Aprovechando el cine a 2,9 euros he podido ver dos películas que prometían. Hoy hablaré de la que me defraudó: Gone Girl. Me encantan las películas de secuestros y desapariciones. Casi todas: Prisoners, Adiós pequeña, adiós, Rescate, El fuego de la venganza. Y habitualmente me fascina David Fincher: Seven, La habitación del pánico, El club de la lucha, La red social. Pero esta vez Fincher no tiene una gran guionista detrás sino una novelista best-seller truculenta y efectista que intenta ser una gran guionista. Y le pasa como a Luis Enrique: todavía le faltan muchos partidos.
Hay que reconocer que Gone Girl tiene detalles valiosos: Affleck y Rosemund Pike trabajan duro para hacer creíbles dos personajes imposibles, Fincher sabe utilizar la música electrónica de la gran pareja de oscarizados compositores: Trent Reznor y Atticus Ross (La red social), la fotografía de ciudad ensombrecida... Pero la historia no hay por dónde cogerla. Hay mucho postureo narrativo y demasiados giros inverosímiles. Lo que hizo Hitchcock en Vértigo lo puede hacer Hitchcock en Vértigo, pero no Fincher con un guión de una periodista que ha escrito tres novelas.
La película es soez, exagerada y superficial. Una ácida reflexión sobre el matrimonio tan desagradable como tosca. Me parece extraño que Affleck, que es un experto en escribir guiones con personajes que puedes tocar, que tienen carne y hueso, no se haya quejado a Fincher de la trivialidad de los diálogos, de las redundantes y morbosas escenas de sexo. La película se pasa de lista al querer ser perversa e inteligente sin llegar a ser más que un entretenimiento con demasiadas costuras visibles.
Fincher necesita un buen guionista y ésta vez no lo ha conseguido.
Calificación: 5´5
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