En 1934 Frank Capra llevaba 8 años haciendo cine cuando logró un record de los Óscar: Sucedió una noche obtuvo los 5 grandes premios (película, director, actor, actriz y guion). Este caso sólo se repetiría dos veces más con Alguien voló sobre el nido del cuco (1975) y El silencio de los corderos (1991).
Para los que aún piensan que la "abuelita" Capra fue un cineasta ingenuo y blandito que contaba historias bonitas y simples, les animo a ver este monumento del séptimo arte. Creo que todo el mundo ha visto escenas de la película que han pasado a la Historia del Cine: el famoso auto-stop de Claudette Colbert o la famosa escena de las murallas de Jericó. No parece suficiente para valorar esta comedia ágil y seductora con dos actores que reflejan dos formas de ser e interpretar casi antagónicas que demuestran la atracción de los polos.
El surrealista camino hacia el altar y, en general, los últimos 10 minutos de película son un prodigio de genialidades encadenadas: elegancia e inteligencia en el tiempo de los gag, la planificación, la interpretación de los actores, etc. Como los mejores clásicos sigue teniendo ritmo y personajes con mucha vida detrás, perfectamente reconocibles y empáticos con el espectador.
Capra volvería a ganar dos Oscar más como director con El secreto de vivir (1937) y Vive como quieras, y acabaría siendo uno de los grandes cineastas de la Historia del cine con películas como ¡Qué bello es vivir!, Arsénico por compasión, Juan Nadie, Caballero sin espada o Un gangster llamado milagro.
Calificación: 9
No hay comentarios:
Publicar un comentario