Volverte a ver (en tres actos)

En este mundo acelerado cada vez cuesta más echar la vista atrás, respirar hondo y tomar una decisión difícil: viajar al pasado. No digo ya a los años veinte, me conformo con llegar hasta los ochenta o incluso los noventa. Como los que nos dedicamos a ver cine y tele tenemos las preguntas moscardón (¿Y qué veo? ¿Qué me aconsejas?) sobrevolando nuestra vida, muchas veces no nos damos cuenta que si el cine de hace décadas sigue siendo bueno, es realmente bueno. Un clásico en potencia.

En las últimas semanas me he atrevido a aconsejar películas estrenadas hace 10, 20 o 30 años. Por si os interesa, apunto alguno de esos títulos telegráficamente perfilados.

Poltergeist (1982)

El miedo sin infarto, la magia de Spielberg y la medium obesa de gafas gigantes. Una película para los que quieren recibir los primeros sustos cinematográficos sin necesidad de ver vísceras ni motosierras en acción.

El chip prodigioso (1987)

Seguimos con otra peli producida por Spielberg, pero esta vez con un humor de tintes fantásticos que tan bien administraba Joe Dante (Gremlins). Un recuerdo a ese gran humorista que era Martin Short, bien acompañado por un jovencísimo Dennis Quaid y una versión más que soportable de la insoportable Meg Ryan.

El jurado (2003)

Quizá la mejor película basada en una novela de John Grisham. Rachel Weisz, Hackman, Cusack, Hoffman… y un guión magnífico. Ya han pasado diez años desde su estreno pero mantiene el ritmo y la intensidad inteligente de entonces.


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