Jack Clayton fue un director británico que siempre ocupó las segundas filas. Nunca estaba en la lista de los mejores directores pero en su filmografía hay títulos tan impecables como Suspense. A las nueve cada noche (1967) es una historia macabra de terror con niños. Una película de tensión permanente sin puertas que chirrían ni espíritus malignos. Simplemente hay un cadáver en una casa sin padres.
El reparto es desconocido con excepción de Dirk Bogarde que hace un personaje seductor y perverso. Pero el elenco de jóvenes actores te sobrecoge por su credibilidad y un guion que retrata perfiles muy bien delimitados. Pamela Franklyn había resultado perturbadora en su papel de Flora en Suspense, y el encantador Mark Lester enamoró al público en Oliver.
Clayton mueve la cámara con la seguridad y personalidad de los maestros que hacen todo muy sencillo, y Georges Delerue (384 bandas sonoras a sus espaldas: Love Story o Platoon entre otras), añade una música levemente tenebrosa que envenena el pacífico hogar de los hermanos Hook.
Calificación: 8
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