La música de Thomas Newman me ha gustado, muy al estilo Zimmer-Nolan en algunos momentos, pero sin dejar de tener sello propio y un tramo final en el que la banda sonora engrandece a la historia. La canción a capela recuerda mucho al memorable final de Senderos de gloria de Kubrick, y me parece muy bien. La fotografía de Roger Deakins es de las que hay que estudiar a fondo para entender lo que el cine está mejorando con los avances técnicos.
Poner a dos actores protagonistas que no están precisamente en el top ten del cine actual es un riesgo más de la película. Creo que tanto George MacKay (Amanece en Edimburgo) y Dean Charles Champman (Into the Badlands) están muy bien y su rostro expresa una jovialidad muy cercana y natural que hacía falta. Tampoco es que esté nada convencido que otros actores con más carisma hubiesen hecho una película mejor, pero eso es ciencia-ficción.
Lo único que echo en falta un poco en la película es algo más de desarrollo y recorrido de los personajes. Aunque tienen mucha más entidad que los de Dunkerque, la universalidad de sus acciones podría haber sido completada con un psicología más sugerida. Creo que eso haría que la película me emocionase tanto como lo han hecho en los últimos años Gravity, Hasta el último hombre o Roma. Pero digo algo parecido a lo que expresé con Dunkerque: este cine cambiará la historia del séptimo arte.
Los Oscar de este año no lo tienen tan difícil: hay varias películas que merecen los grandes premios, con lo cual hay bastantes opciones defendibles.
Calificación: 9´5
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