El 4º capítulo de la 3ª temporada de Black Mirror ha sido recibido como el mejor de toda la serie y una de las cumbres de la Ciencia-Ficción actual. Y no salgo de mi asombro, ya que la ristra de topicazos de este nuevo capítulo es muy considerable;
1º) El recurso de la realidad virtual ya empieza a ser un tópico dentro de la serie, algo que sorprendía y daba juego. Ahora es más de lo mismo.
2º) Una historia que se vende como romántica aunque empieza en un aquí te pillo aquí te mato de discoteca visto una y mil veces.
3º) El protagonismo de una relación homosexual entre mujeres, que es lo que se lleva ahora en un cambio de timón evidente del gran lobby mundial.
4º) El conflicto maniqueo entre chica parva, modosa y reprimida, infeliz y aburrida y otra rebelde con causa, deslenguada y que sabe disfrutar del momento sin comprometerse más que con ella misma.
5º) Las escenas de amor playeras de anuncio de desodorante.
6º) Las dos protagonistas viajan en un coche antiguo descapotable por zonas desérticas. Una es pelirroja y con gafas gigantes, la otra es afroamericana con pelo rizado, un versión remasterizada de Thelma y Louise en la era Obama.
7º) La ridiculización de las opiniones contrarias a la eutanasia y la banalización del sexo, tachándolas de visiones retrogradas y estrechas.
8º) Me encantan la música y el estilo visual años 80, pero esto también empieza a ser una época demasiado trillada.
Todo estos ingredientes hacen que Charles Brooker cada vez me sorprenda menos y me incomode más con su propaganda y pedagogía agresiva y simplista.
Calificación: 6
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