El estreno del episodio piloto de esta serie que en Estados Unidos va por la 6ª temporada, pasó algo desapercibido el 16 de marzo de 2010. Aunque obtuvo la segunda máxima audiencia en la historia de FX con 4,2 millones de telespectadores (la primera fue con la serie The Shield), comparado con otras series como The Wire, Los Soprano, Mad Men o Breaking Bad, Justified siempre se ha quedado un poco relegada en premios, repercusión internacional, etc. Aún así es una serie imponente, mezcla de western y cine negro, con personajes poliédricos y diálogos certeros, sugerentes y concisos, en algún momento acompañados de una ironía sutil y divertida.
El alma de Justified junto con Elmer Leonard, es Graham Yost, creador y guionista habitual de la serie, un hombre de televisión ganador de 2 Emmys por sus colaboraciones con Steven Spielberg (The Pacific, Hermanos de Sangre), con el que también ha trabajado en Falling Skies. Gran parte de su mérito es la evolución de la historia que permite que los personajes y conflictos se desarrollen lentamente sin caer en inercias o puntos muertos. Es difícil decir cuál de las 4 temporadas es mejor. Cada una de ellas tiene grandes momentos y una calidad más que notable en planificación, música, interpretación, guión y diseño de producción.
Lo mejor de todo es que Justified no intenta imitar a otro western televisivos como Hell on whels o Deadwood. Esta serie tiene un estilo muy personal, representado por el carisma de los dos protagonistas: Timothy Olyphant (conocido sobre todo por ser uno de los “malos” más inquietantes de los últimos años en La Jungla 4.0) y Walton Goggins (al que hemos podido ver en papeles cortos en Django desencadenado y la serie Hijos de la Anarquía). La relación entre el delincuente que prefiere el lanza misiles al Winchester 73 y el sheriff alternativo es el motor de la serie (algo parecido a lo que sucede en esa historia de amor maldita entre la psicópata Alice y el detective impulsivo Luther). En el fondo los dos personajes se necesitan mutuamente para sobrevivir en el Kentucky de la corrupción, los skins y el narcotráfico.
Calificación: 8´5/10
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