Dos maneras de mirar

En los últimos años se han estrenado varias películas sobre casos de pedofilia en la Iglesia Católica. Cada uno tiene una forma de mirar un asunto doloroso y repugnante para los propios católicos y los que no los son. Estas dos maneras de contar se pueden resumir en dos películas recientes.

1º) El club de Pablo Larraín. El director de "NO" parecía que iba arrasar en todo tipo de premios con esta película con la que ganó el Gran Premio del Jurado del Festival de Berlín. Al final no ha sido ni nominada a los Oscar. La historia de una especie de cárcel sin barrotes para curas abusadores es de lo más cruel y desagradable que se puede ver últimamente. El detallismo con el que se cuentan una y otra vez los abusos, la inhumanidad con la que se retrata a cada uno de los personajes y la reiteración agotadora de las mismas metáforas visuales acaba por hacer que la película sea una de esas que hechizan SÓLO en festivales. La enmienda a la totalidad de la Iglesia hace que la caricatura sea parcial, maniquea y tramposa. Es muy difícil de empatizar con estos personajes a no ser que uno llegue a la película con el odio y prejuicio puesto desde casa.



2º) Spotlight de Thomas McCarthy. El gran escritor y director de The Visitor y Win Win vuelve a demostrar que es uno de los grandes narradores de Hollywood. Con un reparto magistral logra que la investigación periodística y real de los casos de abusos en Boston sea trepidante y profunda. Lo mejor es el retrato poliédrico del drama; los padres de los hijos que creen, los que han dejado de creer, los católicos que sufren lo indecible por estos casos, los periodistas que quieren descubrir la verdad, los editores que quieren aprovechar y tumbar a la institución... McCarthy además es muy inteligente al no regodearse en los detalles mínimos y vergonzantes de los abusos que hace que la película sea más abierta y sugerente. Y el que quiera descripciones detalladas puede encontrar todo tipo de documentales y reportajes de este tipo al alcance de un "click". Spotlight deja una huella muy profunda en el espectador pero no patalea su estómago hasta llegar a las vísceras. Una película elegante y un ejemplo de cine moderno con olor a clásico que ha obtenido 6 nominaciones a los Oscar.

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