El "Silencio" de Scorsese

Hace unas semanas, antes de ver la película, mi pre-juicio sobre esta película era:

Tiene un talento innegable, pero tengo que reconocer que de los considerados grandes genios del cine actual  Scorsese es el que menos me convence. Sus altibajos, virulencias, exageraciones y barroquismos me acaban agotando en la mayoría de los casos. Hay gente que le entusiasma la orgía de 2/3 horas (según el montaje) de Di Caprio en El lobo de Wall Street. Yo no le veo ni evolución al personaje ni la más pizca de originalidad a una vida tan rutinaria.

De la próxima película de Martin Scorsese se ha hablado mucho, no sólo porque le hizo cambiar el título a la última de Almodóvar (que se llamaba Silencio y acabo siendo Julieta), sino porque es un proyecto con muchos elementos de interés.



Es evidente que a Scorsese una película sobre la busqueda de un jesuita portugués que acaba de perder su fe en el Japón del siglo XVII es todo un caramelo para desarrollar sus conocidas fobias sobre el catolicismo. En su favor tiene un reparto portentoso con Andrew Garfield, Adam Driver y Liam Neeson. Además tiene como base argumental una novela de Shusaku Endo, uno de los mejores escritores japoneses del siglo XX.

Ojalá me equivoqué y Scorsese no haya volcado toda su perversidad religiosa en desnaturalizar una historia magnífica y real. Lo digo de verdad. El director de Uno de los nuestros o La edad de la inocencia podría filmar una de sus mejores películas. En menos de un mes (el estreno es el 5 de enero en España), tendremos la respuesta.

Ayer pude ver por fin Silencio y tengo sensaciones encontradas. No es una película fácil ni en la duración (excesiva para lo que cuenta) ni en la estructura; demasiado repetitiva con una voz en off muy constante, y escenas y diálogos de torturas y razonamientos muy redundantes. La planificación, dirección artística y el nivel interpretativo es impecable y el argumento mantiene el interés en la mayor parte del metraje. Además la película tiene matices que agradezco y me sorprenden en Scorsese. Y desde luego se trata de la mejor de la peculiar trilogía religiosa, muy superior a The Kundum y La última tentación de Cristo.



El problema de este Silencio es que la oscuridad del trayecto es asfixiante. Está claro que la intención del director es mover a la reflexión racional más que emotiva, y lo consigue en parte con la ausencia de música y abundancia de diálogos sugerentes. Pero es una visión del martirio, la religión y el amor tan traumática como le gusta a Scorsese. Respetuosa con la religión de los dos "bandos", pero demasiado áspera y monolítica. A lo largo de más de 150 minutos hay una constante suplica a un Dios que se le escucha en el silencio. Hay momentos en los que parece que la criatura dialoga con su Dios, pero no son precisamente entrañables.

La película tiene muchas lecturas posibles y eso hace que sea valiosa, pero no se la recomendaría ni a mi peor enemigo. No me importa sufrir en el cine. Es más, me encanta sufrir en el cine siempre y cuando haya una cierta catarsis liberadora. Y aquí brilla por su ausencia. En definitiva, Silencio se parece muy poco a De dioses y hombres o La misión, películas de argumento similar a la de Scorsese, que me siguen fascinando por su mezcla armónica de reflexión, piedad, cine y música.

Calificación: 7´5/10

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