El cine japonés premiado y alabado en todo el mundo invadirá nuestras salas en los próximos días. Dos películas animadas nominadas al Oscar: El regreso de Marnie y El cuento de la princesa Kaguya, y "otra" obra maestra de Hirokazu Koreeda: Nuestra hermana pequeña.
Son películas muy distintas con un estilo muy personal pero tienen los elementos característicos de la lírica cinematográfica japonesa. La luz, el color vivo, los trenes, el viento, la familia, la atmósfera musical que va graduando con precisión la intensidad, el mar, el optimismo en la mirada, los sentimientos esbozados en gestos casi imperceptibles...
Y ya uno se pone cursi hablando de esa entrañable sencillez. Evidentemente no soy japonés, pero me sigo quedando boquiabierto ante ese despliegue de sincera y entrañable creatividad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario