"The Good Doctor": Imperdonable glucosa

Me esperaba mucho más de una serie creada por David Shore (House) y protagonizada por el inconmensurable Freddie Highmore (Motel Bates). No comprendo el ataque de sensiblería que afecta a la serie de principio a fin. Los recurrentes flashback de la infancia del protagonista con una fotografía difuminada y música “entrañable” son dignos de una serie floja del Canal Disney. Y el intento de manipular al espectador con esa historia traumática y forzada hace que la serie pierda en credibilidad y emoción verdadera.

Igualmente la serie combina algunos diálogos elaborados con otros ahogados en simpleza y frivolidad. Y hay muchos problemas en un hospital que no se solucionan con energía positiva. Eso quedaba muy claro en House, y también en la serie catalana Pulseras rojas.

Otra prueba de que los personajes de esta historia viven de la trampa es el abuso de la música. Sin llegar a los niveles de Anatomía de Grey (donde prácticamente conectaban con el audio de Kiss FM), The Good Doctor pide auxilio a melodías sentimentales impersonales con demasiada frecuencia. El problema no es sólo de cantidad sino de calidad, como bien ha quedado demostrado en la serie This is us, un ejemplo en casi todo, incluido la banda sonora.

En definitiva, The Good Doctor es una serie tan amable como desaprovechada.

Calificación: 6

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