villaronga en la rueda de prensa. Y eso es de agradecer. Se ve que lo de rodar con niños se está poniendo de moda (Abel, Todo lo que tú quieras, Pan negro, Genpin....), y la verdad es que las interpretaciones de estas películas son sencillamente maravillosas. No nos acostumbremos porque no deja de ser un milagro.



Algún crítico ha comparado Pan negro con Secretos del corazón. El enfoque ciertamente es parecido. Las dos son un ejemplo de películas emocionales que tratan con elegancia el retrato del alma humana.

Por cierto que en el Velódromo se ha podido ver hoy Nanny McPhee y el Big Bang, una recuperación interesante que refleja el momento glorioso que está viviendo el cine infantil.

Julia Roberts lo merece... ¿pero ya?

Tener a Julia Roberts en San Sebastián es un tesoro a pesar de haber venido con una peli espantosa (no os perdáis a Boyero en El País o Luis Martínez en El Mundo), y de no estar lo cercana que estuvieron otras grandes actrices en esta ciudad tan acogedora. Yo nunca le hubiese dado tan pronto un premio que en principio está pensado para toda una carrera artística, porque es evidente que aún le queda mucho y muy bien cine por hacer. Pero eso es otra historia. 

La ceremonia de entrega del Premio Donostia fue muy digna, elegante y breve. Y el resumen que hicieron de la carrera de la actriz norteamericana es maravilloso. No ha firmado ninguna obra maestra pero es una artista que, como se ve en el vídeo, ha engrandecido todos sus personajes. La música que incluyen de fondo al discurso de Julia es del español Javier Navarrete en Fireflies in the garden.

Los trapos de Julia

Se merece muchos premios. Es la heredera natural de Audrey Hepburn, alguien que tiene ese don natural de caerle estupendamente a la cámara. Pocas actrices pueden permitirse un primer plano, torpe como pocos, de su poderosa dentadura deglutiendo pasta sin perder la dignidad cinematográfica. Ese plano aparece en la película con la que Julia Roberts se ha presentado en San Sebastián a recibir el Premio Donostia. La película dirige unas de los grandes de la televisión americana: Ryan Murphy, al que nadie ha hecho ni caso en el Festival. Lo merecía.



45 en total son el número de vestidos distintos que esa deslumbrante percha llamada Julia Roberts se pone en Come, reza, ama. No hay mucho más que ver en la película. Una bonita sonrisa y un buen número de trapos. Todo ello con fondos de pantalla de Bali y Roma que bien podrían servir para uno de esos power points con música de Enya y citas de Paulo Coelho, Isabelle Allende o Tagore. El problema es que Come, reza, ama, desgraciadamente, no es un power point sino una película de un metraje eterno (139 minutos que resultan más largos que los 7 años en el Tíbet de Brad Pitt, por cierto co-productor de esta película también prohinduista). Pero hay algo peor: estamos hablando de una película presentada en la Sección Oficial de un Festival importante como es San Sebastián.



No hay nada que me conmueva, divierta o interese de la película, porque reconozco que me importa poco si la pasmina de Julia es original o de importación, el bolso es de piel de cocodrilo o de elefante hindú, y los zapatos que lleva son de tacón alto o plataforma media. Lo que quiero es que todo acabe cuando antes pero... todavía no ha aparecido Bardem haciendo de "latino voy a lo que voy chata así que no te me hagas la estrecha que un jamono como yo no te lo encuentras a la vuelta de la esquina". Que conste que tanto Bardem, como Richard Jenkins, Viola Davis o la mismisima Julia hacen todo lo que pueden con unos personajes indefinidos rellenos con frases de calendario y citas de un mantra hindú afincado en Arizona que lo máximo que ha visto de la India es el canal turístico de viajes de placer para ricos que van a Bali, Calcuta o Bombay en jet privado y burbuja existencial.

Pero la India y Roma no es eso. En la India hay caos, olor a mierda (sí, a mierda, con las seis letras), muertos en la calle, pobreza extrema... Por eso el ver sonreír a tanta gente en la India (como en África), es un verdadero milagro que hace que uno salga de su ombliguismo occidental. Algo que no vendría nada mal a los personajes de esta película para que fuese posible hacer con ellos un cierto recorrido dramático más complejo que el "jo, es que no me apetece tanta rutina, quiero un poquito de variedad, aventura y sexo latino en mi estresada vida de forrado triste y deprimido pero sin complejos de importarle un bledo lo que cuenta el telediario antes de los deportes y la crónica rosa".



Por no decir nada de Roma, ese lugar en el que un hombre o una mujer se rehacen a sí mismos olvidando la dieta habitual y atiborrándose de pizza (para más emoción con pizza margarita que es la más sosa de todas las pizzas). El resto no tiene mucho interés. Hay algunas imágenes de un tal Miguel Ángel, unas pinturas de Rafael, edificios de un tal Brunelleschi, Bernini, el Circo Romano... Vamos, la cuna de una cultura milenaria y judeo-cristiana que existía muchos siglos antes que las boleras, Tiffanys, el McDonald, el Ipod e incluso El Código Da Vinci y Sexo en Nueva York (películas que tiene bastante que ver con Come, reza, ama en lo que se refiere a su riqueza antropológica y filosófica).

Por si alguien no se ha dado cuenta la película no me ha gustado. Pero tengo una madre y dos tías que saben mucho de moda y que disfrutaron de lo lindo viendo tanto cambio de pareo. Pueden hablar con ellas. Descubrirán la diversidad humana en su máximo esplendor y ya de paso se enterarán de que mucho Julia Roberts y mucha cirugía estética, pero el pelo de la chica no está bien cortado y peinado (al parecer esas puntas merecen otro trato más humano).

P.D: Por decir algo positivo de la peli, doy las gracias al director-guionista por minimizar al personaje de James Franco (ese actor que se cree James Dean por algún motivo que daría pie a una tesis doctoral voluminosa sobre lo que puede dar de sí la autoestima de un ser humano). Dejarlo en Estados Unidos y no mandarle a India y Roma es un gran acierto para mi salud psíquica y digestiva...

256 minutos y ningún bostezo

Es todo un culebrón. Misterios de Lisboa (256 minutos de película pensados como una miniserie en 6 capítulos para televisión), es un folletín en el mejor sentido de la palabra. Como bien ha dicho el chileno Raúl Ruiz (director de la película), en la rueda de prensa posterior a la proyección: "Stendahl hacía folletines. Y Balzac también. Y yo quería hacerlo desde hace años: adoro las telenovelas".

Esta admiración a un género tan denigrado se desprende en cada uno de los largos planos de esta cuidadísima película. La fotografía, el diseño de producción, un elenco de actores soberbios y, sobre todo, un guión muy bien cosido en sus innumerables idas y venidas hacen que uno aguante en una butaca más de cuatro horas muy a gusto.

Esperemos que este personal director de más de 100 películas siga teniendo oportunidad de hacer folletines tan entretenidos y elegantes como éste. Por lo que se ha visto en la rueda de prensa proyectos y buen humor para vencer las dificultades no le faltan. A la pregunta de una periodista chilena de si tiene nuevos proyectos el director respondió. "Tengo uno próximo: Hamlet". "¿En que consiste?". "Es la vida de un danés". Sin comentarios.

Calificación: 8





"Abel": Imponente opera prima de Diego Luna

Diego Luna se estrenó como director con esta película que ganó el Premio Horizontes Latinos en el Festival de Cine de San Sebastián en 2010. Toda la historia se apoya en dos niños que hacen un trabajo complicadísimo "haciendo" de padres en una familia desestructurada. 



La película conmueve, entretiene y tiene algunos golpes de humor muy necesarios en una atmósfera deprimente. La música es una maravilla, incluyendo la canción de Juliete Venegas. Con tan sólo 31 años el actor mejicano ha realizado una opera prima muy estimable, llena de vida, espontaneidad y ternura.

Calificación: 8 

"Buried": Tumbativa

Buried merece los innumerables elogios que se ha llevado el director gallego Rodrigo Cortés. Si era interesante Concursante, Enterrado es, nunca mejor dicho, tumbativa. Así te deja la película desde el inicial fundido en negro en que uno se va hundiendo en la butaca viendo lo que puede dar de si 200 cm x 50, un actor prodigioso (ya me lo pareció en The Proposal y Luciérnagas en el jardín) y un director que se pone un paso por delante de los Bayona, Balagueró y Fresnedillo, mano a mano con las mejores versiones de Alejandro Amenábar, Coixet, etc... 

Eso sí, no apta para claustrofóbicos. Yo no lo soy y casi me da algo ante tanta angustia espacial y sobre todo psicológica que someten a Reynolds y a.... ¡Samantha Mathis! (que apenas se la ve, pero allí está en los títulos de crédito, iluminando todo lo que puede una enorme película).

Calificación: 8,5

Josh Radnor: Una nueva voz desde Nueva York

Josh Radnor. Hasta hace unas horas era un actor secundario que aparecía en la justamente olvidada comedia No es otra estúpida película americana (2001). Desde ayer es uno de esos jóvenes talentos norteamericanos (36 años) de los que habrá que estar pendientes. Y es que su innombrable película (Happythankyoumoreplease) es una de las comedias mejor dialogadas e interpretadas de los últimos años. Y eso que corren unos tiempos excepcionales para ese delicioso género (500 días juntos, Up in the air).

El Victoria Eugenia aplaudió y rió con ganas durante casi dos horas que se pasan volando con esta radiografía optimista y emotiva de la juventud actual en período de tomar decisiones.

Calificación: 8,5




Un arranque ameno y poético

El comienzo de un festival siempre es interesante y peligroso. Si empieza mal el crítico empieza a hacer planes fuera de las salas de cine. Y más en San Sebastián... Pero no es el caso. Zinemaldia 2010 comenzó con buen pie. Casi 62.000 entradas vendidas y tres películas presentadas: dos de ellas de una notable calidad (la mejicana Chicogrande y la coreana Poetry), y otra a ratos bastante divertida (la española El gran Vázquez).

Horas después se estrenaba el biopic del sensacional humorista Vázquez, uno de los grandes mitos del comic español, creador de personajes como Anacleto, la Familia Cebolleta o las Hermanas Gilda. Es de agradecer una película que haga reir en un Festival. Y esta lo consiguió. Aunque a esta comedia le pesa mucho el carácter episódico, la reiteración y la escasísima evolución de sus personajes. Como si hubiesen salido de las viñetas de un cómic, son siluetas sin alma ni matiz, eficaces para la carcajada pero, a la larga, plenamente indiferentes para la emoción. Eso sí, hay que reconocer que Santiago Segura está bastante medido teniendo en cuenta lo exageradamente picaresco de su personaje.




En lo que se refiere a la llegada de estrellas al Festival, todo el mundo está pendiente de la entrada triunfal de Julia Roberts, prevista para hoy o mañana. Ayer llegó John Malkovich, un gran actor con poca cuota de glamour, que fue recibido con el aprecio de unos pocos. El mío por ejemplo.

El mejor cine español

Vuelvo a estar con Boyero. El mejor cine español de nuestra historia, las mejores imágenes de nuestra vida no las están protagonizando Penélope Cruz, Raúl Arévalo o Maribel Verdú, sino Rafa, Andrés, Pau, Xavi ó Contador.


"Heareafter" llegará el 21 de enero

Tendremos que esperar. No como en Estados Unidos, que se estrenará el próximo 20 de octubre. Lo último de Eastwood es un arriesgado thriller sobrenatural escrito por el gran Peter Morgan (The Queen, El último rey de Escocia, Las Hermanas Bolena, Frost contra Nixon, The Damned United) e interpretado por Matt Damon y una (espero) redimida Bryce Dallas Howard.

Nos lo merecemos

Mahou y el Atlético de Madrid llevan mucho tiempo haciendo una publicidad brillante y muy cinematográfica. Hasta hace poco lo único de lo que podía presumir un rojiblanco era de sus campañas de promoción. Pero los tiempos cambian y mientras que el Real Madrid sigue empatando a nada y dejando tranquila a la niña de sus ojos en Cibeles, los atléticos no dejan de estrenar lideratos y levantar trofeos ante un Neptuno pletórico.

En la vida, como en el cine, pasan estas cosas.... ¡A seguir soñando!



La forma de las nubes

Se presenta como una comedia basada en una historia real. Steven Russell (Jim Carrey), un estafador padre de familia que acaba en prisión donde dará rienda suelta a su hasta entonces oculta homosexualidad tras las atracción que siente por su compañero de celda, Phillip Morris (Ewan McGregor).


Debut en la dirección de los guionistas de Bad Santa y Una pandilla de pelotas, Glenn Ficarra y John Requa. Con este temible precedente hay que reconocer que Phillip Morris ¡Te quiero! supera las expectativas. Carrey y McGregor son muy grandes y consiguen disfrazar algunas de las muchas incoherencias de esta película que insiste en denominarse a sí misma como una historia real a pesar de resultar increíble. Pero es difícil creerse la “maravillosa” vida de Steven con el abandono de sus padres cuando todavía es un chaval, un accidente de coche, sus múltiples intentos de suicidio, el divorcio, el cambio que supone su posterior homosexualidad, delitos, cárcel…

Todo ello se presenta con el tono buscadamente incorrecto de películas como Kick-Ass, que en Estados Unidos ha provocado que la película aún no se haya estrenado (aunque todo pinta más bien a un retraso provocado para reservarla para los Oscar). El guión tiene momentos divertidos pero acaba pesando como una losa el marcado carácter episódico que va de aquí para allá a toda velocidad repasando las incontables mentiras que utiliza Steven para lograr estar con Phillip Morris. Los guionistas, conscientes de las múltiples trampas de la historia, intentan un salto al vacío ingenioso pero finalmente inútil. Tal como dice Steven: “Mi vida está llena de mentiras, pero mi amor por ti es lo único real que tengo”. Poco tiene ver está declaración con una muy similar recogida en el magnífico guión que John August escribió para Big Fish.



Mientras que en la obra maestra de Tim Burton el amor de Edward Bloom por su mujer y su hijo es conmovedor, generoso y responsable, aquí el supuesto amor queda bien definido por el primer encuentro en la celda de Steven con Phillip Morris. El personaje interpretado por Ewan McGregor después de una breve conversación inicial exclama: “¡Dejémonos de romanticismos! ¡Vayamos a la cama!”. Y allá que van, locos por descubrir la poesía de sus almas.

Esto es lo que da de sí Phillip Morris ¡Te quiero!, una frivolidad que muchas denominarán fresca y libre de prejuicios. Pero la película es un cúmulo de prejuicios en forma de tópicos: una vez más la esposa cristiana es la perfecta caricatura de la imbécil retrógada y tristemente esclavizada por una ideología absurda. Por el contrario, el heterosexual agnóstico que se hace gay es mucho más libre y feliz abandonando a su mujer y a sus hijos e intentando suicidarse cada vez que le da bajón o uno de sus numerosos compañeros de cama les da miedo contagiarse de SIDA y decide que esa noche nada de jueguecitos. Al juzgar por el enfoque de la película no parece haber nada criticable en que Steven se gane la vida robando a gente honrada, y que finalmente acabe provocando una brutal paliza a un enloquecido e inocente preso por el simple hecho de que da el coñazo a su Phillip Morris con inoportunos gritos a medianoche. Tampoco parece malo que Phillip Morris al salir de la cárcel pase olímpicamente de la persona que se ha jugado la vida por él. Todo lo contrario Isn´t it romantic, que diría Rod Stewart.

Y además estamos hablando de una película que no quiere influir en nadie, sólo cuenta una historia. Ni siquiera pretende ensalzar la práctica gay y volver a ganar Oscar tan "justificados" como los que Precious o Milk birlaron de manera tan “artística” a otras obras casposas y convencionales como Up in the air, 500 días juntos, District 9, An Education, Frozen River o Wall-E.


Así que nada de censurar esta ONG cinematográfica que hay que recomendar a tantos adolescentes cohibidos en materia sexual y religiosa, sin apenas libertad para pensar por sí mismos, pero plenamente maduros intelectual y afectivamente para no ser engañados por nadie que quiera aprovecharse de ellos. Es más, que la vean muchos niños que aprendan de adultos ejemplares como Steven, todo un modelo a seguir en estos inicios del siglo XXI… Sólo así tendremos un futuro luminoso como el cielo de la película, ese que aparece en el antológico plano final tapado por una nube con forma de pene (una delicada manera de cerrar una película tan inocente, educativa y bienintencionada como esta).

Calificación: 5

1 de septiembre

Un día como hoy necesita una película como ésta. Nada de depres post-vacacionales ni somníferos encubiertos... Lo que necesitamos es el mejor musical de todos los tiempos.

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