Miss Shepherd era conocida en todo su barrio londinense como la vecina
indeseable. Esta anciana mendiga vivía en su desvencijada furgoneta gris que
aparcaba en frente de una casa el tiempo que los dueños se lo permitían.
Curiosamente el que aguantó con más paciencia fue un solitario escritor, Alan
Bennet, que “convivió” con ella más de 15 años. De esta relación nació la obra
de teatro y su versión cinematográfica.
Maggie Smith es una actriz que no necesita presentación. A punto de cumplir 83 años es una auténtica
reliquia del teatro, el cine y la televisión inglesa. El último personaje inmortal que ha creado en los últimos años es Violet Crowley la gran matriarca de Downton Abbey.
En The Lady in the Van aprovecha la originalidad de su personaje que contrasta con el de gran dama
inglesa que estamos acostumbrados a ver en pantalla. Aquí es
una pobre excéntrica con ingenio, talento e ironía típicamente inglesa, muy
elegante a pesar de vestir con harapos y desprender un olor insoportable.
La película mide bien los tiempos y mantiene embobado al
espectador ante unas interpretaciones y diálogos tan brillantes. La estructura
teatral es evidente pero no resulta acartonada gracias a la puesta en escena de
todo un experto en la materia como Nicholas Hytner (La locura del Rey
Jorge, El crisol).
La historia avanza a buen ritmo gracias a los constantes y variados
conflictos de los dos protagonistas. El actor de series británicas Alex
Jennings tiene el gran mérito de
enfrentarse a Maggie Smith y no morir en el intento, además de
lograr que su personaje no degenere en un pedante y previsible escritor
individualista y desagradable.
Solventando la tentación de caer en la caricatura, los personajes acaban
resultando entrañables y complementarios. Una historia deliciosa en la que hay
espacio para el humor, el drama, los recuerdos, la literatura que nos da una
vida de repuesto y los vecinos imprevistos que acaban por convertirse en
indispensables.
Calificación: 7
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