Con mayor o menor profundidad, desde la complejidad de El árbol de la vida a la inocencia, algo simplista, de Criadas y señoras o War Horse, hay un recorrido en el que el ser humano sale del cine con sensación de que ha visto algo que le ha hecho mejor, o al menos le ha dado argumentos para serlo. Un cine humanista muy bien representado por Los descendientes (una película dolorosa pero no pesimista) y Moneyball (una historia deportiva en que lo menos importante es la bola de baseball). Además hay dos grandes homenajes al cine de toda la vida: La invención de Hugo y The artist.
Ya, pero la gente sigue sin ir al cine. Sí, eso es verdad. Y lo peor de todo es que cuando van en masa ven Torrente 4, Transformers o Crepúsculo. Pero eso no es problema del cine...
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