En Alguien a quien amar hay crudeza argumental muy cercana al cine de Susanne Bier. Pero también hay una cierta similitud con la magnífica película irlandesa Once. La historia se cuenta con letras de canciones magníficamente interpretadas por los actores Mikael Persbrandt y Trine Dyrholm (ambos protagonistas de la oscarizada En un mundo mejor, 2010). La historia no podía estar más trillada: un abuelo rockero que nunca ha entendido la palabra compromiso tiene que hacerse cargo de la noche a la mañana de su único nieto al que casi no conoce.
Con estos mimbres la directora Pernille Fischer Chrithensen logra una sencilla y emotiva película, interpretada por unos actores que tienen una voz maravillosa. Un ejemplo muy claro de que se puede contar una historia dura sin recurrir a escenas truculentas, que se puede hacer llorar sin que los personajes se pasen la película gimoteando.
Sin llegar a ser una obra maestra, Alguien a quién amar es atractivamente humana y bellísima en algunos momentos agracias al uso de la iluminación en la escena final, los paisajes nórdicos y las canciones espléndidamente insertadas en la historia.
Calificación: 7´5
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