Escribo esto no para negarles el pan y la sal a Garci y Coixet que me parecen dos auténticos genios en sus momentos dulces y dos muermos cuando caen en la autocomplacencia. Con Garci hace poco me reconcilié viendo Las verdes praderas y La herida luminosa. Isabel Coixet ha vuelto a ganarme con Mi vida sin mí, una película de esas que no se olvida fácilmente. Vives con ellas un tiempo. Y eso no es fácil encontrarlo... Lástima que a la película le falta un grado de profundidad para ser del todo coherente (me sorprende la relación con Mark Ruffalo y la absoluta falta de conciencia de culpa). Pero aún así la película está llena de diálogos y miradas enormes (lo de Leonor Watling es un prodigio de guión, interpretación y planificación visual).
Pues a mi, la penúltima de Garci, Luz de Domingo, me pareció muy buena. Es cierto que Sangre de Mayo no salió demasiado bien; se equivocó al adaptar dos novelas de Galdós y no centrarse sólo en la del dos de mayo.
ResponderEliminarCoixet estaba cómoda en un tipo de historia muy específica, muy delimitada. Cambió el tono y se perdió. Estoy de acuerdo.
ResponderEliminarIsabel Coixel es tan políticamente correcta que me prouce cierta repugancia.
ResponderEliminarPor cierto, para interepretar esta escena, ¿pusieron un doble a Leonor Watling? Jo, es que se estaba mojando todo el rato.