El mejor cine de 2018

Cuarón ha hecho la mejor película del año y del siglo XXI mientras el cine español sigue destacando. Dos grandes noticias. 



1º) "Roma" de Alfonso Cuarón (10)
2º) "The Guilty" de Gustav Möller (9)
3º) "Ralph rompe Internet" de Rich Moore, Phil Johnston (9)
4º) "Bohemian Rhapsody" de Bryan Singer (8´5)


5º) "El reino" de Rodrigo Sorogoyen (8´5)
6º)"Un asunto de familia" de Hirokazu Koreeda (8´5)
7º) "Un lugar tranquilo" de John Karsinski (8´5)
8º) "Un día más con vida" de Raúl de la Fuente y Damian Nenow (8´5)




9º) "El hilo invisible" de Paul Thomas Anderson (8´5) 
10º) "Viaje al cuarto de una madre" de Celia Rico (8´5)
11º) "El regreso de Ben" de Peter Hedges (8´5)
12º) "Las distancias" de Elena Trapé (8´5)



13º) "Entre dos aguas" de Isaki Lacuesta (8)
14º) "Campeones" de Javier Fesser (8)
15º) "Whitney" de Kevin Macdonald (8)
16º) "Misión imposible 6: Fallout" de Christophe McQuarrie (8)

 

17º) "Spiderman: Un nuevo universo" de Bob Persichetti, Peter Ramsey, Rodney Rothman (8)
18º) "Searching" de Aneesh Chaganty (8)
19º) "Kursk" de Thomas Vinterberg (8)
20º) "Benzinho" de Gustavo Pizzi (8)



Consulta aquí la lista de lo mejor del cine de 2017 y de 2016

Un nuevo universo donde menos te lo esperas

Así se ha vendido el nuevo Spiderman. Una nueva experiencia en dibujos animados con la textura del comic con una capacidad increíble para sorprender al espectador saturado de hombres araña. Visualmente la película está muy lograda con una imaginación desbordante en cada escena muy cercana al videojuego y al modo de percibir del adolescente del siglo XXI: música alternativa, giros constantes, ritmo hiperactivo, sentimentalismo y nostalgia friki. Pueden parecer que estoy indicando defectos de la película pero no es así. Me parece muy meritorio que esas características hayan permitido una película compleja e ingeniosa, inteligente en el modo de abordar nuevos mundos y personajes.

Me encanta el modo de arrancar que tiene la historia. Todos tememos que nos vuelvan a contar otra vez la picadura de la araña y los 3 directores de esta nueva película lo saben y se ríen de ese lógico agotamiento. Además la muerte de Stan Lee el pasado mes de noviembre ha convertido las escenas en las que aparece referenciado en momentos memorables.

Es verdad que la evolución los villanos y de algunos personajes secundarios les falta recorrido e impulso en los últimos metros. Y que muchos se perderán en eso que llaman el multiverso. Aún así doy la bienvenido a esta nueva forma de plantear los dibujos animados y el cine superheroico.

Calificación: 8     

Canciones para olvidar y una película que readmirar

Un musical debe tener buenas canciones y Mary Poppins returns carece de ellas. Por lo demás la película es más o menos defendible: buen reparto con Emily Blunt a la cabeza, nostálgicos cameos de Angela Lansbury y Dick Van Dike, un atractivo vestuario colorista, un diseño de producción notable... El problema es cuando suena la música y empiezan a cantar. Ahí estaba gran parte de la magia de la inmortal Mary Poppins de Robert Stevenson con canciones y música de los hermanos Sherman.



Han pasado más de 50 años y generaciones enteras se saben de memorias estrofas completas de Con un poco de azúcar o Supercalifragilisticoespialidoso. Me gustaría preguntar a la salida de los cines donde se proyecta esta continuación de Mary Poppins si alguien es capaz de tararear alguna canción de las que acaba de escuchar en la película. Hagan la prueba. La banda sonora de Marc Shaiman es para tipificarla en el Codigo Penal. No hay ritmo ni originalidad por ningún lado. Los personajes cantan porque hay que cantar pero el baile, la música y las letras son tan grises como el cielo londinense.



Por otra parte Rob Marshall acertó de pleno en Chicago pero el resto es para olvidar: Annie, Into the Woods, Nine. Además reconozco que tengo un problema y es que últimamente estoy repasando la filmografía de Vincente Minelli. Y ver en la misma semana un musical de Rob Marshall y cualquiera del director de Un americano en París, Brigadoon o Cita en San Luis es muy peligroso. Los 130 minutos que dura La nueva Mary Poppins sobreviven gracias a que tienen una gran historia detrás. Ni el director ni el guionista (David Magee: La vida de Pi, Descubriendo Nunca Jamás) aportan ese punto de personalidad y hechizo necesario para que las aventuras que viven sus peculiares personajes sean realmente inolvidables.

Mientras que en la película de 1964 había cientos de guiños cómplices al espectador sobre el modo de ser de los británicos, el feminismo o la fantasía como un modo nuevo de vivir la rutina, en esta actualización hay un intento asfixiante e inútil de no estropear el original. Al final el barco se hunde en un estilo neutro e insignificante.

Como homenaje a Mary Poppins quedará la nada despreciable Al servicio de Mr. Banks: una película elegante que animaba a ver la excelente película original interpretada por Julie Andrews en 1964 (he vuelto a verla en las últimas horas y he comprobado que es una de esas obras maestras que cada día que pasa está aún más encantadora). Seguiré soñando con el día en que pueda ordenar así mi habitación con un simple chasquido de dedos.

Calificación: 6 

Voces desde Dinamarca

The Guilty en una de las 10 preseleccionadas para el Oscar a la mejor película extranjera de 2018. Un año con una competencia fuera de lo común: Roma, Pájaros de verano, Cold War y Un asunto de familia. Esta película danesa es un thriller sin levantarse del asiento. Pasamos 80 minutos en la cabeza de Asger Holm, un oficial de policía apartado del trabajo de calle y recluido en la atención del servicio de emergencias por teléfono.

El primerizo director y guionista Gustav Möller firma una de la películas del año con una intensidad y un ritmo encomiables. El guión es una obra de orfebrería, un perfecto mecanismo de intriga, dramatismo inteligente y desarrollo de personajes. La voz se convierte en un protagonista absoluto de la historia: la única pista que tendrá el protagonista para poder acertar en sus complicadas decisiones.

Esta película recuerda en el estilo al cortometraje Madre por el uso de la voz y el teléfono como instrumento narrativo fundamental. El protagonista absoluto está interpretado por el actor sueco Jakob Cedergen, un rostro habitual en las series de TV nórdicas que hace un trabajo excelente. Toda la película se apoya en una interpretación sabe modular a su personaje y hacerlo creíble en situaciones extremas. 

La ausencia de música es otro de los riesgos y aciertos del director. Una manera de no distraer el espectador del sonido completo de la llamada: no sólo la voz, sino lo que todo se escucha detrás de ella y ayuda a que el espectador a imaginar la escena de la emergencias.

Calificación: 9 

"Kursk": Sumergirse abriendo los ojos

Thomas Vinterberg ha realizado una película más espectacular e interesante de lo que me imaginaba. Desde luego le ha venido de perlas el apoyo financiero de Luc Besson para su película sea reluciente y cuente con un reparto de primera línea. El director danés es uno de los cineastas europeos que merece la pena seguir su rastro haga lo que haga (Celebración, La caza), pero esta historia tenía elementos fascinantes y una gran dificultar para imprimirle ritmo e intensidad a un relato mayoritariamente estático.

La película se concede licencias dramática aceptables y logra una personalidad visual muy atinada. Desde los cambios de formato de pantalla al desarrollo de personajes, el uso de la música o la medida claustrofobia de algunas escenas. Es una historia real que merecía el tratamiento inteligente y delicado que le ha dado Vinterberg

Calificación: 8 

"Viudas": la crudeza y genialidad de Steve McQueen

Jamás dudaré de que Steve McQueen (Shame, 12 años de esclavitud) es un director y guionista excepcional. En Viudas hay muchas escenas memorables, pero todas ellas brutales. Sólo con la escena del paralítico en la bolera ya es como para plantearse aconsejarla a alguien. Sin embargo a la hora de definir el amor, la compasión o la filiación, se nota que este director es muy torpe. Por eso acude a la carnalidad como único salvavidas. Así lo confirma la relación entre los personajes de Viola Davis y Liam Neeson, tan primaria que resulta casi ridícula cuando pretende posturearse como romántica.

Otra cosa son los diálogos de "a ver quién es más hijo de puta" o las escenas de acción que el director rueda con un ritmo espectacular y una música espléndida del más grande: Hans Zimmmer. Y por supuesto Steve McQueen da miles de vueltas a los que le han precedido al intentar hacer versiones femeninas de películas de éxito. Viudas se toma en serio a las mujeres y no vende lo imposible. En ese sentido el director hace un trabajo extraordinario porque era fácil caer en tópicos mediocres.

Todo brillan en un reparto muy bien seleccionado en el que cada personaje tiene su interés dramático y su medida cuota de pantalla. En algunos momentos me recordaba a las mejores películas de Ben Aflleck (Adiós pequeña, adiós o The town: Ciudad de ladrones. No llega tan lejos pero merodea con habilidad por ese mismo terreno minado del cine negro norteamericano.

Calificación: 7´5

Julia, Lucas... Y Peter Hedges

Supongo que todo el mundo hablará de esta película por lo inconmensurables que están Julia Roberts y Lucas Hedges. Y lo están. Siempre lo han estado. Merecerían todos los premios que les puedan dar en los próximos meses, pero a ellos les sobra atención mediática. Sin embargo a Peter Hedges, el padre de Lucas, le tenemos un poco infravalorado. Su película anterior (La extraña vida de Timothy Green) era sencillamente deliciosa. Un cuento de lo más original. También Como la vida misma era una comedia muy simpática y Retrato de April recreaba notablemente el mundo adolescente.

Peter Hedges es novelista y se nota. Sus diálogos encajan y se superponen creando personajes muy detallados. En algunos momentos le puede faltar algo de talento visual (estoy convencido que la escena del cementerio es mucho más brillante en el texto que en la pantalla), pero con ese reparto cualquier plano es dinamita.



La historia no era fácil de medir porque el material es hipersensible. Sin embargo el guión está escrito con tanta pericia como sensibilidad. Hace poco pudimos ver como un argumento muy parecido en Beautiful Boy era malogrado por un director y guionista mucho más limitado. Esta vez todo el recorrido es más creíble, cruel, tierno e impactante. Un viaje que hace pensar tanto a padres como a adolescentes sin necesidad de ser agresivo con el espectador.

Lo que Peter Hedges logra sugerir con una frase mínima ("Llegamos a un acuerdo") es impresionante. No extraña que el personaje de Julia Roberts no pueda contenerse. Acaba de descubrir algo tremendo pero el guionista lo ha contado con una simple sugerencia. Como si fuese un clásico del cine negro, confiando en la inteligencia del espectador y respetando la intimidad del personaje con una impagable delicadeza.

Le falta una música más creativa, un piano menos convencional y más emotivo. Es lo único que se me ocurre echarle en cara a una película que en todo lo demás es simplemente sensacional.

Calificación: 8´5


"Ralph rompe Internet": Un bombazo

¡Qué explosión de imaginación de Rich Moore y Phil Johnston! No soy de los que salieron convencidos con la primera parte pero esta continuación es colosal. Sólo con las apariciones de las princesas de Disney de todos los tiempos es para darles el Oscar a la mejor película de animación del año. Una película de dibujos animados que disfrutarán aún más los adultos que los niños. Es incontable el número de guiños, ironías e infinitos derivados del metalenguaje sobre Internet, redes sociales y otras fuentes de estupidez actual.



Todo es más inteligente y tiene más ritmo que en la primera parte, y además acaba dejando una reflexión sobre los afectos que está expresada visualmente con una brillantez incontestable. La banda sonora es un compendio muy atractivo que acaba con una canción sensacional de Imagine Dragons. Una de las películas del año por guión, riesgo y simpatía en la pareja protagonista y en los innumerables secundarios adorables.

Calificación: 9

Kristin Scott Thomas y el dolor que no llora

Juliette (Kristin Scott Thomas) sale de la cárcel después de quince años de condena por el misterioso asesinato de su hijo. En este tiempo Juliette, abandonada por su marido y su familia, no ha tenido contacto con el mundo exterior. Léa (Elsa Zylberstein), su hermana menor, la acoge en su casa de Nancy, donde vive con su marido Luc (Serge Hazanavicius) y dos hijas adoptivas.

El argumento de esta película podría haber derivado con mucha facilidad al de una telenovela venezolana. Pero Philipe Claudel (Nancy, 1962) sabe de lo que habla (ha dedicado mucho tiempo a la enseñanza de niños discapacitados y presos) y sabe cómo contarlo. Ganador del prestigioso premio literario Renaudot por su novela Almas grises, Claudel escribe y dirige esta opera prima con la madurez de los buenos narradores que saben construir personajes y describir emociones sin caer en defectos tan habituales como la cursilería, la pedantería o el hermetismo.


En este caso vuelve a adentrarse en el dolor humano desde la perspectiva de las personas que rodean a los que sufren (uno de los temas fundamentales en Almas grises, novela que contemplaba los horrores de la I Guerra Mundial desde los habitantes de un pueblo francés ajeno al conflicto bélico). La película analiza y crítica la falta de respuestas y en muchos casos la carencia de tacto de los personajes que acompañan a Juliette. Y lo hace desde una interpretación sobresaliente de Kristin Scott Thomas que aguanta todo el peso dramático de la película casi sin palabras. Con su mirada y sus gestos va poniendo a la sociedad ante un difícil interrogante: ¿se puede ser feliz mirando a otro lado?

No es Claudel un hombre de muchas respuestas, pero tampoco es un narrador que arroja preguntas al espectador con el convencimiento de que no podrá responderlas. Aunque de fondo hay un planteamiento antropológico cercano al nihilismo y a la desesperanza, Claudel consigue no cargar las tintas en el dramatismo dando a los personajes una humanidad minimalista que salva en cierta medida la película del pesimismo cerrado. De esta manera Claudel acaba permitiendo algo de luz en el argumento aportando detalles de ternura, deseos de ayudar que hacen que la película haga pensar al espectador sin cerrarle todas las puertas.

Además, la película sabe mantener el interés dramático a lo largo de las casi dos horas de metraje jugando con las palabras y los silencios que ayudan a pensar e interpretar los matices de los personajes. 

Calificación: 8


Dos maneras de contar qué pasó en Utoya

El atentado en la isla de Utoya el 22 de julio de 2011 tenía todos los componentes para hacer una película impactante y Paul Greengrass era el director más adecuado para llevarla al cine. Netflix ha patrocinado esta producción sobrada de metraje (casi 2 horas y media) y algo escasa de emoción. Tiene unas interpretaciones fantásticas y una edición más que discutible en momentos esenciales de climax como el abrupto final.

Aún así la historia es tan interesante que sigues el tortuoso camino de las víctimas y el terrorismo con interés. El guion de propio Greengrass sabe ampliar el arco dramático de los personajes incluyendo interrogantes sobre el sentimiento de culpa de los supervivientes, la importancia de la unidad ante el terrorismo, la soledad del asesino como una condena impagable... Podía haber llegado mucho más lejos con un poco más de atención a los detalles pero aún así es una película apreciable.

Calificación: 6´5



No será la última vez que este atentado sea tratado en el cine. Una película noruega muy distinta a 22 de julio abordará el ataque en tiempo real desde el punto de vista de los jóvenes perseguidos y tiroteados. En un sólo plano intentará transmitir ese pánico extremo al espectador