Y hay una buena historia, un guión hábil, unos actores enormes dando lo mejor de sí (no veíamos a Catherine Zeta Jones y a Jude Law tan acertados en años). Hasta Channing Tatum está aceptable. Y para colmo de bienes Thomas Newman se deja de redundancias y lugares comunes y compone una música que te lleva dónde quiere a la velocidad que la historia le pide. Un thriller sobre los efectos secundarios de los antidepresivos verdaderamente fascinante.
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“Efectos secundarios”: Newman y Soderbergh renacen
Había oído hablar muy bien de la penúltima película de Soderbergh (la última la acaba de presentar en Cannes y me da pánico acercarme), pero no acababa de creerme que el director de plomos tan rotundos como Che o El soplón hubiese regresado al nivel sobresaliente que logró en Traffic. Quizás no haya llegado tan lejos, pero Efectos secundarios me parece una de esas películas de las que injustamente se habla muy poco.
Y hay una buena historia, un guión hábil, unos actores enormes dando lo mejor de sí (no veíamos a Catherine Zeta Jones y a Jude Law tan acertados en años). Hasta Channing Tatum está aceptable. Y para colmo de bienes Thomas Newman se deja de redundancias y lugares comunes y compone una música que te lleva dónde quiere a la velocidad que la historia le pide. Un thriller sobre los efectos secundarios de los antidepresivos verdaderamente fascinante.
Y hay una buena historia, un guión hábil, unos actores enormes dando lo mejor de sí (no veíamos a Catherine Zeta Jones y a Jude Law tan acertados en años). Hasta Channing Tatum está aceptable. Y para colmo de bienes Thomas Newman se deja de redundancias y lugares comunes y compone una música que te lleva dónde quiere a la velocidad que la historia le pide. Un thriller sobre los efectos secundarios de los antidepresivos verdaderamente fascinante.
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