Esta secuela es aún más dinámica, arriesgada y tiene mejor historia y personajes que la precedente. Los Ealing, una familia que acaba de ser abandonada por su padre se traslada de casa a una más grande y antigua. La madre y sus 4 hijos empiezan a sufrir ataques paranormales de intensidad creciente que durarán desde 1977 a 1979.
El secreto de Wan es que cuida los tiempos y los detalles, sorprende con sustos en momentos poco previsibles, mima la descripción de los personajes, las referencias religiosas... Qué diferencia entre las últimas películas de terror de James Wan y los blockbusters gore y agnósticos que son como una plaga del cine actual. Las dos horas y cuarto que dura The Conjuring se te pasan volando gracias a que no hay algo que contar más allá de las apariciones de espíritus.
Vera Farmiga y Patrick Wilson vuelven a demostrar que son insustituibles en estas películas. La serenidad y credibilidad que aportan a sus personajes es dificilísima porque todo lo que les sucede es paranormal y exagerado, difícilmente expresable en gestos que no resulten ridículos. Y la selección de los niños es impecable, especialmente de la adolescente Madison Wolfe que asume el papel de la niña del exorcista del siglo XXI con una caracterización estupenda.
Por último hay que agradecer a James Wan que trate con tanto respeto y profundidad a los exorcistas y la religión católica. Estamos hartos de ver licencias imposibles y faltas de respeto a un tema tan sensible como éste en muchas películas de terror que juegan a ser científicas con un toque irónico tan frívolo como muy poco inteligente.
Calificación: 8/10
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