Rian Johnson no era un absoluto desconocido ya que en 2012 realizó Looper, una película diferente que tuvo buena acogida en taquilla. Aún así nadie esperaba que fuese el elegido para llevar a buen puerto el trasatlántico más imponente del cine de la últimos años. Asumía una saga revitalizada con millones de seguidores en todo el mundo y ha hecho una producción muy hábil: entretenida, con personajes bien desarrollados en el segundo tramo cuando el ritmo flaquea a mitad de película, una escena de acción inicial magnífica y algunas criaturas novedosas simpáticas.
Un espectáculo para todo tipo de públicos que ha dejado satisfecho a casi todo el mundo. No me considero fan de Star Wars más allá del capítulo inicial de 1977 que me sigue pareciendo el mejor, un clásico irreprochable, pero esta nueva regeneración de la saga me parece muy valiosa y meritoria. Un blockbuster en el mejor sentido de la palabra, de los de pantalla gigante y respeto por la historia original.
Calificación: 7´5
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