Ahora que se está poniendo de moda facilitar la percepción de la claustrofobia a los espectadores (
Buried, 127 horas), conviene recordar que
Garci y
Mercero fueron uno de los primeros en conseguir esa sensación en
La cabina. Ganador, entre otros, de un premio Emmy, este mediometraje tiene mucho de la angustia de
Hitchcock adaptada al casticismo setentero (verdaderamente conseguido en el corro de vecinos que contempla el espectáculo). De la interpretación del recientemente fallecido
José Luis López Vázquez se ha hablado mucho. Un ser casi mudo que llega al límite de la interpretación sin rozar el ridículo.
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