"Big Little Lies": Taradas modernas

El reparto de esta serie demuestra una vez más que la televisión ha dejado de ser la cara B del cine hace muchas décadas. Nicole Kidman, Reese Witterspoon, Shailene Woodley y Laura Dern componen un cuarteto impresionante que hace que la serie en muchos momentos parezca buena. El creador de esta singular ficción es David O. Kelley, uno de los guionistas y productores norteamericanos más prolíficos desde que en 1989 presentase la serie cómica generacional Un médico precoz. Desde entonces la retahíla de títulos famosos es inacabable: La ley de los Ángeles, Chicago Hope, Ally McBeal, El abogado, Boston Legal...

Big Little Lies cuenta la historia de cuatro mujeres que presumen de modernas, independientes, feministas y competentes profesionalmente. 3 de ellas tienen casas impresionantes con terracita con vista a playas paradisíacas, uno o dos hijos, alguna que otra mascota, armarios repletos, divorcios a cuestas... El argumento se centra en un misterioso asesinato que irá desvelando los conflictos entre ellas, lobeznas devoradoras de hombres y mujeres, obsesas de sexo enfermizo, impulsivo y cuanto más salvaje mejor. 


El talento de las actrices es incuestionable, y el director francés Jean Marc Vallé (Café Flore, Dallas Buyers Club, Alma salvaje) le da a la serie un tono de "película para presentar en un festival de cine" (montaje sorprendente, utilización de música desconcertante, sonidos en off, planos metafóricos) que ha fascinado a una parte importante de la crítica de televisión. No me incluyo en ese grupo.

Y es que por mucho que se disfrace de moderna, creativa y verosímil, esta historia es tramposa e imposible. David O. Kelley siempre ha mostrado fascinación por mujeres al límite de la cordura pero muy expresivas y aquí se ha despachado a gusto. Todas ellas son obsesas del sexo violento, insoportables, ciclotímicas e irracionales. Empezando por Nicole Kidman, que vuelve a hacer de mujer objeto de deseo con un marido maltratador al que ella mira como un Grey al que sólo hace falta mirar con cariño sus sombras. Shailene Woodley es el personaje más humano y dulce, pero también inconsistente. El momento en que le explica la felación como algo mágico a su hijo de 6 años aún me tiene estupefacto. Por no hablar de la hija de Reese Witterspoon que está muy concienciada socialmente y por ese motivo vende su virginidad para dar todo ese dinero a Amnistía Internacional. 

Todo es tan extravagante como en los peores culebrones, pero el director y el productor intentan vender que esta serie es mucho más sofisticada que Revenge y Scandal. Y no. Los planos de orillas paradisíacas con huellas en la arena y olas rompiendo en acantilados no hacen de una ficción algo poético. Tampoco bastan cuatro grandes actrices en constante giro dramático. Hace falta delicadeza, matices y detalles, algo que no huele en ningún momento esta efectista serie que acaba con unos planos aborrecibles e incoherentes con el resto de la historia. Un bonito anuncio de colonia a modo de conclusión que no consigue aromatizar la miserable y egocéntrica frivolidad que nos han contado a lo largo de 7 capítulos.  

Esta serie ha obtenido 6 nominaciones a los Globos de Oro.
Mejor miniserie
Mejor actriz en una miniserie  (Reese Witherspoon)
Mejor actriz en una miniserie  (Nicole Kidman)
Mejor actor secundario en miniserie (Alexander Skarsgard)
Mejor actriz secundaria en miniserie (Laura Dern)
Mejor actriz secundaria en miniserie (Shailene Woodley)

Calificación: 5

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