"Bohemian Rhapsody": Un espectáculo

Llevar al cine la historia de Queen es un reto que en manos de Bryan Singer podía acabar muy mal. El director de Sospechosos habituales y Valkiria también fue el realizador del olvidable Superman de 2006 con Brandon Routh o el fiasco de Jack, el Cazagigantes. Apadrinado en la producción por el mítico Bryan May la película dedicada al grupo liderado por Freddy Mercury sólo tiene un error importante: ese molde que le ponen en la boca a Ramy Malek para imitar los prominentes incisivos del cantante. El actor de Mr. Robot está sensacional pero esa dichoso ortopedia que le impide hablar y gesticular con naturalidad es imperdonable.

El guionista Anthony McCarten, dos veces nominado a los Oscar por La teoría del todo y El instante más óscuro, con el apoyo en el argumento de Peter Morgan ofrece un retrato complejo y contrastado de un genio. De manera inteligente muestra un personaje que tenia un don y un látigo que diría Truman Capote. El último tramo de la película está plagado de diálogos de doble lectura que expresan las dificultades del trabajo en grupo con un cantante de carácter tan volcánico.

La manera de insertar las mejores canciones de Queen sin abusar de su uso, aportando alguna variedad en los temas, y las escenas del concierto de Wembley del 84 hacen que la película esté a la altura del personaje. Una película que es un tributo y un espejo del lado oscuro de uno de los mayores talentos musicales del siglo XX.

Calificación: 8,5 

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