La película cuenta una historia familiar, pequeña, de esas que gustan tanto a la hija de Elias Querejeta. Se agradece que la directora siga apostando por un cine arriesgado, difícil de vender a primera vista. El problema es que Gracia está muy lejos de ser la Gracia Querejeta de sus mejores películas. No se reconoce su talento en personajes mal definidos, escenas con diálogos muy deficientes y una historia mal llevada, aburrida en muchos tramos, acelerada en momentos dramáticos fundamentales.
Hay pequeños atisbos de genialidad (por ejemplo el plano secuencia dramático de 6 minutos de Maribel Verdú), pero la película se queda muy corta de recorrido, más distante de lo que debería una historia tan emotiva. Probablemente también ha pesado mucho que la directora no haya podido contar con el co-guionista de Héctor y Siete mesas de billar francés: David Planell. Una reescritura del guión, con más humor y unos diálogos mejor concretados, hubiese ayudado mucho a una película que cuenta con unos actores muy bien escogidos.
Por último, la música de Pablo Salinas, especialmente subrayada, exageradamente emocional, tampoco favorece a la historia. Se echa mucho de menos a los compositores con los que Gracia pudo trabajar en películas anteriores como Pascal Gaigne (Siete mesas de billar francés) o Ángel Illaramendi (Héctor).
Hay pequeños atisbos de genialidad (por ejemplo el plano secuencia dramático de 6 minutos de Maribel Verdú), pero la película se queda muy corta de recorrido, más distante de lo que debería una historia tan emotiva. Probablemente también ha pesado mucho que la directora no haya podido contar con el co-guionista de Héctor y Siete mesas de billar francés: David Planell. Una reescritura del guión, con más humor y unos diálogos mejor concretados, hubiese ayudado mucho a una película que cuenta con unos actores muy bien escogidos.
Por último, la música de Pablo Salinas, especialmente subrayada, exageradamente emocional, tampoco favorece a la historia. Se echa mucho de menos a los compositores con los que Gracia pudo trabajar en películas anteriores como Pascal Gaigne (Siete mesas de billar francés) o Ángel Illaramendi (Héctor).
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