Hans Zimmer vuelve al podium

Hans Zimmer (Frankfurt 1957) ha dado un interesante giro a su carrera. Se acabaron los coros de Lisa Gerrard y la monotonía de sus composiciones herederas de la música “gladiatoriana”. El músico alemán deja a un lado la épica y se centra en un intimismo minimalista desnudo de su habitual grandilocuencia.



En La dama de oro, la bellísima película de Simon Curtis protagonizada por Helen Mirren y Ryan Reynolds, compone la música junto con el compositor británico Martin Phipps, conocido por sus brillantes trabajos para televisión en series como Wallander, The Honourable Woman o Peaky Blinders.

La banda sonora de La dama de oro se acerca mucho al estilo del compositor norteamericano Thomas Newman (American Beauty, Efectos secundarios, Saving Mr. Banks). La leve resonancia de instrumentos de percusión se fusionan con el magistral acompañamiento del violín y el piano. Así lo escuchamos en el tema central de la película que abre y cierra la película de manera brillante.


Aunque es verdad que hay una redundancia excesiva de este composición central, Zimmer y Phipps incluyen variaciones que hacen que la música acompañe a la perfección una historia sencilla que acaba resultando profundamente emotiva.

Como es lógico en la banda sonora se aprovecha que el argumento se centra en Austria, una de las cimas de la ópera y la música clásica, para incluir algunas piezas como la versión de Dawid Kimberg del Deh, vienni alla finestra. Este famoso y reconocible extracto de la opera Don Giovanni compuesta por Mozart, ambienta a la perfección la grandeza y sutileza artística de un país que estaba a punto de ser devorada en un abrir y cerrar de ojos por las tropas de Hitler.

La metáfora del baile del tiempo no es la primera vez que se utiliza, pero sigue funcionando a la perfección gracias a bandas sonoras como ésta. Una manera muy acertada de dar a la historia y los personajes un mayor recorrido y trascendencia.  

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