Canciones para olvidar y una película que readmirar

Un musical debe tener buenas canciones y Mary Poppins returns carece de ellas. Por lo demás la película es más o menos defendible: buen reparto con Emily Blunt a la cabeza, nostálgicos cameos de Angela Lansbury y Dick Van Dike, un atractivo vestuario colorista, un diseño de producción notable... El problema es cuando suena la música y empiezan a cantar. Ahí estaba gran parte de la magia de la inmortal Mary Poppins de Robert Stevenson con canciones y música de los hermanos Sherman.



Han pasado más de 50 años y generaciones enteras se saben de memorias estrofas completas de Con un poco de azúcar o Supercalifragilisticoespialidoso. Me gustaría preguntar a la salida de los cines donde se proyecta esta continuación de Mary Poppins si alguien es capaz de tararear alguna canción de las que acaba de escuchar en la película. Hagan la prueba. La banda sonora de Marc Shaiman es para tipificarla en el Codigo Penal. No hay ritmo ni originalidad por ningún lado. Los personajes cantan porque hay que cantar pero el baile, la música y las letras son tan grises como el cielo londinense.



Por otra parte Rob Marshall acertó de pleno en Chicago pero el resto es para olvidar: Annie, Into the Woods, Nine. Además reconozco que tengo un problema y es que últimamente estoy repasando la filmografía de Vincente Minelli. Y ver en la misma semana un musical de Rob Marshall y cualquiera del director de Un americano en París, Brigadoon o Cita en San Luis es muy peligroso. Los 130 minutos que dura La nueva Mary Poppins sobreviven gracias a que tienen una gran historia detrás. Ni el director ni el guionista (David Magee: La vida de Pi, Descubriendo Nunca Jamás) aportan ese punto de personalidad y hechizo necesario para que las aventuras que viven sus peculiares personajes sean realmente inolvidables.

Mientras que en la película de 1964 había cientos de guiños cómplices al espectador sobre el modo de ser de los británicos, el feminismo o la fantasía como un modo nuevo de vivir la rutina, en esta actualización hay un intento asfixiante e inútil de no estropear el original. Al final el barco se hunde en un estilo neutro e insignificante.

Como homenaje a Mary Poppins quedará la nada despreciable Al servicio de Mr. Banks: una película elegante que animaba a ver la excelente película original interpretada por Julie Andrews en 1964 (he vuelto a verla en las últimas horas y he comprobado que es una de esas obras maestras que cada día que pasa está aún más encantadora). Seguiré soñando con el día en que pueda ordenar así mi habitación con un simple chasquido de dedos.

Calificación: 6 

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