Traya y tramoya

Combustión, la última película de Daniel Calparsoro (Salto al vacío, Guerreros, Asfalto) es velocidad, ambición y sexo. Todo bien rodado cuando la velocidad aumenta y muy poco interesante cuando se aprieta el freno y se intenta dejar espacio a la historia, que tiene muy poco y muy primario. Nada sorprendente.

Ya lo vimos en Invasor: Calparsoro es el mejor en escenas de acción, un gran director de segunda unidad. Pero con eso no da para hacer una buena película. Combustión desde luego no lo es.

Una lástima para Adriana Ugarte y Alberto Amman que son actores de mucha categoría para esta producción de presupuesto A y de calidad B.

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