En Estados Unidos la han considerado una de las películas más importantes en 2016. Peter Berg y Mark Whalberg se conocen de antes (Marea negra, El único superviviente) y ya han demostrado que saben hacer como pocos cine de acción con potencial dramático basado en historias reales.
Sorprende la velocidad que tiene el cine y la televisión actual en llevar a la pantalla sucesos actuales. El atentado en la maratón de Boston ocurrió el 15 de abril de 2013 y 3 años después ya estaba en los cines la versión cinematográfica de los hechos. Peter Berg fija la atención en historias personales y coincidencias paradójicas. Una vez retratados los personajes se lanza a una acción rodada con un estilo muy cercano al de Peter Greenaway o Ben Affleck. Creatividad en los planos en movimiento pero sin despistar ni marear al espectador.
La película ensalza el valor ciudadano contra la barbarie terrorista, pero todo está ajustado para no caer en simplismos evidentes. Todos ellos, terroristas, víctimas y policías, aparecen definidos con una humanidad muy valiosa. Es verdad que a la música le sobra presencia y le falta algo de personalidad. Tampoco el epílogo es tan redondo como el de El único superviviente, pero Peter Berg ha vuelto a sentar cátedra con un cine de acción inteligente y muy hábil en la dosificación de información sobre la investigación.
Calificación: 8
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