"Los sobornados": La concisión perfecta

Fritz Lang dirigió 44 películas. Muchas de ellas obras maestras, especialmente de cine negro, género en el que fue uno de los grandes maestros. Los sobornados (1953) es cine que no caduca, de personajes con vida propia, cada uno detallado en cada frase y cada mirada. Como esa escena final entre Glenn Ford y Gloria Grahame, sublimes los dos, que define un romance fatal que brilla imprevisible en el último crepúsculo.



Sydney Boehm (Los implacables, Siete ladrones) no volvió a escribir un guión así nunca, pero este libreto es suficiente para ser un ejemplo de desarrollo de personajes, de los famosos giros que hacen que la historia explote por completo, y los diálogos que explican certeramente la humanidad de los desalmados y la supervivencia de los perdedores.

Calificación: 9 


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