El hundimiento (2004), Sophie Scholl (2005), La vida de los otros (2006)… El cine alemán vive un gran momento con películas reconocidas internacionalmente. Aparte, como no podía ser menos, este cine se caracteriza por buscar la reflexión del espectador. Si en El hundimiento se planteaba la famosa pregunta de por qué los propios alemanes no derribaron el nazismo, en La Ola se formula otra no menos espinosa: ¿Podría volver a suceder?
Alemania en la actualidad. Al profesor Rainer Wenger (Jürgen Vogel) le cambian de asignatura: de su deseada asignatura sobre la anarquía, pasa a dar una sobre la autarquía. Viendo el desconocimiento cultural generalizado en su clase sobre este tipo de dictadura, decide poner en práctica esta ideología con sus alumnos. Así su clase empezará a tener elementos que la unen en torno a un equipo de waterpolo de varios alumnos de su clase: un uniforme, un nombre (La Ola), un logo, un saludo, etc… Lo que en principio surge como un original divertimento pedagógico comenzará a mostrar comportamientos sospechosos.
La película está basada en sucesos reales que ocurrieron en 1967 en la institución Cubberley High School en Palo Alto (California). Aún así, desde el primer minuto el espectador tiene la difícil papeleta de tenerse que creer el proceso de fidelización absoluta de alumnos de 18 años a un profesor evidentemente carismático. Esta credibilidad se pone en entredicho conforme avanza el metraje y los comportamientos de los alumnos se radicalizan. Parece que el director y guionista de la película es muy consciente de este peligro y por eso muestra posiciones distintas: los que la apoyan hasta niveles extremos (brillante el retrato del personaje enloquecido que se ofrece a ser guardaespaldas del profesor), los que dudan de ella (algunos alumnos que abandonan inicialmente la clase) y aquellos que se manifiestan en contra de “La Ola”.
El director de la película es muy hábil en mostrar una generación de jóvenes en la que se hace creíble la manipulación y el deseo de pertenecer a algo y de creer en alguien. De esta manera define a los jóvenes actuales como seres anónimos, enganchados a Internet, sin ilusión ni interés por nada que no sea el fin de semana, que desprecian toda cultura que no sea visual y que incluso el sexo de una sociedad hipersexualizada acaba por aburrirles.
El reflejo de esta realidad es posible gracias a unas interpretaciones sobresalientes en las que es muy difícil acordarse de una frase mal dicha o un gesto mal interpretado. En este sentido el trabajo de dirección de actores, la mayoría anónimos, es brillante ya que hubiese sido muy fácil caer en excesos interpretativos.
Por otro lado la película tiene una gran fuerza visual a partir de planos cercanos y cámara en mano que dan mayor credibilidad a lo que el guión cuenta sin necesidad de subrayados: la vaciedad de las ideologías radicales, la cercanía entre ellas mismas y su relación con la violencia, la enorme influencia que puede llegar a tener la educación, la debilidad intelectual de buena parte de los jóvenes que comparten incultura y tiempo libre…
La película obtuvo una buena taquilla en su estreno en Alemania en el mes de marzo y recibió elogios por parte de la crítica en el pasado Festival de Sundance.
1993 fue un año redondo para el cine. Aún recuerdo las 5 nominadas en una ceremonia de los Oscar que ví codificada y con el audio impagable de la Cadena Ser. Lo que queda del día. La lista de Schindler, El fugitivo, En el nombre del padre... Sólo sobraba El piano, que tenía una de las mejores bandas sonoras de la historia del cine y mucha vaciedad barrocamente disimulada.
En el nombre del padre es una de las mejores película de Jim Sheridan, que era un cineasta magníficos en los 90 y principio del siglo XXI. Mi pie izquierdo, El prado, The boxer, En América... Un director irlandés que además escribía sus películas. Un autor en toda regla. Emma Thompson, Pete Postlethwaite y Daniel Day Lewis estaban sublimes en esta historia real que dejaba muy mal al Reino Unido y a su clase política y jurídica.
135 minutos de poderío dramático, veracidad histórica y una canción final de Sinead O´Connor que te quedabas escuchando hasta el final de los títulos de crédito. El shock cinematográfico que sentí al acabar de ver esta película (el clímax del juicio es un portento) aún lo tengo grabado. Y han pasado 25 años.
En el nombre del padre no ganó ninguna de sus 7 nominaciones al Oscar. Era la noche de Spielberg. Se lo había ganado. Pero la película de Sheridan sigue en el Olimpo del cine jurídico.
El primer capítulo de Godlesstenía eco de los western de John Ford y Howard Hawks. Incluso de Sin perdón, una de las obras maestras de Clint Eastwood. Sin embargo hay series que se vician con el paso de los capítulos y ésta es una de ellas.
Uno, dos, tres es una de las comedias más divertidas e inteligentes de Billy Wilder. Con la Alemania dividida en dos de los años 60, esta historia ridiculiza el muro de Berlín, el nazismo, la superficialidad norteamericana, el comunismo... Con acidez y un ritmo vertiginoso de diálogos sencillamente geniales que pelean por superarse entre ellos.
Poner al frente a James Cagney como gran jefe de promoción de Coca-Cola era una opción insólita. No era el actor que nadie hubiese imaginado pero su interpretación es colosal. Sus chasquidos de dedos, la hiperactividad de sus movimientos, los gritos con los que organiza toda una "campaña" para salvar el puesto ante su superior hacen de este personaje uno de los más logrados en la comedia americana de los años 60.
Mark Romanek (Nunca me abandones) realizó en 2002 este thriller que tiene mucho delHitchcock de La ventana indiscreta y Psicosis. Robin Williams compone un personaje encantador que da verdadero pánico: un revelador de fotos obsesionado por las vidas que hay detrás de cada imagen.
Aunque la película se rompe en una escena demasiado escabrosa en el último cuarto, la historia está llena de sabiduría narrativa.
Como buen cine desarrolla la historia con imágenes, una magnífica voz en off y diálogos de múltiples significados. Una perla bastante olvidada del cine del siglo XXI.
Y el cartel está a la altura de la película. No así el trailer, que es de esos que te cuenta todos los giros interesantes de la película.
Aaron Sorkin es el mejor guionista de Hollywood. Pero tiene un problema: lo sabe. En su primera película también como director muestra su genialidad en decenas de escenas brillantes con Jessica Chastain de protagonista emblemática. Pero también muestra sus excesos con el metraje y los diálogos interminables. Dura 140 minutos y al menos hay 30 de recreo verborreico, de escenas idénticas de poker entre hombres ricos y corruptos rodeados de bellezas empeñadas en mostrar sus escotados vestuarios de mujeres-objeto.
La película es muy irregular en casi todos sus aspectos. Empieza con trepidación e inteligencia y acaba de manera acelerada y torpe. Tiene personajes muy bien desarrollados; el abogado (fantástico Idris Elba), el padre de Molly (que redención artística más completa la de Kevin Costner), y otros que no llegan a buen puerto: los mafiosos rusos de cartón piedra, el joven personaje interpretado por Michael Cera. Una opera prima solvente, incluso notable, que podía crecer mucho más si Sorkin se hubiese dispersado menos.
Hugh Jackman merece un Oscar.Cuando hace años protagonizó Los miserables no supieron aprovechar que "Lobezno" baila mucho mejor que canta. Así demostró en los Oscar de 2009 y en varias campañas de publicidad.
El gran showman era una de las atracciones finales de 2017: una película familiar para llenar las salas en Navidad. Además está nominada para varios premios importantes en 2018 (Globos de Oro, Critics Choice Awards). Este biopic recoge algunos años de la exitosa vida de Phineas Taylor Barnum (1810-1891), un empresario circense estadounidense, fundador del "Ringling Bros. and Barnum & Bailey Circus" conocido como "el mayor espectáculo en la tierra".
Este proyecto ha tardado 6 años en salir a la luz con un presupuesto generoso de 84 millones de dólares y el patrocinio de Hugh Jackman. Sorprende la fluidez narrativa y visual del primerizo Michael Gricey que claramente ha optado por el estilo que hizo tan famoso a la películaMoulin Rouge, aunque con un menor barroquismo en el uso del color y el tratamiento fotográfico.
El guion lo firma el experto Bill Condon (Dreamgirls, Chicago, La Bella y la Bestia) que desarrolla mucho mejor la segunda parte de la película que la primera. Algo que en general afecta también a la música y las coreografías: conforme avanza la película cada vez son más sorprendentes y memorables.
Junto a Hugh Jackman, están espléndidas Michelle Williams, Keala Seatle, Rebecca Ferguson y Zendaya. Zac Efron protagoniza un baile sensacional en el que vuela por los aires, y está más contenido que en otras ocasiones aunque le sigue faltando ese punto necesario de naturalidad delante de la cámara.
Con la reescritura de algunas escenas y la mayor elaboración de algunas insulsas canciones iniciales la película sería sobresaliente. Aún así es una película que reúne todos los componentes de un gran espectáculo que además tiene personajes de carne y hueso. Para mí uno de los mejores títulos del añoy uno de los musicales más imponentes del siglo XXI.
Espero que This is me sea la canción ganadora del Oscar de este año. Fantástica. Aunque hay 3 o 4 también muy logradas en la película compuestas por Justin Paul y Benj Pasek, ganadores del Oscar el año pasado porLa La Landy responsables de las pegadizas canciones de Trolls.
La película que ha realizado Jon Watts (ese desconocido que sorprendió con Coche policial) mola mucho. Y utilizo esa expresión porque es lo que transmite la película: un adolescente que disfruta como adolescente jugando a ser superhéroe. Con esta idea original el guión podía ser un auténtico desastre si se hubiese pasado de guay y el actor principal no fuese alguien tan carismático y espontáneo como Tom Holland. El que fuese protagonista de Lo imposible es un actor formidable, que se mueve y habla con estilo propio sin mirarse al espejo por el retrovisor (algo que le falta a la "guapa" que le han puesto de novia). Él resulta encantador y ella bastante insulsa y algo postiza.
La película la ví hace meses y la he vuelto a ver hace unos días. Me gustó entonces y me ha parecido aún mejor ahora. Divertida, con ritmo y algunos buenos secundarios: el amigo gordo, el "jefe de la silla" es un personaje que podía estar en la 1ª temporada de Stranger Things, la depresiva compañera de clase bordada por Zendaya.... Michael Keaton es un canalla más prescindible pero con oficio. Más atinadas son la simpáticas apariciones de Iron Man y el Capitan América.
La película ha rehecho una saga muerta y ha logrado una taquilla fantástica (casi 900 millones con un presupuesto de 175) con un metraje de 135 minutos que se te pasa volando. Además tiene buena música y mejores escenas de acción. Calificación: 7´5
1ª) This is us(9). El paso de 1ª a 2ª temporada demostró que estamos ante una de las series mejor escritas y desarrolladas de los últimos años. La capacidad de abrir nuevas vías de crecimiento en cada uno de los personajes es asombrosa. La música es tan sensacional como los saltos en el tiempo, el reparto... Es sincera, tiene humor y emoción inteligente. Para los que dicen que no tienen tiempo de ver tanta serie sólo les diría que salvasen esta dramedia. No se arrepentirán.
2º) Feud: Bette and Joan(8´5). Susan Sarandon contra Jessica Lange. Bette Davis contra Joan Crafword. Un retrato imperecedero de la belleza del cine dorado y su cruel decadencia a finales de los 60. Su creador, Ryan Murphy, lejos de su parafernalia habitual, es un genio de la televisión.
3ª) Halt and Catch Fire(8´5). Esa serie de la que nadie te habla y es maravillosa. Hechuras de clásico con un cuarteto de personajes formidable. Todo lo que hace que Mr. Robot sea una serie en decadenciaprovoca el crecimiento de esta ficción sobre la evolución de la informática que ha terminado en su mejor momento (4ª temporada). En breve hablaré largo y tendido sobre est
4ª) The Crown(8´5). Peter Morgan sigue empeñado en hacernos creer que la vida de la reina Isabel es fascinante. No lo era, pero qué bien lo disimula. Elegancia y criterio inglés en grado de excelancia. Sólo falta que aparezca en algún momento Maggie Smith...
5ª) Portlandia (8). Los más divertidos e ingeniosos de la pequeña pantalla siguen siendo estos extraños cómicos que multiplican en personajes desbordantes. Van por la 7ª temporada y no bajan el ritmo caricaturizando a la idiotez moderna. Portlandia sigue siendo la única serie que se parece a Portlandia y eso tiene mucho mérito. Un capítulo de esta comedia es el único tratamiento eficaz ante tanta serie pseudoartística, plomiza y larguísima que no te queda más remedio que digerir.
6ª)Motel Bates(8). Norman ya está a punto de llegar a donde Hitchcock le hizo inmortal y la serie no mengua. Parecía imposible resetear esta serie después del final de la 4ª temporada pero una vez más Freddie Highmore vuelve a interpretar a un personaje adictivo envuelto en tramas secundarias sorprendentes.
7ª)The Big Bang Theory(8). Undécima temporada y que el ritmo no pare. Justo cuando la olvidable secuela de su protagonista (El joven Sheldon) parece no interesar a nadie, el grupo de asociales más inteligente de la televisión sigue inventando nuevos mundos. Un lástima que nos acostumbremos a una serie así haciéndola desaparecer de casi todas las críticas de lo mejor del año.
8ª) Rick and Morty(8). La animación más loca e imaginativa de Dan Harmon (Community, Computerman, Harmontown) no entra en rutina y siga aportando capítulos tan delirantes como el 3.7: Ricklantis Mixup. Nunca olvidaremos "las galletas de Rick el sencillo". Una imagen que parece sacada de una de las mejores películas de los hermanos Coen. 9ª) Better Call Saul (8). Vince Gilligan no nos abandona. Sabiendo que sin Breaking Bad nos quedábamos huérfanos de la serie padre nos deja la mejor precuela generado hasta ahora en televisión. La 3ª temporada ha demostrado que la criatura goza de una perfecta salud. En 2018 tendremos 4ª sesión. 10ª) The OA (7´5). Imaginación al poder. Así se resume esta serie aparte que tiene elementos comunes con otras que hablan del paso de la vida a la muerte, pero manteniendo una personalidad muy atractiva. Fantasía metafórica que en ningún momento pierde un cierto grado de naturalidad en la descripción de personajes.
LAS 10 SERIES MÁS MEJORABLES DE 2017 1ª) La zona: Para mí la serie nacional más interesante y arriesgada del año. Aún así no llega donde quiere y no será porque no lo intenta. Actorazos y ambiente asfixiante le sobra. De estas series que te encantaría defender a capa y espada pero su resolución final es deficiente. 2ª) Mindhunter: David Fincher ha hecho dos obras maestras y bastante cine de postureo metalinguístico. Por ahora su paso por televisión no me convence. Ni en House of Cards (serie tramposa y maniquea) ni en Mindhunter, probablemente lo más sobrevalorado de 2017. El tiempo me dará la razón. O me la quitará. Veremos.
3ª) The Good Doctor. Aunque a lo largo de la serie han ido acabando con los malditos flashback a la serie le sobra simpleza y secundarios de relleno. Serie entretenida por el protagonista (Freddie Highmore, Globo de Oro YA) y los casos clínicos que el creador de House sabe presentar como si el espectador supiese algo de medicina.
4ª) Godless: Empezó a lo grande y acabó en tierra de nadie con capítulos inacabables. Un western destinado a cambiar los tiempos que se ralentizó y dejó a sus personajes sin nada interesante qué contar. Era una historia diferente con un reparto de primera pero ha dejado de estar en la lista de las imborrables de 2017 por muchos motivos.
5ª)Babylon Berlín. Carísima, pulcrísima y muermísima. Me quedo con la música de Bryan Ferry. Pero eso no da para dos temporadas agotadoras. La buena noticia es que Tom Tykwer sale del pozo de Sense8en el que nunca se debió hundir con Miguel Ángel Silvestre y compañía. Por cierto, ¿alguien se acuerda de la serie de los Wachowski? ¿Y de sus películas después de Matrix? Ya me parecía.
6ª) Big Little Lies. Que esta serie sea la más nominada en los Globos de Oro no dice mucho en favor de la serie sino en prejuicio de los Globos de Oro. Son unos premios con muy poca cabeza, como las locas protagonistas de este culebrón disfrazado por el talento de 4 actrices y 2 actores colosales. 7ª)Stranger Things. De la magia a la rutina. De ser una serie que cada personaje era un regalo a ser una ficción anónima en que todos los humanos pierden. Hasta la banda sonora se impregna de esa banalidad ¿Y el monstruo? ¿A quién narices le importa el monstruo?
8ª)TabooLlegó en medio de uno de esos vacíos inauditos de series y hubo enloquecimiento general por el trabajo de Steven Knight y Tom Hardy. Pura tramoya. La serie no tenía mucho que contar o na sabía como hacerlo y mantenía a los seguidores a base de una estética novecentista muy trillada. Emoción pasajera de episodio piloto. Un muermo incontestable.
9ª)The Leftovers. La 3ª temporada quiso superarse a sí misma y llegó a un grado de abstracción excesivo en el que ni siquiera funcionaba el famoso final en el que todo parece lógico y armónico. Ni la música, ni el guión ni los personajes dejaron algún tesoro similar a los de anteriores ediciones.
10º)Twin Peaks. Hace lo que le da la gana. De eso no hay duda. Pero en este nuevo Twin Peaks no queda claro ni el número de temporada. Una escena tras otra aumenta el desconcierto y disminuye la paciencia del espectador mientras algunos críticos eruditos se entusiasman con eso de que no se entienda nada. Así mantienen a David Lynch en la cumbre de los visionarios.
No es ponerse apocalíptico es pura experiencia. He compartido horas de conversación sobre Juego de tronos, La que se avecina, Mad Men o Community. Pero casi nunca aparece esta serie informática que cada nueva temporada se pone más guapa. Tiene personajes de esos que nunca acabas de conocer y una historia que tiene casi todo lo que nos vuelve locos a los terraqueos: el poder de la creatividad, de superar lo insuperable, matar a la rutina y doblegar al poderoso.
Cuando empezó Mr. Robot parecía que iba a ser la serie definitiva. 3 años después no hay duda: Halt and Catch Fire tiene mucho más que contar, y tiene mucho más talento para hacerlo. Sin pirotecnia ni música alternativa. Con un guión medido y trazado con detalles minúsculos y esenciales.
Hablaré más de esta serie pero mientras tanto no os la perdáis. Es de las importantes. De las que salen 4 o 5 al año. Calificación: 8´5
El cine documental sigue avanzando a toda la velocidad con técnica y creatividad. En 2017 también en España con 3 títulos espectaculares muy distintos. El caso más original es el de Converso de David Arratibel, en mi opinión una de las cimas del cine religioso moderno. 5 personajes y una cámara. Una familia que habla de lo que nunca han hablado hasta entonces y todos tienen en la cabeza. La vida misma. Una de las sorpresas del año que llegó a estrenarse en salas de cine.
La BBC ha revitalizado la serie Planet Earth mientras que Netflix y HBO han dejado algunos documentales imprescindibles.
El monográfico de Steven Spielberg hace algo casi imposible: sorprendernos con la historia de uno de los cineasta más analizados de las últimas décadas.
En 2007 el oscarizado director británico David Attenborough realizó un documental en 11 capítulos para la BBC sobre los misterios de la Naturaleza. Era la primera vez que se filmaban estas imágenes en alta definición y el éxito fue arrollador.
10 años después la BBC y el director de Gandhi y Tierras de penumbra han vuelta a lanzarse a la aventura. En 6 capítulos vuelven a acercar al espectador a criaturas y lugares insólitos. Os dejo un trailer y una escena de acción trepidante que ya ha dado la vuelta al mundo.
Hay películas que parecen realizadas para desaparecer. La opera prima de Kogonada ha cosechado elogios en varios festivales y se ha estrenado en España en pocas salas. Las que han dejado libres Coco, Los últimos Jedi... Aún así es una obra maestra que habla de casi todos los temas que hacen grande al hombre. Con sencillez e imaginación trata sobre el arte que genera devoción y cambios, el vivir para uno mismo o para los demás, el tesoro del diálogo...
Kogonada es un director coreano que lleva años haciendo vídeo-ensayo de los grandes del cine como Ozu, Bresson o Terrence Malick (todos sus trabajos se pueden ver en su página web). En Columbus ha logrado hacer una obra de arte sugerente y asequible, conmovedora y reflexiva, serena e interesante. Una película sobre 3 amores muy distintos que provienen de las familias al revés, los amigos fieles y los encuentros casuales. Cada uno ellos está contado en un contexto arquitectónico simbólico que sirve como lugar de encuentro de los personajes.
He dudado mucho de si poner un 10 a esta película. Los que seguís este blog sabéis que sólo doy esa nota en muy contadas ocasiones ¿Realmente es una película perfecta? Creo que sí. Es una matricula por riesgo, metraje, coherencia y riqueza de lecturas. Los 6 actores están en el punto exacto que necesitaban los 6 grandes personajes descritos en esta historia. Repaso la película y no se me ocurre un fallo, un borrón entre tanta genialidad. Sé muy poco de arquitectura y por eso me parece aún más valioso el modo universal que tiene Kogonada de transmitir a través de la forma de los edificios, los espacios y localizaciones.
He visto muchas películas con grandes encuadres y planos imborrables, pero me cuesta mucho recordar algún título con tantos fotogramas magistrales, con unos diálogos tan poliédricos y naturales. Columbus no es una película para comentar en un blog sino para dedicar un libro, un seminario, una de esas conversaciones interminables de enamorados del cine.
Aprovechando que tengo la sección de videoclips de este blog un poco perdida os pongo unos cuantos villancicos distintos. En gallego, colombiano, una versión sin instrumentos del famoso tamborilero.... Hasta Cafe Quijano. Feliz Navidad y 2018 a cada uno de vosotros.
2016 fue un año casi insuperable. He vuelto a revisitar varias veces Hasta el último hombre de Mel Gibson, Frantz de Francoise Ozon, La llegada de Denis Villeneuve o 7 años de Roger Gual. Nunca han decepcionado, y creo que a todas ellas el paso del tiempo les seguirá haciendo mejores.
cineforum
2017 tiene la ventaja de que se han estrenado en España varias películas de 2016. Ni más ni menos que La La Land o Your name : dos prodigios de creatividad. Me alegra que haya 5 títulos nacionales (lo del corto de Sorogoyen no es exageración: ya va camino del Goya después de dejar noqueado al público en el Festival de Málaga) También es de agradecer que haya 3 películas de directoras y 3 de la Ciencia-Ficción que habitualmente satura.
Celebro el regreso a lo más alto de Christopher Nolan, Barry Levinson e Isabel Coixet. He dejado fuera con muchas dudas Blade Runner 2049, que tiene tramos espléndido y otros innecesarios.
1º) Columbus de Kogonada (10) 2º)Madre de Rodrigo Sorogoyen (10) 3º)La La Land de Damien Chazelle (9)
El fenómeno docuserie sigue en racha. Actualmente, Morgan Neville (California, 1972) es uno de los mejores directores de documentales. En 2013 ganó el Óscar por A 20 pasos de la fama, un original acercamiento a los cantantes que están en segundo plano en los grandes conciertos.
También ha destacado por otras documentales musicales como Troubadours (2011), The Music of Strangers y Keith Richards: Under the Influence (2015) y uno de temática periodística Best of Enemies (2015).
Abstract: The Art od Design es la nueva aportación documental de Netflix. En 8 capítulos se analiza el misterio de la creatividad en diferentes ámbitos artísticos: diseño gráfico, arquitectura, fotografía, diseño de interiores, calzado, escenarios, ilustraciones y automóviles. Con una temática así el director aprovecha para hacer una edición muy estilizada, con montajes muy ágiles que siguen una narración visualmente fascinante.
Cada capítulo se centra en un autor y esto siempre es arriesgado porque en cada materia hay muchos vanguardistas que podrían estar. Además, al ser capítulos de 45 minutos, se hacen algo pesados al no haber diálogo con otros autores.
Contando con estas limitaciones, esta docuserie es un verdadero regalo para los interesados en la creatividad. Descubre un mundo paralelo, el de los genios habitualmente despistados que son capaces de abstraer en medio de la vida los símbolos más expresivos de la realidad. Los modos de trabajo suelen ser alternativos, siempre en coherencia con una tendencia a romper con lo establecido.
Resulta muy representativo el capítulo Paula Schrer, probablemente la diseñadora gráfica más importante en la actualidad. Sus viajes en taxi suponen su momento de mayor inspiración; viajes en los que va captando elementos que utiliza en sus diseños. La reunión con los directivos de una empresa a los que tiene que convencer para que acepten la grafía que ha elaborado sobre ellos es fantástica. Hay momentos de entusiasmo, de crisis, de aceptar condiciones y cambios. Todo esta muy bien explicado visualmente con una gráfica en la que hay altibajos de ánimo artístico.
Morgan Neville ha logrado hacer universal a autores muy concretos de artes muy poco estudiados. Una docuserie que ha sido de lo mejor de 2017 y que, sin duda, será un referente esencial sobre el diseño.
Lo tiene casi todo para ser una obra maestra. Tiene ritmo, imaginación, personajes, detalles mínimos que hacía tiempo que no veía en Pixar. Hasta ese perro secundario resulta mágico. Es una película adulta que habla a los niños de la muerte con la naturalidad de los clásicos y la sabiduría de los ancianos.
Me temía una versión para "giris" del carácter mejicano y sus tradiciones ancestrales. Nada que ver. La historia y los personajes son auténticos y hacen que el cuento sea universal. Para mí es de lo mejor de Pixar junto con Wall-E, Inside Out, Los increíbles, Monstruos S.A. y la trilogía de Toy Story.
Sólo le falta una cosa para ser perfecta: las canciones. Siendo una historia musical no te quedas con ninguna melodía. Recuérdame es tan insípida y típica.
¡Cómo si no hubiese canciones maravillosas mejicanas! Julieta Venegas, Chavela Vargas y hasta nuestra Rocío Durcal cantaban letras con más lírica y emoción que las que entona Carlos Rivera. Se salvan Un poco loco y La llorona, más por la coreografía visual que por la canción en sí.
Una película sobresaliente para ver en pantalla grande, para pequeños y mayores, que sin duda se llevará el Oscar y aguantará el paso del tiempo como una más de las joyas de la factoría Pixar. Un musical que consiguió funcionar sin grandes canciones.
No comento el cortometraje de Frozen porque ni es corto (dura 20 minutos) ni es Frozen, es un mediometraje karaoke de Gisela. Tiene buenos detalles de ingenio en las visitas navideñas de Olaf y visualmente es atractivo, pero tiene canciones traducidas que son un atentado para la animación. Seguro que el casi mediometraje en versión original es notable. Pero no lo sé. Yo he padecido a Gisela.
Definitivamente la fórmula de poner al frente de taquillazos previsibles a directores imprevistos está dando resultado. Sucedió en 2014 con el primerizo Robert Stromberg en Maléfica: con un presupuesto mastodóntico de 185 millones de dólares que logró alcanzar los 760. Con el mismo esquema funcionaron Patty Jenkins en Wonder Woman(149/821), Jon Watts en Spider-man Homecoming (175/880), Taika Waititi en Thor Ragnarok (180/841). No sólo es cuestión de números, la crítica de cine internacional ha aplaudido este giro creativo.
Rian Johnson no era un absoluto desconocido ya que en 2012 realizó Looper, una película diferente que tuvo buena acogida en taquilla. Aún así nadie esperaba que fuese el elegido para llevar a buen puerto el trasatlántico más imponente del cine de la últimos años. Asumía una saga revitalizada con millones de seguidores en todo el mundo y ha hecho una producción muy hábil: entretenida, con personajes bien desarrollados en el segundo tramo cuando el ritmo flaquea a mitad de película, una escena de acción inicial magnífica y algunas criaturas novedosas simpáticas.
Un espectáculo para todo tipo de públicos que ha dejado satisfecho a casi todo el mundo. No me considero fan de Star Wars más allá del capítulo inicial de 1977 que me sigue pareciendo el mejor, un clásico irreprochable, pero esta nueva regeneración de la saga me parece muy valiosa y meritoria. Un blockbuster en el mejor sentido de la palabra, de los de pantalla gigante y respeto por la historia original.
Soy de los que quedé petrificado al ver Seven. No sólo por el final; ya los título de crédito me siguen haciendo temblar. Todo lo contrario me sucede con Mindhunter. Pocas series me han defraudado tanto en un genero, el del cine negro con asesino en serie de protagonista, que ha dado tantas obras inmortales.
Vosotros mismos: comparar los títulos de crédito.
Jonás Trueba nació en Madrid en 1981 y le pude entrevistar en 2016 cuando estrenaba La Reconquista en San Sebastián. Con 29 años, en 2010, realizó Todas las canciones hablan de mí, su opera prima. Como en todos los inicios de un verdadero creador se notan las ganas de contar de una manera distinta. A algunos eso les mata porque no dejan respirar a los personajes y se pierden en el artificio. Creo que en esta película no sucede esto. Es poética y natural, imaginativa y cercana, de carne y hueso.
El reparto está imponente, con unos actores muy jóvenes que transmiten lo que llevan dentro: Barbara Lennie, Dani Castro, Oriol Vila, Eloy Azorín... En el guión hay humor, amor, poesía, esperanza y decepción. Del de calidad. Y una música extrañamente mezclada en una misma obra que acierta en el tono de cada escena. Me encanta ese plano de espaldas del protagonista ensimismado con una canción de Franco Battiato que le está retratando. Es un plano largo y arriesgado de un cineasta que en muy poco tiempo ha logrado ser un grandísimo director.
Esta ópera prima ganó en 2010 dos premios Goya al mejor director revelación y al mejor actor revelación (Oriol Vila).