Coixet en tiempos de crisis

A las 12 de la mañana arrancaba un nuevo Festival de Cine español en Málaga. Un certamen que llega con unas sensaciones contradictorias: hemos cerrado un año pletórico de cine español en cifras (Tadeo, Lo imposible), y también en calidad artística (Blancanieves, Una pistola en cada mano, El artista y la modelo). Y Málaga no nos ha defraudado en los últimos años con películas y directores que han conseguido aumentar la plantilla de cineastas a tener en cuenta en los últimos años.

Pero este es un año curioso. Hay varios nombres propios que llegan con ecos decepcionantes al Festival: Coixet, Gracia Querejeta, Calparsoro.

Empecemos por Isabel Coixet que acaba de inaugurar la Sección Oficial con Ayer no termina nunca.

Año 2017. Messi gana su décimo Balón de Oro y en España seguimos multiplicando el número de parados. La vida no sigue igual; todo va a peor. Y en medio de este depresivo ambiente una pareja que llevaba años sin verse se encuentran en una empresa desalojada.

Después de Mapa de sonidos de Tokio y el documental Escuchando el juez Garzón era fácil dar un paso adelante. Y la directora de tres grandes películas como Cosas que nunca te dije, Mi vida sin mí y La vida secreta de las palabras, lo ha dado. Esta película, acogida en la Berlinale entre la frialdad y la antipatía manifiesta, consigue mantener el interés y la tensión dramática con un escenario destartalado y dos actores magníficos y muy creíbles. Que una película de este tipo dure casi dos horas y no resulte eterna tiene mérito. Pero a Coixet se le debe seguir pidiendo más.

Y es que la película acaba siendo excesivamente depresiva y didáctica, con una salida de la caverna tan inocente como inverosímil (nada que ver con el final esperanzador y veraz de sus mejores películas). Después de mostrar un futuro demoledor, las luces del paraíso, las imágenes de los amantes bailando en una puesta de sol, resultan incoherentes y ñoñas.

Ayer no terminan nunca acaba siendo una película desequilibrada. Y sobre todo muy poco aconsejable para los que no quieran sobredosis de crisis en pantalla grande.

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