"Barry Seal": A mitad de vuelo

Tom Cruise da con la tecla en la interpretación pero ni Doug Liman (El caso Bourne, Jumper, Al filo del mañana) como director ni el primerizo guionista Gary Spinelli (La casa de seguridad) resultan tan acertados. Las aventuras de este aviador que trabajó a la vez para la CIA y para Pablo Escobar era un argumento que ya nos habían contado en la muy superior Narcos. Aquí es un tono más banal y ligero, más cercano a esa gran comedia de acción titulada Noche y día.

La historia se sigue con interés pero sin llegar a fascinar como debería. Pesa mucho la redundancia en contar los aspectos más zafios de la vida de Barry, y también que los perfiles de los personajes son muy poco detallados, especialmente la esposa del granuja (muy difícil de creer) y Pablo Escobar (a años luz del carisma que desprende Wagner Moura en Narcos). El jefe de operaciones especiales de la CIA interpretado por Dominic Gleeson (un estupendo actor como ya lo he demostrado en Black Mirror, Brooklyn o Ex Machina), tampoco aporta algo de creatividad a un personaje demasiado trillado.

Por otro lado, al no querer juzgar nunca al protagonista se elimina cualquier apunte dramático y esto resta humanidad y verosimilitud a la película que acaba siendo una atracción de feria con mucha menos espectacularidad que, por ejemplo, Misión Imposible.

Calificación: 6   

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