"The Green Book": Lo que falta es color

Hace unos meses vi el trailer de la última y laureada película de Peter Farrelly, sin duda la mejor del director cómico, hermano de Bobby, y culpable de comedias zafias y a ratos divertidas como Dos tontos muy tontos, Vaya par de idiotas, Algo pasa con Mary. Te contaba casi toda la historia y te incluía las mejores frases de la película. Aún así fui a verla con interés y precaución: había ganado el Premio del Público en Toronto, estaba nominada a 5 Oscars y todos los críticos la incluían entre las mejores películas del año.



Viggo Mortensen está enorme física y artísticamente en este personaje rudo y extrovertido. La película es una conversación en coche de dos personajes antagónicos que recuerda un poco a Paseando a Miss Daisy con unos gloriosos Morgan Freeman y Jessica Tandy. Peter Farrelly sabe imprimir humor a una amistad que pretende ser entrañable y complementaria. Supongo que si a uno le entusiasman películas como Intocable o Criadas y señoras, Green Book le parecerá una obra maestra. A mí se me atragantan tantos subrayados y efectismos, tan poco matiz en el desarrollo de personajes. También me sucedió con la última película de Spike Lee, más tendenciosa pero en esa línea de dejar claro los buenos y los perversamente malos de la historia.

Los perfiles de italiano tosco y artista sensible y homosexual me parecen clichés en toda regla. No me importa si se les utiliza como esqueleto al que acompañar con ingredientes personales, pero no es el caso de esta comedia que me ha chirriado en demasiados momentos.

Calificación: 6´5

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