Aunque el gran descubrimiento es el joven alemán Nico Liersch, que está magnífico en su personaje de adolescente enamorado en tiempos de guerra.
Pero la película no acaba de tener la intensidad que merece el relato. Empezando por el engañoso título; la película no se centra en el robo de libros, y tampoco transmite la fascinación por la literatura. La música de John Williams, sorprendentemente nominada al Óscar, se contagia del tono distante y la tibia expresión de sentimientos de la película.
A pesar de ser una película entretenida con algunas escenas muy logradas, se echa en falta el toque personal de un artista. Un sello que no han sabido darle ni el director Brian Percival ("conocido" por realizar algunos capítulos de Downton Abbey) ni el guionista Michael Petroni (El rito, Las crónicas dde Narnia: La travesía del viajero del alba).
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