Lo peor de los Goya 2017

1º) Una vez más Dani Rovira. Estuvo aún peor que el año pasado y que hace dos. Mitinero, sin chispa ni inventiva, con un tono zafio y desacertado casi siempre en el tono. Esta vez casi no cantó ni bailó y en  general apareció menos. Pero sus 3 intervenciones con el megáfono, los tacones, el morreo a Karra Elejalde sonaron a oportunismo cutre y paleto.



2º) Ana Belén. 15 minutos imperdonables. Discurso interminable con su vestido de Cenicienta y sus palabras de roja pija cabreada por qué no están gobernando los que a ella le gustan. Muy pesada ella y el vídeo-repaso de su más que discutible talento y filmografía.

3º) 3 horas sigue siendo demasiado para una ceremonia, un formato que tiende a ser redundante y cansino.

4º) El discurso de Yvone Blake y Mariano Barroso en el que sólo habló con un español  de turista Yvone Blake. Ya antes de subir al escenario protagonizó uno de los gags más torpes de la gala con Rovira disfrazado de Superman y ella hablando del paquete y los calzoncillos de superhéroe. Ya en el escenario fue plomiza, lenta y evidente.

5º) La repetición de datos económicos positivos del cine español y estadísticas de impuestos, actores que viven de su trabajo, etc... Se convirtió en un tópico autobombo que acabó por estropear una buena idea de recordar que los espectadores españoles cada vez más van al cine a ver películas españolas.

6º) Manuela Vallés y Barbara Lennie fueron las peor vestidas de la gala. La primera protagonizó la canción de los Goya que a todo el mundo le produce vergüenza ajena y la segunda vino con un disfraz de Cleopatra que parecía comprado en unos chinos.

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