El programa de humor de Nochevieja en RTVE fue muy brillante. José Mota tiene un valor incalculable como cómico que después de horas y horas, años y años, sigue sorprendiendo con un humor muy pegado a la calle. Además es un humorista que no se deja llevar por el chiste fácil. Su crítica a la juventud adocenada, que se queja y no hace nada más por el mundo, o a los políticos corruptos y patéticos, es más necesaria que nunca.
El programa acaba con el tema final de uno de los mejores musicales de los últimos tiempos: Amanece en Edimburgo.
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