Podría ser una gran escena para una película. Pero, como tantas veces, la realidad supera a la ficción. El diálogo, las miradas, el silencio, el momento de tensión... Es difícil lograr algo tan contundente y metafórico. Todavía hacen falta grandes películas españolas sobre realidades muy cercanas. En esto nos sigue ganando el cine norteamericano, pero nuestra realidad sigue goleando a la ficción.
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