Otra, otra... Es el grito del año. Después de recuperar Rambo, Rocky, Terminator, El equipo A, Karate Kid, Indiana Jones y Tron entre otras, llega el momento de reanimar a una de las pelis más destructoras de los ochenta. La revisión de la una de las pelis con mejor presentación del prota (la musculatura de Schwarzeneger portando la leña de todos los bosques de Estados Unidos), tendrá como actor principal a Sam Worthington.
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60 años de juventud
Una de las películas más veraniegas y luminosas que recuerdo: Vacaciones en Roma. Una de mis favoritas. William Wyler rodó esta divertida película con una joven llamada Audrey Hepburn que ganó el Oscar por su interpretación de una princesa rebelde enamorada de un periodista tentado por el sensacionalismo. Gregory Peck aportó elegancia y honradez a este personaje y Audrey espontanteidad y encanto.
Han pasado más de 60 años desde que se estrenó, pero Vacaciones en Roma sigue siendo un clásico que cada año que pasa se hace más joven.
Calificación: 9
Calificación: 9
Felicidades... y sigue siendo el de siempre

Continuo en mi cruzada de defensa de Manoj Nelliyattu Shyamalan: enorme director de cine que hoy cumple 40 años. Ya sé que en la crítica de Airbender le he puesto guapo... Pero tenía que decir lo que pensaba, y creo que esa peli es todo un error que espero que no tenga continuación.
Pero un error lo tiene cualquiera. Hasta Howard Koch o uno de los hermanos Epstein fueron capaces de incluir en el GUIÓN DE LOS GUIONES (Casablanca) una frase que parece entresacada del libreto de Amanecer, Crepúsculo, Luna Nueva, Eclipse (en fin, esa saga que sigue arrasando en taquilla promocionando inquietudes intelectuales a tantos adolescentes de corazón en conserva).
A Shyamalan le agradezco momentos muy luminosos. Que hoy en día alguien aproveche el cine para contarnos que hay salvación posible para el ser humano me parece plausible. Es muy fácil destruir y desesperanzar al personal... Construir es más complicado. Eso lo sabe muy bien Shyamalan. Y Capra. Y Tim Burton. Y Spielberg (cuando era Spielberg), y Clint Eastwood en algunas de sus últimas aportaciones (Banderas de nuestros padres, Gran Torino).
Una de la películas de Shyamalan mejor valoradas en nuestro país es La joven del agua. Esta incomprendida cinta ha sido la menos taquillera de Shyamalan (en Estados Unidos sólo recuperó 42 de los 75 millones invertidos, aunque estas perdidas fueron sufragadas por el dinero ingresado en el resto del mundo), y la principal culpable de que a este director hindú le hayan colgado el letrero de director peligroso para la taquilla. Curioso cartel para un artista que se ha gastado 546 millones en 8 películas y ha ingresado casi el doble (964), sólo en lo que ha recibido en los cines norteamericanos (lo digo para los/as periodistas que siguen insistiendo en martillear al personal con que Shyamalan es un director que "ha provocado que la audiencia haya perdido la fe en su cine").
Un trailer distinto
Me aburrió soberanamente Zodiac, la anterior película de David Fincher pero tengo ganas de ver la próxima sobre el fundador de la red social Facebook. Me encanta este trailer que parece diseñado con Microsoft Word. Ninguna imagen en movimiento. Ni falta que hace.
Se estrenará a finales de octubre en España.
Y los sueños, sueños son
Dom Cobb (Leonardo Di Caprio) es un especialista en robar los sueños de la gente a través de la incursión en su subconsciente. Sin embargo, este don le ha convertido en un ser fugitivo que sólo podrá redimirse pasando de ser ladrón a protector de los sueños de uno de los hombres más poderosos del planeta.
Hay alguna que otra vuelta de tuerca que no acaba de estar bien resuelta (en especial el capítulo final de la nieve) y a la relación Cotillard-Di Caprio le falta algo de claridad y profundidad de campo para ser el potente motor emocional que requiere la historia. Pero… ¡qué gran película de este director británico que apenas hace unos días cumplía 40 años!
Hay alguna que otra vuelta de tuerca que no acaba de estar bien resuelta (en especial el capítulo final de la nieve) y a la relación Cotillard-Di Caprio le falta algo de claridad y profundidad de campo para ser el potente motor emocional que requiere la historia. Pero… ¡qué gran película de este director británico que apenas hace unos días cumplía 40 años!
En este tiempo Nolan ha instalado su filmografía en el mundo del subconsciente y en sus conexiones con el mundo real a través de los mitos del comic (Batman begins, El caballero óscuro), la magia (El truco final), los estados mentales irregulares (Memento) y los sueños (Insomnio, Origen).
Repite con su equipo técnico habitual: el compositor Hans Zimmer, omnipresente a lo largo de toda la película con su inquietante banda sonora, el director de fotografía Wally Pfister y el editor Lee Smith (que, aparte de la obra de Nolan, realizó un trabajo brillante en Master and Commander). Y la potencia visual es tremenda, a la altura de muy pocos. Sobre todo porque es capaz de no caer en el virtuosismo vacío que sí se pierden últimamente otros grandes como Ridley Scott, Scorsese o Brian de Palma.
Gran parte del mérito de la película es del guión del propio Nolan que aprovecha actores de peso para construir personajes con relieve que interesan y emocionan en sus conflictos clásicos en el cine del siglo XXI. Todo ello en un mundo que se desmorona en explosiones espectaculares que reflejan la decadencia de una era que acaba por llegar a los orígenes: el sentido de filiación e identidad perdidos, la conexión con la realidad que capacita o impide la donación a los demás y por tanto la felicidad, la defensa de la intimidad y el respeto a la creatividad individual.
El único problema que tiene la película es que requiere un grado de atención que dudo que puedan prestarle la generación del link acelerado y la atención dispersa (que al fin y al cabo son los que van al cine). Aún así, triunfe o no en taquilla, nadie podrá negar a Nolan los enormes riesgos de su película y su facilidad para enredarse sin morir en el intento en el terreno resbaladizo de obras maestras del inconsciente como Recuerda o Vértigo, del maestro Alfred Hitchcock.
Gran parte del mérito de la película es del guión del propio Nolan que aprovecha actores de peso para construir personajes con relieve que interesan y emocionan en sus conflictos clásicos en el cine del siglo XXI. Todo ello en un mundo que se desmorona en explosiones espectaculares que reflejan la decadencia de una era que acaba por llegar a los orígenes: el sentido de filiación e identidad perdidos, la conexión con la realidad que capacita o impide la donación a los demás y por tanto la felicidad, la defensa de la intimidad y el respeto a la creatividad individual.
El único problema que tiene la película es que requiere un grado de atención que dudo que puedan prestarle la generación del link acelerado y la atención dispersa (que al fin y al cabo son los que van al cine). Aún así, triunfe o no en taquilla, nadie podrá negar a Nolan los enormes riesgos de su película y su facilidad para enredarse sin morir en el intento en el terreno resbaladizo de obras maestras del inconsciente como Recuerda o Vértigo, del maestro Alfred Hitchcock.
Shyamalan y la carne fresca
Sí, su última película no es que sea mala, es peor. Pero M. Night Shyamalan sigue siendo en mi opinión uno de los directores más interesantes de la actualidad por 7 motivos: las 7 películas anteriores a Airbender. Y es un tipo listo que no se deja avasallar por periodistas llenos de tópicos que se creen una reencarnación de John Ford y hacen preguntas a un director sobresaliente y con personalidad que nunca harían a otros mucho más impersonales como Stephen Sommers, Judd Apatow o Michael Bay.
A buscar carne fresca a otro lado...
Hablad, que yo escucho
Hoy no haré la crítica de Toy Story 3. El planeta entero parece estar de acuerdo en que es una obra maestra de la animación. Otra más de Pixar. Pero quiero que ésta vez la crítica sea vuestra. Telegráfica. Para vosotros ¿qué es lo mejor de esta inmejorable tercera parte?
El blog es todo vuestro...
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Animar a Aurum

Es una verdadera pena que la distribuidora Aurum -después de la excelente iniciativa de estrenar en cines las grandes obras del gran Hayao Miyazaki para después editarlas en DVD- no parezca decidida a estrenar Porco Rosso (1992), ni anuncie su salida en DVD.
Es una película asombrosa, que conjuga lirismo, épica y humor de una manera cautivadora. Igual hay que escribir a los de Aurum para animarles...
Números rojos
Veo con estupor la taquilla española de la última semana. Ninguna película llega al millón de euros y la primera en la lista sigue siendo la entretenida El príncipe de Persia con más de 7 millones de euros acumulados. Desastre total para intentos tan fallidos como El retrato de Dorian Grey, Sexo en Nueva York 2, Crónica de un engaño, Campamento Flipy y La última canción. Por fin Hanna Montana recibe un justo castigo a tanta mentira publicitaria y al tardío uso de la lencería (lamentable el espectáculo que protagonizó en el concierto en Madrid de Rock in Río con David Bisbal de rehén). Ni cantas ni actúas bien Miley, todos lo sabemos. No te empeñes ahora en imitar inútilmente a Shakira.
"La tormenta de hielo": Una gran disección de Ang Lee
No es nada sencillo encontrar esta joya de Ang Lee sobre los efectos traumáticos de la revolución sexual en Estados Unidos. Pero el esfuerzo merece la pena. Una de esas películas que sugiere muchas cosas gracias a un guión perfecto y a un reparto estupendo (Kevin Kline, Joan Allen, Sigourney Weaver, Christina Ricci, Elijah Wood, Tobey Maguire).
Pedro Antonio Urbina (1936-2008), uno de los grandes críticos de nuestro país, explicaba mejor que yo la grandeza de esta película. Prefiero dejarle hablar a él.
"El banquete de bodas; Comer, beber, amar; Sentido y sensibilidad y ahora Tormenta de hielo convierten al taiwanés Ang Lee en uno de los más valiosos directores actuales. Sobre la novela de Rick Moody, reescrita para el cine por James Schamus, obtuvo el Premio al Mejor Guión en el Festival de Cannes de 1997; y esta es otra característica de Ang Lee, su trabajo sobre muy buenos guiones, que respeta e interpreta a la perfección.
La acción tiene lugar en New Canaan (Connecticut), en noviembre de 1973, en torno al Día de Acción de Gracias, fecha de una memorable tormenta de hielo: magnífico escenario natural, en el que se cumple el trágico desenlace de la película, tras el contrapunto patético de una inmoral fiesta de sociedad, que pretende desenfado frívolo.

Los protagonistas adultos, el matrimonio Hood y el matrimonio Carver, muestran en sus vidas el fruto de las conquistas hippies de la década anterior: inmadurez, insatisfacción interior, desorientación moral y una desencantada vuelta a las formas sólo exteriores (y por eso hipócrita) de la tradición. Los cuatro hijos adolescentes de estas familias no tienen en sus padres ni atención ni orientación ni autoridad: viven de un modo aún más desastroso psicológica y moralmente, sin referencia religiosa alguna. A esa realidad negativa, familiar y personal, se añaden las consecuencias de la guerra de Vietnam, los escándalos en torno a Nixon..., señalados con adecuadas presencias televisivas y frases cotidianas.
El ambiente de época está precisado con minuciosidad, y con tal naturalidad que podría pasar inadvertido. La belleza de las cosas, fotografiadas con mimo, como quien busca y encuentra la palabra precisa, hacen pensar en la labor de un poeta. Cada escena o secuencia tienen la luz y el color adecuados, que subrayan su sentido.
Guión y dirección llevan a cabo una magistral tarea de composición y descomposición de un mosaico viviente con los personajes: además de los ocho miembros de las dos familias, aparecen muchos otros personajes. Cada uno es presentado en su individualidad e interioridad, a ritmo pausado, que se hace vivaz al cobrar su papel en el grupo, y se acelera al llegar al desenlace y descomposición del mosaico.
Este mosaico es la familia -una constante en las obras de Ang Lee-, y también la comunidad. El elemento de cohesión narrativa de esas piezas humanas es el adolescente de más edad de una de las familias protagonistas: voz en off, lectura de Los cuatro fantásticos -historieta de ciencia-ficción- en sus largos desplazamientos en tren..., historieta que se levanta como alegoría de lo que está sucediendo en la realidad.
Realidad familiar que es juzgada por este adolescente -según su situación de hecho- como una nada de la que el hombre sale, y a la que al final de sus días se ve obligado a volver. Pero los hechos mismos en la sociedad, la tormenta de hielo exterior, la fría inmoralidad humana y su crueldad, le presentan la familia como el único reducto interior... -o palestra o base de la sociedad-, a pesar de los pesares, ciertamente".
Calificación: 8´5
"El banquete de bodas; Comer, beber, amar; Sentido y sensibilidad y ahora Tormenta de hielo convierten al taiwanés Ang Lee en uno de los más valiosos directores actuales. Sobre la novela de Rick Moody, reescrita para el cine por James Schamus, obtuvo el Premio al Mejor Guión en el Festival de Cannes de 1997; y esta es otra característica de Ang Lee, su trabajo sobre muy buenos guiones, que respeta e interpreta a la perfección.
La acción tiene lugar en New Canaan (Connecticut), en noviembre de 1973, en torno al Día de Acción de Gracias, fecha de una memorable tormenta de hielo: magnífico escenario natural, en el que se cumple el trágico desenlace de la película, tras el contrapunto patético de una inmoral fiesta de sociedad, que pretende desenfado frívolo.

Los protagonistas adultos, el matrimonio Hood y el matrimonio Carver, muestran en sus vidas el fruto de las conquistas hippies de la década anterior: inmadurez, insatisfacción interior, desorientación moral y una desencantada vuelta a las formas sólo exteriores (y por eso hipócrita) de la tradición. Los cuatro hijos adolescentes de estas familias no tienen en sus padres ni atención ni orientación ni autoridad: viven de un modo aún más desastroso psicológica y moralmente, sin referencia religiosa alguna. A esa realidad negativa, familiar y personal, se añaden las consecuencias de la guerra de Vietnam, los escándalos en torno a Nixon..., señalados con adecuadas presencias televisivas y frases cotidianas.
El ambiente de época está precisado con minuciosidad, y con tal naturalidad que podría pasar inadvertido. La belleza de las cosas, fotografiadas con mimo, como quien busca y encuentra la palabra precisa, hacen pensar en la labor de un poeta. Cada escena o secuencia tienen la luz y el color adecuados, que subrayan su sentido.
Guión y dirección llevan a cabo una magistral tarea de composición y descomposición de un mosaico viviente con los personajes: además de los ocho miembros de las dos familias, aparecen muchos otros personajes. Cada uno es presentado en su individualidad e interioridad, a ritmo pausado, que se hace vivaz al cobrar su papel en el grupo, y se acelera al llegar al desenlace y descomposición del mosaico.
Este mosaico es la familia -una constante en las obras de Ang Lee-, y también la comunidad. El elemento de cohesión narrativa de esas piezas humanas es el adolescente de más edad de una de las familias protagonistas: voz en off, lectura de Los cuatro fantásticos -historieta de ciencia-ficción- en sus largos desplazamientos en tren..., historieta que se levanta como alegoría de lo que está sucediendo en la realidad.
Realidad familiar que es juzgada por este adolescente -según su situación de hecho- como una nada de la que el hombre sale, y a la que al final de sus días se ve obligado a volver. Pero los hechos mismos en la sociedad, la tormenta de hielo exterior, la fría inmoralidad humana y su crueldad, le presentan la familia como el único reducto interior... -o palestra o base de la sociedad-, a pesar de los pesares, ciertamente".
Calificación: 8´5
Mark Millar y Cristiano Ronaldo
"Para mí, la irrupción de Kick-Ass es comparable a la de Pulp Fiction en el cine de criminales. Kick-Ass marcará un punto de inflexión en el género". Son palabras de Mark Millar, creador del comic original de Kick-Ass (junto al dibujante John Romita Jr), en una entrevista publicada recientemente.
Como ya expliqué en la crítica que hice de la película, no me parece que Kick-Ass haya inventado la pólvora. Considero que Mathew Vaughn tiene cierto talento para dirigir, pero que se le compare con Tarantino y Pulp Fiction me parece increíble. No soy ningún fan incondicional de Quentin, en ocasiones he arremetido duramente contra sus caprichos (Death Proof) y en otras me he quedado insatisfecho con películas que no llegan a ser redondas (Malditos bastardos). Pero me parece que hay años luz entre el tsunami de adrenalina que supuso Pulp Fiction al cine contemporáneo y esa circunstancial tormenta de verano titulada Kick-Ass.
Las declaraciones de Mark Millar me recuerdan a las de hace unos días de Cristiano Ronaldo ("He llegado al tope del mundo, ahora quiero ser eterno. Adoro quien soy"). Lo dice en un año que no ha ganado un sólo título (ni individual ni colectivo). Resulta llamativo. Sobre todo viendo gente como Messi o Rafa Nadal, (o como Woody Allen en el cine), que SÍ han ganado títulos este año y SÍ son los nº1, y sin embargo no tienen esos ataques de prepotencia ególatra.
Millar y Ronaldo deberían aprender de ellos. Quizá entonces sería más fácil valorar sus indudables virtudes.
Calificación: 5,5
Como ya expliqué en la crítica que hice de la película, no me parece que Kick-Ass haya inventado la pólvora. Considero que Mathew Vaughn tiene cierto talento para dirigir, pero que se le compare con Tarantino y Pulp Fiction me parece increíble. No soy ningún fan incondicional de Quentin, en ocasiones he arremetido duramente contra sus caprichos (Death Proof) y en otras me he quedado insatisfecho con películas que no llegan a ser redondas (Malditos bastardos). Pero me parece que hay años luz entre el tsunami de adrenalina que supuso Pulp Fiction al cine contemporáneo y esa circunstancial tormenta de verano titulada Kick-Ass.
Las declaraciones de Mark Millar me recuerdan a las de hace unos días de Cristiano Ronaldo ("He llegado al tope del mundo, ahora quiero ser eterno. Adoro quien soy"). Lo dice en un año que no ha ganado un sólo título (ni individual ni colectivo). Resulta llamativo. Sobre todo viendo gente como Messi o Rafa Nadal, (o como Woody Allen en el cine), que SÍ han ganado títulos este año y SÍ son los nº1, y sin embargo no tienen esos ataques de prepotencia ególatra.
Millar y Ronaldo deberían aprender de ellos. Quizá entonces sería más fácil valorar sus indudables virtudes.
Calificación: 5,5
Garci, Redford y el canon de Pachelbel
A veces dos artistas se encuentran sin buscarse en el mismo lugar y a la misma hora. Eso sucedió en 1982. Robert Redford y Jose Luis Garci estaban nerviosos esperando suerte en la ceremonia de entrega de los Oscar. Al final triunfarían los dos. Redford con su opera prima (Gente corriente), ganadora de 4 Oscar "grandes" (película, director, guión y actor secundario), y Garci con Volver a empezar (la primera vez que España ganaba en la categoría de mejor película extranjera). Las dos eran pelis difíciles, de esas que juegan al límite entrando a fondo en los sentimientos humanos. Las dos eran sensacionales. Y curiosamente las dos compartían una misma música: el canon de Pachelbel, una melodía que recoge una gama muy amplia de sentimientos...
La vida volvió a unir a estos dos grandes directores diez años después. Era en el festival de Sundance. Redford felicitó a Garci por la película que acababa de presentar en el festival: Canción de cuna. "Es una película muy moderna", le dijo el actor y director norteamericano.
Una secuela esperada
John Lasseter decidió lanzarse a hacer animación por ordenador gracias a Tron: la original y mítica película de ciencia ficción de 1982. Sólo por eso ya debería estudiarse como un film de culto. No contentos con eso, cuando se van a cumplir 30 años de la película Disney presenta el trailer de esta esperada secuela que pretende actualizar este clásico de la ciencia-ficción con los efectos especiales más novedosos.
La película llegará estas Navidades....
Del Toro abandona la Tierra Media
Después de muchas crisis y rumores, Guillermo del Toro ha confirmado que abandona la dirección de El Hobbit, saga precedente cronológicamente de El Señor de los anillos. El motivo fundamental es el retraso de la película prevista para su estreno en dos partes en 2012 y 2013. La MGM, una de las productoras de la película, tiene una deuda enorme (en torno a los 3.700 millones de dólares) que está sembrando muchas dudas sobre su futuro.
Cada vez es más difícil encontrar cheques en blanco...
"Alicia" en el club de los 1.000
No me gustó su película, pero me alegro por Tim Burton. Y espero que los 1.000 millones de dólares que ya ha ganado su película (la más taquillera de su filmografía y una de las menos interesantes), le sirvan para hacer cine con la libertad de Kubrick ó Woody Allen.
Canadá no está lejos de Hollywood (2)

En 1994 se unió a Rod Stewart y Sting para cantar el tema central de Los tres mosqueteros. La canción All for love es lo mejor de la película. Lo mismo sucede en la película Don Juan de Marco: lo "salvable" es la maravillosa canción que Bryan Adams interpretó junto a la guitarra de Paco de Lucía.
En 1996 Bryan Adams se unió a "la voz": Barbra Streisand. Juntos interpretaron el tema central de El amor tiene dos caras, dirigida por la cantante y conocida sobre todo por ser la película con la que Lauren Bacall perdió un Oscar cantado frente a Juliette Binoche (premiada por El paciente inglés). La canción es un dueto sensacional de dos voces con enorme personalidad. Las fotos son horribles, youtube tiene estas cosas, pero la canción está completa.
Ese mismo año contribuyó con una de las pifias mayores de Francisc Ford Coppola (Jack), Bryan interpretó para esta película la canción Star.
Tardaría 6 años en volver al cine. Y lo haría a lo grande, junto al prolífico Hans Zimmer, en la banda sonora de Spirit, uno de los intentos fallidos de Dreamworks en el cine de animación. En la banda sonora de esta película cantó junto con Sarah Mclachlan la canción Don´t let go. También aportó otras canciones muy inspiradas como Here I am.
Con 50 años, un Grammy y tres nominaciones a los Oscar y a los Globos de Oro, este canadiense de Ontario es uno de los cantantes que ha marcado la música de cine de las últimas décadas.
Spike Jonze y el amor robótico
El ingenioso y desquiciado Spike Jonze ha tenido, una vez más, vía libre para hacer lo que quiere. Gracias a la marca Absolut Vodka ha realizado un cortometraje de 30 minutos sobre el amor entre dos robots que tiene poco que ver con la promoción de la bebida alcohólica.“Ha sido una oportunidad increíble”, dice Jonze. “Ellos (Absolut) no me exigieron hacer una película que tuviera nada que ver con el vodka. Querían que hiciera algo que fuera importante para mí y permitieron que mi imaginación me llevara donde quisiera. No fue como trabajar para una gran compañía donde me tuviera que reunir con comités de gente. Eran un grupo pequeño y parecía que lo único que les importaba era la creatividad y hacer algo que les afectara emocionalmente”.
No es la primera vez que Jonze hace publicidad, en ese ámbito fue donde empezó a dirigir y ser conocido internacionalmente con anuncios para Adidas, Levi´s, Ikea, GAP o Nike.
Canadá no está lejos de Hollywood

Sarah Mclachlan es una de esas voces que no olvidas fácilmente. Ganadora de varios Grammys sus baladas son uno de los tesoros canadienses mejor exportados en el siglo XXI.
La utilización de Answer, una de sus mejores canciones, en el final de La extraña que hay en ti es maravillosa. Un acierto absoluto de Neil Jordan que hace que la película cobre mucha fuerza en su parte final.
La Edad Media de Playmobil
Los actores están muy bien, la fotografía es un delicia, Ridley Scott sabe dirigir como pocos las escenas de acción.... pero siguen siendo muy simples las costuras de sus trajes y le falta temperatura emocional a este Robin Hood de 2010. Helgeland mejora claramente con respecto a su último guión (Asalto al tren de Pelhalm 123) pero sigue estando muy lejos de sus mejores momentos (L.A. Confidential, Mystic River). Apenas hay matices y sobra cartón piedra en una historia que daba mucho de sí pero en manos de Helgeland es un monolito tosco de escaso relieve.
La música está bastante bien a pesar de empeñarse con demasiada frecuencia en imitar la voz de Lisa Gerrard en Gladiator (algo que hizo mejor Harry Gregson-Williams El fuego de la venganza).
Pero el resto de la banda sonora es una música vibrante, especialmente en el último tramo que coincide con lo mejor de la película. El problema es que cuando llega esa media hora final (magnífica batalla, cierre de la historia y títulos de crédito finales), ya llevamos dos horas de la Edad Media de Playmobil que tanto le gusta contar a Ridley desde que dirigió ese monumento a la historia para bebes Petit-suise titulada El Reino de los Cielos.
En resumen, que Ridley sigue muy lejos de igualar las obras maestras del inicio de su filmografía: Los duelistas, Alien y Blade Runner.
Calificación: 6
Calificación: 6
John Mc Tiernan
Le echo de menos. Pocos directores han hecho tanto por hacer un cine de acción creativo, diferente. Recuerdo con especial aprecio El último gran héroe y el guiño que hace a Hamlet. Sensacional película metacinematográfica.
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