"Preacher": Macarrada estilizada

Esta nueva serie de AMC está basada en un cómic sobre un predicador poseído de un misterioso espíritu que le otorga cualidades especiales. Dominic Cooper interpreta a un peculiar especie de justiciero vestido de negro con dos puntas metálicas en el alzacuellos que bebe y fuma constantemente.

Detrás de esta serie está, entre otros, Seth Rogen, el cómico rollizo que dirige, escribe y produce comedias zafias que han tenido un éxito en taquilla notable: Lío embarazoso, Superfumados, ¿Hacemos un porno?. Con estos referentes era difícil que la serie no fuese blasfema, gruesa y descerebrada. Sin embargo Preacher tiene varios guionistas de Breaking Bad que saben trazar los personajes con mucho talento, especialmente en los primeros capítulos. De esta manera la serie no es una gamberrada imbécil: una mezcla indigesta de Dominión, Sobrenatural con las películas de exorcismo más irracionales que son una verdadera plaga en el cine actual.



Además Preacher tiene algunas peleas coreografiadas con mucho talento. Resulta espectacular la pelea a muerte dentro de un coche atravesando un maizal, o la inesperada matanza dentro de un avión de lujo.

Conforme la serie avanza los ingenioso se vuelve macarra, primario y visceral. Los personajes empiezan a vomitar tacos y frases muy irrespetuosas con la facilidad con que machacan al enemigo utilizando todo tipo artes: golpes, patadas, hachazos y, no podía faltar, ese romántico instrumento tan admirado en este género: la motosierra.

Hay que reconocer que hay estilo en la planificación, la edición y la música, pero esto no es suficiente para levantar una historia que carece de brújula, que va dando palos de ciego a uno y a otro lado sin esforzarse en crear una coherencia interna y unos personajes que aportan algo más que un estilismo macarra que acaba por ser agotador.

Calificación: 6/10

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