Coronado, descansa

José Coronado empieza a estar en todas partes. Al grito de Carpe Diem, todo vale… Y no. Hijo de Caín es una peli de adolescente perverso con demasiada trampa en el guión y unos cuantos kilos de cartón-piedra en los personajes. Los actores se esfuerzan pero cuando el guión falla tanto, hay poco que hacer.

Una película así además depende mucho del final, y la última media hora de esta película es catastrófica, con un José Coronado al que le ponen en una situación totalmente ridícula a modo de clímax. No hago más que acordarme de lo bien que estaba Macaulay Culkin en El buen hijo, o incluso La huérfana de Collet-Serra. Ninguna de las dos era una obra maestra, pero comparándolas con Hijo de Caín, salen claramente revalorizadas. Una pena, porque la atmósfera inicial prometía algo bastante mejor.

La consecuencia positiva es que esta película demuestra que el terror español ha subido muchos enteros. Ya no vale cualquier cosa para asustar al público ibérico que ha visto El orfanato, Los ojos de Julia, etc.

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