El primer episodio de esta nueva etapa despeja dudas: continua la excelencia, el detallismo de los planos, los diálogos exactos y sobre todo esa bendita luz que ilumina a cada personaje. En especial a Maggie Smith, que ha dejado de ser la abuela anfitriona; ahora es la Reina Madre del Imperio Británico.
Hay que aceptar las reglas del juego; estamos ante un culebrón de 5 estrellas, arte follletinesco de 1ª línea. Así acabó la tercera temporada, así empieza esta nueva etapa de la verdadera joya de la corona inglesa.
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