Darren Aronofski acaba de estrenar en Venecia su última película, mother!, con Jennifer Lawrence, Javier Bardem, Michelle Pfeiffer y Ed Harris con las previsible división de opiniones. Unos dicen que es insoportable y otros que es una obra maestra inaudita y personal. Podré verla en San Sebastián en unos días...
Estos días he vuelto a dar una oportunidad a este cineasta tan peculiar viendo una de sus extravagancias. Requiem por un sueño es una aproximación cruda a la dependencia de las drogas protagonizada por Jared Leto, Jennifer Connelly y Ellen Burstyn. Hay varias escenas que explican visualmente esa esclavitud muy efectistas, con lenguaje videoclip, que funcionan bien en el contexto de la película.
Ellen Burstyn hace una interpretación descomunal de una mujer degradada por su obsesión por adelgazar e ir a un programa decadente en televisión. Jared Leto y Jennnifer Connelly, muy jóvenes por entonces, también hacen un retrato completo de esa pareja de lisiados por sus adicciones destructivas. Lo mejor es la música de Clint Mansell que condensa ese percepción distorsionada de la realidad destinada caer en un abismo de muerte y soledad.
Como me suele pasar con el cine de Aronofski veo riesgos plausibles y aciertos de un cineasta bastante cercano a la locura, pero me siguen agotando los efectos secundarios de sus tratamientos. Las reiteraciones en la misma idea, casi obsesivas, la falta de contrastes en sus personajes, el exceso de crudeza visual en escenas de pornografía animal, su barroquismo visual.
Con todo, es la película que más me ha interesado de este extravagante cineasta, creador de títulos tan soporíferos como la pseudo-bíblica Noé.
Calificación: 6´5
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