Para cualquier otro director de cine sería imposible, pero Clint Eastwood tiene demasiadas vidas de repuesto. El próximo 31 de mayo cumplirá 89 años y acaba de estrenar en España una película que dirige y protagoniza: la 40º como director y la 72º como actor. Aunque decepcionó todo el mundo con su anterior "aportación" al cine, Mula tenía todos los componentes para recuperar la madurez y el tono crepuscular de Gran Torino, Sin perdón o Million Dollar Baby.
La historia en la que está basada la película es un suceso real publicado en el New York Times. Un juguete para un actor como Clint Eastwood que se ha caracterizado en su vida familiar por su inestabilidad (5 divorcios) y la prioridad que ha dado en su vida al trabajo de actor y cineasta.
El guion lo escribe Nick Schenk (Gran Torino, Narcos, Manhunt: Unabomber), que en esta ocasión no ha estado brillante. Aunque la película interesa apenas emociona porque los personajes tienen un perfil tosco, verbalizado hasta la simpleza, con un redundancia empobrecedora en la ideas madre (ya mostradas TODAS en el trailer promocional). Darle a Dianne West, una de las más grandes, un personaje descrito con tanta torpeza es un delito.
Tampoco Clint Eastwood tiene un protagonista a la altura y hay varias escenas en las que da pena verle tan limitado por unos diálogos atropellados y previsibles. En el guion de Shenck hasta Bradley Cooper resulta indiferente. Por no hablar del narco del rifle dorado que le toca interpretar Andy García o los traficantes de plástico que aparecen en la película. Un desperdicio en toda regla que solo se salva por volver a ver actuar a la última leyenda del cine norteamericano.
Calificación: 6
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El título es inacabable pero la película es deliciosa
La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey. Lo que menos importa de esta gran novela y su espléndida versión cinematográfica es el postre "para pobres" que alarga el título. Mike Newell (Cuatro bodas y un funeral, Grandes esperanzas, Donnie Brasco) ha realizado su mejor película casi sin darse cuenta. La novela respira libre a través de un guion y una planificación que se ponen al servicio de una historia conmovedora y un grupo numeroso de personajes fascinantes.
Las localizaciones, el vestuario y la fotografía son una muestra más de que el cine británico, cuando se pone elegante, es inmejorable. Todos los actores expresan con delicadeza registros dramáticos muy matizados, con un toque de humor y amor por la literatura encantadores.
Desde que ví Brooklyn no recuerdo una película tan hermosa y aconsejable para cualquier tipo de público.
Calificación: 8
Las localizaciones, el vestuario y la fotografía son una muestra más de que el cine británico, cuando se pone elegante, es inmejorable. Todos los actores expresan con delicadeza registros dramáticos muy matizados, con un toque de humor y amor por la literatura encantadores.
Desde que ví Brooklyn no recuerdo una película tan hermosa y aconsejable para cualquier tipo de público.
Calificación: 8
Tres veces Van Gogh
En el último mes he visto 3 películas sobre el pintor holandés muy distintas. La más reciente es la película de Julian Schnabel, cineasta y pintor, (La escafandra y la mariposa) por la que William Dafoe consiguió una nominación al Oscar al mejor actor principal. Es una película de detalles geniales y momentos exasperantes. Una película de autor para bien y para mal que arranca de manera espectacular y acaba por derribo.
Entiendo que esa planificación nerviosa de constante movimiento y desequilibrio ayuda a entender al artista pero acaba siendo excesiva. Y la reiteraciones obsesivas de Vincent que el director transmite con monólogos interiores hacen que la película se repita así misma y no avance dramáticamente. Algo similar a lo que le sucede a una música que le viene pequeña a la historia, le falta emoción y variedad. Por último, los personajes secundarios apenas están esbozados sin llegar a profundizar en ninguno a pesar de tener actorazos como Oscar Isaac, Mads Mikkelsen o Mathieu Amalric.
Calificación: 7
Loving Vincent es uno de los experimentos más originales de los últimos años. Este film polaco sobre Van Gogh está animado por los trazos nerviosos del pintor holandés. Una verdadera belleza que además cuenta con un guion prodigioso que permite conocer al artista complejo desde puntos de vistas muy diferentes. La película te hace mirar de otra manera contemplando como lo hacía el pintor y entendiendo una sensibilidad muy peculiar.
Uno de los grandes aciertos es la premisa de la película que permite que el espectador vaya conociendo las diferentes capas del protagonista a través de una carta que no llegó a ser enviada.
Loving Vincent logró en 2018 la nominación al Oscar a la mejor película de animación.
Calificación: 8´5
Unir el color de Van Gogh y el de Minnelli en una película sólo podía dar una película fascinante visualmente. El loco del pelo rojo encandila desde sus primer plano: ese texto en letras de tipografía reconocible del artista holandés. Kirk Douglas no se llevó el Oscar finalmente a pesar de estar nominado pero su interpretación es extraordinaria: entre enfermiza, volcánica y sensible. El que sí recibió estatuilla fue Anthony Quinn que interpretó a un Paul Gaughin irascible y tosco.
A la película le falta un guion menos disperso y más acertado en el último tramo en que la historia se hace algo plomiza y los personajes no culminan con la intensidad que deberían. El libreto de Norman Corwin (La señora Chesney, La maja desnuda) tiene algunas escenas dialogadas con interés y otras demasiado confiadas en la pericia visual de Minnelli y los actores.
Aún así es una de las mejores películas sobre la pintura que ha aportado el séptimo arte.
Calificación: 7´5
Entiendo que esa planificación nerviosa de constante movimiento y desequilibrio ayuda a entender al artista pero acaba siendo excesiva. Y la reiteraciones obsesivas de Vincent que el director transmite con monólogos interiores hacen que la película se repita así misma y no avance dramáticamente. Algo similar a lo que le sucede a una música que le viene pequeña a la historia, le falta emoción y variedad. Por último, los personajes secundarios apenas están esbozados sin llegar a profundizar en ninguno a pesar de tener actorazos como Oscar Isaac, Mads Mikkelsen o Mathieu Amalric.
Calificación: 7
Loving Vincent es uno de los experimentos más originales de los últimos años. Este film polaco sobre Van Gogh está animado por los trazos nerviosos del pintor holandés. Una verdadera belleza que además cuenta con un guion prodigioso que permite conocer al artista complejo desde puntos de vistas muy diferentes. La película te hace mirar de otra manera contemplando como lo hacía el pintor y entendiendo una sensibilidad muy peculiar.
Uno de los grandes aciertos es la premisa de la película que permite que el espectador vaya conociendo las diferentes capas del protagonista a través de una carta que no llegó a ser enviada.
Loving Vincent logró en 2018 la nominación al Oscar a la mejor película de animación.
Calificación: 8´5
Unir el color de Van Gogh y el de Minnelli en una película sólo podía dar una película fascinante visualmente. El loco del pelo rojo encandila desde sus primer plano: ese texto en letras de tipografía reconocible del artista holandés. Kirk Douglas no se llevó el Oscar finalmente a pesar de estar nominado pero su interpretación es extraordinaria: entre enfermiza, volcánica y sensible. El que sí recibió estatuilla fue Anthony Quinn que interpretó a un Paul Gaughin irascible y tosco.
A la película le falta un guion menos disperso y más acertado en el último tramo en que la historia se hace algo plomiza y los personajes no culminan con la intensidad que deberían. El libreto de Norman Corwin (La señora Chesney, La maja desnuda) tiene algunas escenas dialogadas con interés y otras demasiado confiadas en la pericia visual de Minnelli y los actores.
Aún así es una de las mejores películas sobre la pintura que ha aportado el séptimo arte.
Calificación: 7´5
"La decisión de Sophie": Meryl en su esplendor
Creo que nunca he hablado en este blog de Alan J. Pakula. Este director norteamericano nacido en el Bronx en 1928 fue un cineasta importante en el último tercio del siglo XX con películas como Klute (1971), Todos los hombres del presidente (1976), El informe pelícano (1993) o La sombra del diablo (1997).
En 1981 realizó La decisión de Sophie que supuso el segundo Oscar para una joven Meryl Streep. Es una película sobre el Holocausto diferente a las demás, con un guion que consigue crear un ambiente muy peculiar entre la locura y el lirismo romántico que se refleja en la maravillosa música de Marvin Hamlisch (ganador de 3 Oscar en 1974 por las canciones y bandas sonoras de El golpe y Tal como eramos).
Esta película tiene algunos defectos evidentes como el exceso de metraje y una cierta dispersión argumental, pero mantiene el interés y valor con el paso del tiempo. Aparte de Meryl Streep, Kevin Kline y Peter MacNicol están perfectos en el retrato de sus personajes. La bellísima fotografía es de Nestor Almendros.
Calificación: 7´5
En 1981 realizó La decisión de Sophie que supuso el segundo Oscar para una joven Meryl Streep. Es una película sobre el Holocausto diferente a las demás, con un guion que consigue crear un ambiente muy peculiar entre la locura y el lirismo romántico que se refleja en la maravillosa música de Marvin Hamlisch (ganador de 3 Oscar en 1974 por las canciones y bandas sonoras de El golpe y Tal como eramos).
Esta película tiene algunos defectos evidentes como el exceso de metraje y una cierta dispersión argumental, pero mantiene el interés y valor con el paso del tiempo. Aparte de Meryl Streep, Kevin Kline y Peter MacNicol están perfectos en el retrato de sus personajes. La bellísima fotografía es de Nestor Almendros.
Calificación: 7´5
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