"Big Fish": La película en la que todo es fabuloso

Me gusta mucho Tim Burton, sobre todo el anterior a Sweeney Todd. Pero hay una película que me parece superior al resto y aprovecho para hablar de ella en el post nº 1.000 de este blog que empecé el 7 de junio de 2009. Ya entonces le dediqué la primera entrada a Ewan McGregor, uno de los más grandes actores de su generación, y ya utilicé en el perfil la foto de Big Fish de los zapatos que uno cuelga al entrar en un pueblo del que nadie se marcha.



Big Fish es una película sobre un cuentacuentos que hacía submarinismo en bañeras y piscinas, y tambíén de un hijo que no entiende a un padre, y dos gemelas unidas en un mismo cuerpo, y un insensato que recibió una paliza por la chica a la que quería después de haberle comprado un jardín de sus flores favoritas.

Big Fish es una película luminosa sobre la fantasía y la realidad, un cuento de cuentos imaginativo y complejo, que habla sobre la fidelidad, el sacrificio por el amor platónico, la filiación, la subjetividad del tiempo, la imaginación como motor necesario de una historia de amor que vacuna contra las rutinas y las crisis.



Es difícil citar una escena o un apartado técnico porque la película es brillante en todo. El ingenio creativo de Tim Burton en la planificación, el guion divertido y emotivo de John August, la música de Danny Elfman, la apoteosis creativa en los vestuarios de Collen Atwood, la fotografía de Phillip Rouselott, el personaje de bruja que borda Helena Bonham-Carter, el encanto de Ewan McGregor y la madurez interpretativa de Albert Finney, el retrato de las mujeres que hacen que los hombres se agiganten al estar a su lado (Marion Cotillard, Jessica Lange), y el adulto que aprende a ser hijo de su padre y niño por primera vez en su vida (Billy Crudup).

Han pasado más de siete años desde que empecé este blog y Big Fish me sigue fascinando. A mí y a la mayoría de los que les aconsejo este título sobresaliente, uno de esos ejemplos claros de que el gran cine no envejece, y sigue haciendo soñar y pensar a personas de todo el mundo. Cuando una película me entusiasma le pongo como máximo un 9 esperando que el tiempo aclare si es una obra maestra que merece una puntuación mayor. 13 años después de su estreno no tengo ninguna duda; Big Fish es una de ellas.

Calificación: 10

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