"Hitchcock" mereció más

Hace tiempo escribí este artículo sobre el mago del suspense y el sugerente biopic que protagonizó Anthony Hopkins sobre el rodaje de Psicosis. A mí la película me pareció muy hábil para definir al genio en un periodo tan específico. Una de las grandes producciones recientes sobre el mundo del cine que creo que es bueno recuperar


Sir Alfred sigue buscando el Oscar que le deben

Sujeta un cuchillo de cocina ensangrentado entre sus dedos plácidamente entrecruzados. Viste de etiqueta, con una corbata negra que sujeta su elegante y británica papada. Su gesto es incierto. Apenas se distingue alguna emoción en su rostro marcado por una cuidada calvicie. Su silueta se destaca sobre un fondo rojo. Tan sólo dos títulos sobreimpresionados: "Buenas noches" y, en letras rotas, “Hitchcock”.

No es fácil descubrir a Anthony Hopkins detrás del maquillaje, pero ahí está, ante uno de sus mayores retos: dar vida al Mago del Suspense. El estreno de la película 'Hitchcock' estaba previsto para 2013, pero finalmente se ha adelantado al mes que viene (23 de noviembre) para que pueda competir en la carrera de los Oscar. Acompañan al actor inglés, la también británica Helen Mirren, que interpretará a la inseparable esposa de Hitchcock, Alma Reville; y Scarlett Johansson y Jessica Biel, que interpretarán a las inolvidables protagonistas de 'Psicosis', Janet Leigh y Vera Miles.


No lo tendrá fácil Anthony Hopkins para lograr la que sería su quinta nominación y quizás su segundo Oscar (el primero lo ganó con su celebre y maligna interpretación de Hannibal Lecter en 'El silencio de los corderos'). En frente, probablemente tendrá a Daniel Day Lewis (que protagoniza el esperado 'Lincoln' de Spielberg), Joaquin Phoenix y Phillip Sheymour Hoffman, intérpretes de la última película de Paul Thomas Anderson, 'The Master' que, a pesar de no haberlo reconocido abiertamente, es un biopic del fundador de la Iglesia de la Cienciología.

Está claro que el protagonista de 'Lo que queda del día' tiene todo un personaje para deslumbrar a una Academia que tiene una deuda importante con Alfred Hitchcock. Aunque parezca increíble, este gigante del misterio nunca recibió un Óscar por ninguna de sus obras maestras. Fue nominado cinco veces pero sólo fue recompensado con el premio honorífico Irving G. Thalberg a toda su carrera.


Clásicos cada vez más modernos

Este acercamiento al director de Con las muertes en los talones no será el único que podremos ver próximamente. La cadena BBC acaba de anunciar el final del rodaje del telefilm The Girl -cuyo estreno en EEUU está previsto para el próximo 20 de octubre- en el que cuenta la traumática experiencia de Tippi Hedren durante la grabación de 'Los pájaros'. La protagonista de aquel filme recuerda con verdadero pánico el trato cruel e inhumano que recibió del director y el rodaje de algunas escenas que la pusieron al borde de la histeria.


Movido por su excentricidad o por una meticulosidad que rozaba lo enfermizo, Hitchcock no utilizó aves mecánicas porque decía que resultaban artificiales. Prefirió enjaular a Hedren durante toda una semana arrojándole pájaros salvajes vivos para escenas que no llegaban a los dos minutos. En el último día de grabación, la actriz estuvo a punto de perder un ojo por un picotazo y tuvo que volver a casa empastillada de anestésicos después de sufrir una crisis de ansiedad. Hedren recordaría aquello como “la peor semana de mi vida”. 

El director quiso vigilar todos los movimientos de esta actriz por la que se había obsesionado y encargó a dos miembros del equipo de producción que la espiaran fuera del plató. Hedren reveló al biógrafo de Hitchcock, Donald Spoto, hasta donde llegaban sus manías: “Empezó a decirme donde debía ir en mi tiempo libre, qué comer y los amigos a los que debía ver. Se ponía furioso si yo no le pedía permiso para visitar a algún amigo por la noche o un fin de semana”.


Con estas dos películas, con las que Hitchcock vuelve a sonar con fuerza en la tierra de la que se despidió, 32 años después de que le golpeara una insuficiencia renal en su mansión de Bel-Air, se consolida la tendencia a hacer biopics sobre grandes estrellas de Hollywood. Recientemente Michelle Williams y Kenneth Branagh deslumbraron como Marylin Monroe y Laurence Olivier en la película 'Mi semana con Marylin'. Además, ya existen imágenes de la semblanza sobre Grace Kelly que protagonizará Nicole Kidman, y en la que también aparecerá la actriz sevillana Paz Vega interpretando a María Callas.

El genio era él

Cuando Alfred Hitchcock empezó a hacer películas  en Hollywood el cine no estaba preparado para un director como él. Productores como David O. Selznick eran los auténticos propietarios de las películas y el director era un técnico cualificado siempre a las órdenes de los que ponían el dinero. Precisamente fue este productor el que trajo a Hitchcock a Hollywood para rodar la película Rebeca. El director británico no sabía lo que le esperaba.

En una entrevista muy extensa que le hizo el cineasta Peter Bogdanovich, el director de Psicosis mostraba su asombro ante la intromisión de los productores. “Antes de rodar cada escena, Selznick tenía que bajar a verlo. Era un verdadero incordio”. 


Quedaban varias décadas para que los cineastas franceses de la Nouvelle vague y la revista Cahiers du Cinema reivindicasen la figura del director como creador y motor artístico de las películas. Pero mientras tanto Welles, Capra, Ford o Hitchcock iban ganando peso e independencia en la industria. Welles fue el que más terreno ganó, pero probablemente fue sir Alfred el que peleó con más ego y voracidad.

Célebre es la larguísima y brillante entrevista que le hizo el director y crítico de cine Francoise Truffaut. En sus largas respuestas apenas hubo menciones de Hitchcock a sus brillantes colaboradores como el músico Bernard Herrmann, que compuso las bandas sonoras de películas como Psicosis o Con la muerte en los talones. Tampoco los grandísimos actores con los que trabajó se llevaron grandes elogios del director británico.

“Los actores son como ganado”

El propio Hitchcock desmentía que hubiese dicho esa frase, pero su explicación de esa cita deja aún más perplejo. “Yo nunca dije que son como ganado, sino que deberían ser tratados como ganado”. En una época dorada de Hollywood en el que el star system era la quintaesencia del cine, las palabras del director retumbaron con fuerza en la Meca del Cine. 



Y es que dentro de su enorme lista de rarezas, es muy famosa la indignación que le producían los actores que se empeñaban en interpretar emociones al estilo del Actors Studio o del teatro inglés más expresivo. Son conocidos sus enfrentamientos con actores como Montgomery Clift en el rodaje de 'Yo confieso' y con Paul Newman en 'Cortina Rasgada'. “Una y no más”, dijo sir Alfred al acabar el rodaje. Y dejo una frase emblemática para la historia en la que afirmaba que podía rodar con todo tipo de seres vivos “excepto con niños, perros y Charles Laughton”.

Hitchcock quería que sus actores fuesen un disfraz más bien inexpresivo y gélido con el que cualquier espectador pudiese sentirse cómodo. De ahí su predilección por los actores y actrices que sabían interpretar y sugerir con gestos mínimos: Cary Grant, James Stewart, Ingrid Bergman o su adorada Grace Kelly a la que persiguió hasta palacio para que no dejase de hacer cine después de su boda con Rainiero de Mónaco.


El montaje que envenena tus sueños

“Para mí el cine puro son piezas complementarias de película reunidas, como las notas musicales que componen una melodía. El montaje tiene dos usos fundamentales: crear ideas y generar violencia y emoción”. Lo decía un director que era capaz de hacer algunos de los mejores planos secuencia de la historia del cine: el beso de Cary Grant e Ingrid Bergman en Notorious o los diez planos con los que rodó La soga como respuesta a los críticas que le acusaban de fragmentar excesivamente las escenas.

Pero Hitchcock siempre será recordado por ser, quizás después de Eisenstein, el director que más hizo avanzar el montaje cinematográfico. El crimen de la ducha en Psicosis, las caídas de James Stewart en Vértigo o la persecución de una avioneta detrás de un correoso Cary Grant en Con la muerte en los talones, siempre serán ejemplos paradigmáticos de la creatividad en la edición cinematográfica.  

El sentido del humor de la muerte y la ironía del amor

Si John Ford se definía a sí mismo como un director que hacía westerns, Hitchcock podría ser el director que reinventó el género de suspense. Sus películas tienen el clasicismo universal de sentimientos fácilmente reconocibles: el miedo a la perdida y el pánico ante lo imprevisible. Es ahí donde radica la tensión de Vértigo, Rebeca, Encadenados o Con la muerte en los talones. No es una intriga mecánica, un suspense sin personajes que deja indiferente al espectador. Más bien es una historia de amor que utiliza metáforas mortales y sugerencias enfermizas.


Y es que Stewart no sólo tenía “vértigo” a las alturas, sino a la realidad, al que la mujer de su vida fuese un fantasma. Y Cary Grant no era sólo un encantador de serpientes gélido, era un hombre “encadenado” a la única fruta prohibida del jardín. Así como Henry Fonda y Joseph Cotten no sólo eran dudosos culpables para Vera Miles y Theresa Wright, sino para todos los que en algún momento han temido ser engañados por la persona en la que más confían.

Nunca tantos imitaron tan poco

Estas dobles lecturas hacen que el cine de Hitchcock siga siendo uno de los más clásicos y modernos. La sugerente universalidad de sus películas sigue llegando con fuerza a los temores más ocultos del espectador. Muchos han intentado imitarle. Algunos incluso de manera ridícula, como cuando Gus Van Sant copió plano por plano Crimen perfecto en un remake de lo más innecesario. Por no hablar de los larguísimos y agotadores planos secuencia de Brian de Palma, con los que pocas veces ha llegado a la sutileza de su maestro.

Otro han sabido asumir el talento del director británico adaptándolo a sus circunstancias. Es fácil ver rastros de Hitchcock en el mejor cine de directores recientes como ShyamalanSteven Spielberg, David Fincher o Martin Scorsese. Ese plano secuencia inicial de La invención de Hugo o la llegada del Tiranosaurio en Parque Jurásico probablemente hubiese gustado mucho al cineasta londinense.

También en nuestros país directores jóvenes como Juan Antonio Bayona, Alejandro Amenábar o Jaume Collet-Serra han utilizado el toque Hitchcock en películas como El orfanato, Tesis o Sin identidad. Sin embargo todos ellos siempre quedarán a la sombra del intratable genio de mente enfermiza.     

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