Hace unos días volví a disfrutar con una de las comedias en las que Woody Allen demostró su gigante talento cómico: Toma el dinero y corre (1969). Era su segunda película después de What´s up, Tiger Lily? (1969) y el cómico de Brooklyn tenía 33 años. Suficiente.
Me resulta muy difícil recordar 85 minutos de cine con tantos aciertos, con incontables gags inteligentes y diálogos memorables. Una de esas películas que hay que ver cada cierto tiempo para reivindicar al mejor guionista de Hollywood junto con Billy Wilder.
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