Patty Jenkins, directora de la película Monster y algunos capítulos de series como El séquito o The Killing, no parecía la cineasta capaz de reconducir el desastroso devenir de los personajes de DC Comics. Zach Snyder no había dejado nada aprovechable en los destrozos de Batman contra Superman y El escuadrón suicida. El abuso de ordenador, los guiones ininteligibles de personajes flemáticos y las inacabables escenas de acción mataron a la saga que había empezado a resucitar Christopher Nolan con El caballero óscuro.
Wonder Woman es una película muy entretenida que además tiene... ¡GUIÓN!. Hay un desarrollo, giros imprevisto, diálogos que van desvelando a los personajes, un contexto histórico muy bien caracterizado. Pues eso: un buen guión. Sencillito, sin grandes complejidades pero suficiente para que esta amazona te caiga bien a la hora de empezar a golpear a los malos. El responsable del libreto ha sido Allan Heinberg, un guionista de la tele de toda la vida: The Catch, Scandal, Anatomía de Grey.
La actriz protagonista es la israelí Gal Gadot, una de esas guapas que sabe actuar sin mirarse en el espejo en cada plano. También ayudan a la película que las tramas secundarias estén bien acomodadas (la deformada y perfida doctora nazi interpretada por Elena Anaya, Robin Wright como la entrenadora de Wonder Woman, etc).
Todo esto hace que más de dos horas no resulten excesivas porque las escenas de acción son espectaculares y necesarias. Un ejemplo de un buen blockbuster de verano que costó 150 millones y generó 820.
Calificación: 7´5
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