"Blade Runner 2049": Ni ridícula ni fascinante

Después de meses de espera ayer pude ver la última película del que para mí es de los 3 o 4 mejores cineastas del momento: Dennis Villeneuve (PrisonersSicario o La llegada). Y en resumidas cuentas esta secuela no es ni tan ridícula como las últimas de Alien, ni tan fascinante como la obra original de Ridley Scott de 1982.



Lo mejor de la película son algunos giros de guion de Hampton Fancher que dan lugar a escenas muy logradas, la mayoría de ella en la segunda parte de la película. El argumento no repite lo que ya vimos sino que avanza notablemente en una evolución de personajes e historia muy sugerente. Además, visualmente la película tiene diseño propio, no tan rompedor como lo fue en el 82, pero no defrauda a las expectativas.

Ryan Gosling durante buena parte de la película vuelve a adquirir ese tono hierático heredero de Drive que tanto daño le ha hecho en su carrera y del que pensaba que había prescindido para siempre después de bordarlo en La La Land. En la segunda parte su personaje crece y él mejora, pero ninguna de los dos llega tan lejos como debería para que la película sea la obra maestra que podría ser con un argumento así.



Harrison Ford hace un breve pero brillante trabajo, al igual que Ana de Armas. Tenía un recuerdo horrible de esta actriz (aún tiemblo con el recuerdo de Por un puñado de besos), pero hay que reconocer que está muy bien con ese personaje novedoso tan difícil de interpretar. También intervienen Jared Leto y Robin Wright-Penn, pero sus personajes son más impersonales.

A pesar de todo esto la película se me ha hecho muy larga. A esos 163 le sobran 40-50 minutos claramente, sobre todo en una primera hora bastante plomiza. Esto hace que tardes mucho en conectarte a unos personajes que se pierden en el espectáculo visual, algunas redundancias agotadoras (la misma publicidad erótica que vemos hasta 3 veces) y varios diálogos muy evidentes, muy poco "noir". La película es solvente en casi todo el metraje pero no fascinante y espectacular.

Otro factor que no acaba de funcionar es la música, elemento clave de la carismática película de Ridley Scott.  Desgraciadamente Villeneuve se ha desentendido de el compositor que hacía volar películas como Sicario o La llegada y ha contado con Hans Zimmer que hace un trabajo muy poco destacable, a año luz de la intocable banda sonora de Vangelis de la película original.

Calificación: 7´5

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