Por el contrario hay dos comedias actuales de dos buenos directores (Ron Howard y James L. Brooks) cuyas presupuestos no dejan de sorprenderme. 70 millones de euros ha costado ¡Qué dilema! (un despropósito protagonizado por Vince Vaughn), mientras que el último capricho del creador de Los Simpson y el cada vez más inaguantable Jack Nicholson (¿Cómo sabes si...?) ha costado 120 millones. Las dos pelis han sido un fracaso, estrepitoso si se tiene en cuenta que apenas han recuperado la mitad del presupuesto.
Quizá sea el momento de no contentarse con echarle toda la culpa a la piratería en Internet, las películas que "regalan" en los periódicos, lo poco que tarda el trasvase cine-televisión.... El hecho es que hay gente que demuestra que con poco dinero se pueden hacer productos rentables. Slumdog Millionaire, Gran Torino, El discurso del rey, etc...
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